sábado, octubre 02, 2010

La masacre de Tlatelolco

Boletín de La Orquesta Skarroñeros (Nueva York)
2 de Octubre de 2010


y La lucha por la revolución obrera

Hoy dos de octubre los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México- UNAM y el Instituto Politécnico Nacional – IPN junto con el proletariado internacionalmente, conmemoramos a los caídos en la masacre de Tlatelolco en 1968. En ese año la ciudad de México fue cede de los juegos olímpicos. Pero sobre estos juegos pesaba la sangre de los estudiantes asesinados por el PRI-gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y el secretario de Gobernación Luis Echeverría.

El masivo movimiento estudiantil estalló en respuesta a los ataques represivos de la policía contra escuelas preparatorias y vocacionales de las dos principales instituciones de educación superior en la ciudad, el Politécnico y la UNAM y los ataques contra la marcha del 26 de julio en solidaridad con la Revolución Cubana. Los dos ataques más salvajes fueron contra la Vocacional No. 5 y el bazukazo contra la Preparatoria No. 1. Pronto la lucha estudiantil se empezó a radicalizar y buscó extender sus demandas no sólo de liberar a los presos estudiantiles sino también a todos los presos políticos, exigían la autonomía de las escuelas superiores, el desmantelamiento de los cuerpos de granaderos, la destitución de los jefes de policía y la abrogación del tristemente célebre Articulo 145 del Código Penal. Desgraciadamente sus demandas y su lucha fueron cortadas trágicamente en la fatídica noche del dos de octubre.

Hoy en este día, nosotros de la Orquesta Skarroñeros levantamos nuestra mano izquierda en alto y reivindicamos la lucha de los estudiantes del 68, no sólo de los caídos en la plaza de las tres culturas sino también de los estudiantes franceses durante las jornadas del mayo rojo. Luchamos por defender el derecho a la educación frente a la embestida reaccionaria de la burguesía en todo el mundo y particularmente racista aquí en Nueva York, donde Bloomberg y Joel Klein buscan echar fuera de las escuelas a cientos de miles de estudiantes negros, latinos pobres y de clase obrera. O como en la CUNY donde la junta directiva quiere privatizar al sistema universitario urbano más grande en toda la nación mediante el alza de cuotas. La CUNY cuenta con 23 universidades y es una universidad predominantemente para la clase obrera.

Pero estos ataques no están aislados, a la vez que los capitalistas quieren privatizar la educación también quieren romper los sindicatos de los maestros (UFT) y de los profesores de universidad (PSC). La batalla por la defensa de la educación va más allá de las aulas universitarias. La clase obrera internacionalmente tiene un interés vivo en defender el derecho de sus hijos a recibir educación.

La lucha por la educación pública, gratuita y laica significa una lucha por el libre acceso a la educación superior. Y esto no es nada radical, es simplemente un derecho democrático que la burguesía lo ve como algo muy costoso y no muy necesario pues demasiada educación de los obreros es peligroso. Es por eso que en el sur racista de EE.UU. era un crimen enseñar a leer y escribir a un negro esclavo.

Sin embrago la lucha por este derecho sí tiene que ser radical si se quiere ganarle a los “amos” capitalistas. Lo vimos hace un par de meses atrás en la victoriosa huelga de los compañeros de la UPR en Puerto Rico que valientemente desafiaron a su derechista gobierno colonial que durante 62 días de huelga ocuparon 10 recintos de la UPR y ganaron el primer round de esta lucha.

Nosotros de la clase obrera tenemos que luchar por abolir las rectorías en la UPR y en la UNAM, la junta directiva de la CUNY, el Departamento de Educación de Bloomberg y Klein, y debemos implantar el gobierno estudiantil-obrero-docente dentro de todas las escuelas públicas y las universidades y vincular las luchas obreras alrededor del mundo. Nuestros ojos ahora están en nuestros hermanos de clase del viejo continente. No obstante, los estudiantes en sí tienen muy poca fuerza social, los estudiantes deben orientarse a la clase obrera que sí tiene el poder de parar en seco a la sociedad, como lo vimos hace cinco años durante la huelga del sindicato de los transportistas del TWU que por tres días paralizó a la ciudad de Nueva York. La lucha por el derecho a la educación pública gratuita y de alta calidad para todos es una lucha de clase, y por eso mismo es una lucha internacional.

Sólo una revolución obrera triunfante vengará a los mártires de Tlatelolco.

¡Movilizar a la clase obrera por la defensa de la educación gratuita!
Dos de octubre: ¡ni perdón! ¡Ni olvido!

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