domingo, febrero 06, 2011

Insultan a Calderón, pero se alían con ellos

Rubén Cortés

El PAN cedió al PT su candidatura para gobernador en Guerrero, pero ayer el PT rompió la sesión en la Cámara de Diputados desplegando una manta con una foto del panista más emblemático, el Presidente Felipe Calderón, y el rótulo siguiente:
¿Tú dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No, verdad? ¿Y por qué lo dejar conducir el país?

La sostenían los diputados Gerardo Fernández Noroña, Mario Di Costanzo y Jaime Cárdenas.

Así pagó el PT al PAN la declinación de Marcos Parra en favor de la alianza PRD-PT-Convergencia, ganadora de los comicios guerrerenses con el ex priista Ángel Ramírez (55.92 por ciento), seguido del abanderado del PRI, Manuel Añorve (42.74).

Igual festeja Jesús Ortega, líder del PRD, las coaliciones ganadoras en Oaxaca, Sinaloa, Puebla y Guerrero: vistiendo la playera de No más sangre, campaña que achaca a Calderón las 33 mil muertes registradas en su lucha contra el crimen organizado.
Ortega, jefe de un grupo político con tufillo a nombre de pandilla, Los Chuchos, y que debería explicar sus vínculos con personajes de dudosa reputación, que están presos o prófugos por lazos con el narcotráfico.

Ortega ungió como candidato perredista a gobernador en Quintana Roo a Greg Sánchez, hoy encarcelado en un penal de alta seguridad; y apoyó la entrada ilegal a la Cámara de Diputados de Julio César Godoy para tomar protesta como diputado.

Así, el líder del partido aliado del partido de Calderón mancha la credibilidad del programa estrella de Calderón: la lucha contra el narcotráfico.

Una esquizofrenia absoluta: el partido de Calderón se alía con el líder de un partido al que debería obligar a esclarecer sus relaciones con presos y prófugos. Y que ¡por Dios! luce una playera contra la lucha anti-narco.

Que, además promueve la alianza en el Edomex, donde un aspirante a la candidatura es el panista Ulises Ramírez, señalado (sin que lo haya desmentido) de nexos con El Chapo Guzmán, en el libro Los señores del narco, de Anabel Hernández.

Pero esa esquizofrenia proviene de la obsesión antipriista del Presidente, lo cual es un error de Estado, porque el PRI tiene mil defectos, pero es un partido institucional, que en 2006 salvó al país de una crisis constitucional al apoyar la toma de protesta de Calderón.

Y que ayer sus legisladores abandonaron el recinto parlamentario al ver la manta que denigraba la figura presidencial: porque son políticos profesionales.

Sin embargo, para qué jugar con las palabras: la alianza PAN-PRD equivale a vender el alma al diablo y eso lleva a la caída. Ya Goethe lo explicó en Fausto:

No importa si logras o no el objetivo, el puro hecho de vender tu alma al diablo, ya te hizo perder.

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