jueves, marzo 10, 2011

Leña al fuego para Pascual y Calderón

Martha Anaya / Crónica de Política

Los prospectos del PAN para la candidatura presidencial del 2012, son grises, débiles, tristes, poco prometedores… Como quiera que se traduzca del inglés el término “bleak”, la idea es a fin de cuentas la misma: los aspirantes panistas no están a la altura para contender por la Presidencia de la República.

Tal es la opinión –clara y contundente—del embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual (por más que algunos suspirantes blanquiazules, como Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota se sientan bordados a mano y encabecen las encuestas en su partido).

Al menos así se lo hizo saber Pascual al subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado norteamericano, Arturo Valenzuela, en diciembre del 2009.

La información procede de uno de los cables de WikiLeaks, el cable 09 México 3423, que fue dado a conocer hace una semana por La Jornada, centrado específicamente en el tema de Honduras –a seis meses del golpe militar contra el mandatario hondureño Manuel Zelaya– y la visita que realizaría Valenzuela a México en días subsiguientes.

Pero, como vemos, había más carnita en aquel cable. El párrafo en cuestión dice así: Los prospectos del PAN son grises y el partido del presidente Calderon en ocasiones aparece preocupado e inseguro sobre la mejor manera de reforzar a sus candidatos. El claramente cree que un éxito dramático en la lucha contra los cárteles de la droga proveería un empujón político, lo que explica su interés en depender de nuestra cooperación a través de la iniciativa Mérida y aumentar la lucha a lo largo de la frontera.

Qué mejor coyuntura periodística para dar a conocer este otro párrafo de las comunicaciones entre la Embajada norteamericana en México y el Departamento de Estado que ésta que se presenta hoy en día: luego de que el presidente Felipe Calderón fue a pedir a Barak Obama el cambio de Carlos Pascual en la Embajada nortemaericana –el cual le fue negado—y la “respetuosa” propuesta de Calderón a los consejeros nacionales de su partido, el sábado pasado, de buscar, de ser necesario, “un candidato ciudadano” para contender en el 2012.

Sacar a colación en este momento lo manifestado por el embajador Carlos Pascual hace un año y meses –luego de que los panitas perdieron estrepitosamente las elecciones intermedias, pero antes de las famosas alianzas PAN-PRD que les han obsequiado cinco triunfos al hilo–, resulta explosivo. Tanto para el Embajador estadounidense como para el Presidente de la República.

Si poco a poco amainaba –al menos en los medios– el tema de la desconfianza hacia Pascual y la petición de su retiro, ahora, con la exhibición de este comentario suyo sobre la debilidad de los prospectos panistas, vuelve a estar en el ojo del huracán.

Y si la frase de Calderón sobre la posibilidad de elegir un candidato ciudadano había sido interpretada y reinterpretada por Gustavo Madero y una serie de panistas para tratar de demostrar que no dijo lo que sí dijo, pues también vuelve a tomar lugar e incluso cobra nueva dimensión.

El párrafo ahora destacado de los cables de WikiLeaks echa leña al fuego en un momento en que dos situaciones difíciles se combinan para sus principales actores.

Meanwhile the opposition PRI party is

in the ascendancy, cautiously managing its

illusory unity in an effort to dominate the ten

governorQs races that are up in the coming year,

and to avoid any missteps that could jeopardize

its front-runner status in the run-up to the

2012 Presidential elections. The PANQs

prospects are bleak and former Party president

Calderon at times appears preoccupied and

uncertain about the best way to shore up his

partyQs prospects. He clearly believes that a

dramatic success in the fight against the DTOQs

would provide a political boost, a rationale

that to an extent explains his interest in

deepening our Merida cooperation and stepping up

the fight along the border.

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