sábado, agosto 28, 2010

“Que Poca Madre”

Francisco Garfias

Dejaron de ser patadas debajo de la mesa. Ahora son descalificaciones públicas las que lanzó el coronel, Jorge Carrillo Olea, al almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, en el articulo sobre “La guerra entre Ejercito y Marina por el Poder”, publicado el pasado jueves en el diario La Jornada.

En la Marina acusaron recibo del singular texto. La indignación de los altos mandos es mayúscula. No se había visto que un coronel que le faltara al respeto públicamente a un almirante. Así andan las cosas en las fuerzas armadas, en los momentos en que el país libra la más violenta lucha contra el crimen organizado de que se tenga memoria.

El propio Coronel utiliza en su artículo tres palabras para describir lo inconveniente que resulta la confrontación en estos difíciles momentos: Que poca madre.

Carrillo Oleas no sólo acusó a Saynez de “actuaciones invasivas” sobre espacios reservados a las fuerzas de tierra, sino que le endilgó una cascada de calificativos al oficial de mayor rango de la Marina. Le dijo “protagónico”, “soberbio”, “irresponsable”.

El revire fue duro. Fuentes allegadas a la Secretaría de Marina nos aseguran que la incursión de la Marina en la guerra al narco le ha permitido allegarse información que compromete a oficiales del Ejército. Nos invitaron a revisar el curriculum de Carrillo Olea que aparece en Wilkipedia, para revertir la aseveración de que el secretario de Marina invade espacios reservados a las fuerzas de tierra.

Entre 1976 y 1982, el Coronel Carrillo Olea fue director de Astilleros Unidos de Veracruz . También fue consejero del Banco Nacional Pesquero y Portuario en 1977, así como secretario técnico de la Comisión Nacional Coordinadora de la Industria Naval en 1978. ¿Cómo puede entonces hablar de “actuaciones invasivas”? se preguntan.

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“Bienvenido al Infierno del Secuestro” se llama el libro editado a instancias de la CNDH, cuando José Luis Soberanes era el ombudsman nacional. Contiene desgarradores testimonios sobre las vejaciones que sufren migrantes extranjeros que utilizan nuestro territorio como puente hacia el sueño americano.

La publicación del libro siguió al Informe que sobre el tema presentó en ese entonces Mauricio Farah, Quinto Visitador la CNDH El citado documento incluía datos alarmantes, contundentes. En 6 meses habían sido secuestrados 9,758 migrantes en 198 eventos. Eran secuestros masivos. Un promedio de 58 personas cotidianamente .El trato era brutal. Mataban a unos para amedrentar a los otros y obtener así los rescates exigidos. “El problema era tan grave que no podíamos quedarnos en la presentación del Informe. Teníamos que darle voz a los migrantes. Por eso promovimos la publicación del libro, dirigido a sensibilizar los integrantes del Sistema Nacional de Seguridad.”, explica Farrah.

El entonces Quinto Visitador, encargado de los asuntos relacionado con los migrantes, empujó también, en el Senado, una iniciativa de reformas a la Ley General de Población. Promovía, concretamente, la eliminación del artículo 67 del citado ordenamiento. Este artículo permite a cualquier autoridad detener a un migrante indocumentado que le solicite un servicio. Algo no muy distante de la versión original de la Ley SB 1070, aprobada en Arizona, que tanta indignación nos causó.

Las alertas y los alarmantes datos contenidos en el informe y en los testimonios de los migrantes de poco sirvieron. Nadie investigó, nadie se preocupó, nadie hizo caso. Los derechos humanos abajo del Río Suchiate no interesan. “Ni siquiera el famoso artículo 67 pudo ser derogado”, se quejó Farah. Los migrantes y la imagen del país pagaron caro esa indiferencia.

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En el PRD mexiquense son puro jarabe de pico. Tacharon de “regresiva” la Agenda Legislativa del Bicentenario que envió al Congreso local el gobernador Peña Nieto. Su líder estatal, Luís Sánchez, había asegurado que ninguna de las 30 iniciativas de esa agenda seria aprobada. Los amarillos ¡aprobaron 25! Mas pronto cae un hablador.

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