lunes, julio 26, 2010

Se consumó la traición de Camacho-Ebrard a López Obrador

Álvaro Cepeda Neri

Si alguna duda había, ha quedado despejada con la entrevista que el experimentado reportero Fidel Samaniego (El Universal: 21/VII/10) hizo a Manuel Camacho, mentor de Ebrard (fue su profesor en El Colegio de México, para apenas obtener un mínimo grado en Relaciones Exteriores) y ahora su asesor para la grilla de las adelantadas vísperas presidenciales, si antes no se da la anunciada renuncia de Calderón, dejando el brete de encontrar un presidente sustituto menos malo que limpie un poco el caos que provocó el presente. Los Chuchos (Jesús Ortega sobre todo), facciones de centro derecha y oportunistas, han puesto las condiciones para la traición a López Obrador y sacarlo de la jugada. Y un Camacho tenebroso, dándoselas de “estratega de los acuerdos” (lo que no hizo contra Salinas quien lo exhibió de timorato y tonto), ha dado el paso mortal.

“El liderazgo de la izquierda ya no puede estar en manos de un sólo hombre. Ya no puede ser un país de un solo hombre”. Así, pintó su raya para que AMLO, acepte o no, entienda que Ebrard es el precandidato de las izquierdas a la derecha, aliadas con el PAN para dizque derrotar al PRI... ¡y al mismo López Obrador! Enfrentando al galán Marcelo Ebrard con el galán Peña Nieto. Camacho le aseguró a Calderón, a quien también “tripula”, que el matrimonio PAN-PRD bien puede hacer triunfar a Ebrard y éste cedería, por su misma ideología derechizante disfrazada de populista en la retórica, espacios a los panistas en un gobierno de coalición.

Se lava las manos Camacho para afirmar que “no entiende de política”, quien diga que traicioné a López Obrador. Pues sólo trabaja para un frente donde no se “infiltre” el PRI; mordiéndose la lengua porque fue priista y sigue siéndolo, ahora con ansias de venganza porque se tuvo que agachar ante CSG y no pudo ganarle a Colosio la candidatura presidencial. Se tragó su berrinche y aceptó la secretaría de Relaciones Exteriores. Y después los salinistas lo echaron del tricolor. Fuera del PRI, formó su fracasado partido de Centro y cuando vio la oportunidad de colarse con AMLO le habló al oído para asesorarlo.

Pero ya traicionó a quien, con su partido o por la libre daría un tremendo susto y derrota a los izquierdizantes Chuchos, a Ebrard y Camacho. Éste ya canta la victoria de su pupilo con el mito de que PT, Convergencia y PRD de la derecha chuchista postularán al mejor hombre de la izquierda... ¡que no es, por supuesto, AMLO! La política camachista de aliarse con las derechas y los oportunistas con tal de ilusamente ganar la presidencia del 2012, sólo es lo que la portada de Proceso (con la información y análisis páginas adentro) y la foto de Nava y Ortega con Camacho, tituló: El poder por el poder, México, el botín (11/VII/10). Camacho quiere el poder por el poder para con Ebrard en la presidencia, ser el secretario de Gobernación y luego postularse a la sucesión. A la Lope de Vega: los sueños, sueños son... pero se vale soñar y tener pesadillas por indigestión a consecuencia de la gula por el poder a cualquier precio.

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