jueves, julio 15, 2010

Luege, Criminal

Francisco Rodríguez / Índice Político

¿QUÉ HACE UN político –peor aún: un político chambón– al frente de la Comisión Nacional del Agua? De los muchos despropósitos ya característicos de las fallidas administraciones panistas, ha sido mayúsculo el colocar al frente de un organismo netamente técnico a un aspirante a la jefatura del gobierno del Distrito Federal.

Le hablo, claro, de José Luis Luege Tamargo a quien millones de mexicanos deberían apuntar con índice flamígero y responsabilizarlo de la pérdida de vidas, de bienes materiales, de crisis nerviosas y, por supuesto, de daños irreparables a la mal conducida economía del país.

Eso sí, Luege se pinta solo para eso de las declaraciones periodísticas en torno a la grilla. Apenas a finales de junio, el 27, cuando debería estar desfogando presas hidráulicas ante la inminencia de las lluvias, hacía proselitismo en Oaxaca y advertía que el PAN no toleraría un fraude electoral.

Luege advertía la posibilidad de una defraudación a la voluntad popular, pero ni por asomo pensaba en la crisis que desató el huracán “Alex”, pues el 30 de junio decía ante las grabadoras de los reporteros que el meteoro se dirigía hacia el este del Golfo de México y, en todo caso, lo que le preocupaba era el derrame de crudo provocado por la British Petreoleum. Ni idea, pues, de lo que se avecinaba.

Pero llegado el fenómeno natural a tierras continentales mexicanas –por fregar a Luege, “Alex” viró de rumbo–, provocó uno de los peores desastres registrados en el noreste de la República. Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, porciones de San Luis Potosí resintieron la caída de enormes cantidades de agua que, eso sí rápidamente, nuestro personaje de hoy se apuró en calificar de “atípicas”.

Sí, “atípicas”, como las lluvias que a inicios de este 2010 se resintieron en la cuenca del Valle de México y provocaron que el llamado canal de La Compañía, en Chalco, se saliera de madre.

Lo “atípico”, empero, también es bueno para el “bisne”. Y es que, al comparecer ante la Cámara Baja, Luege informó que fueron un mil doscientos 23 millones de pesos los que se gastaron en costaleras colocadas al borde del canal chalquense.

¿Es mucho o es poco? ¿Será que las calamidades –provocadas por los ineficientes “servidores públicos” y no por la naturaleza– son la nueva forma de robar al erario en estas administraciones panistas?

Hay una enorme irresponsabilidad en el manejo de las aguas mexicanas. Ya se vio en Tabasco, donde ni Conagua ni la CFE desfogaron a tiempo las enormes presas chiapanecas, provocando inundaciones cuyos efectos, dicen los optimistas, apenas lograrán paliarse en una década.

Hay similitudes entre lo sucedido en 2007 en el sureste –por fortuna, la única diferencia fue la fase lunar, jejeje, a la que inculpó el señor Calderón en algún momento de la tragedia–, y lo que hoy viven, padecen y sufren millones de compatriotas en el rincón superior derecho del país. Durante la sequía, tampoco se desfogaron las presas de la región.

Ante el ocupante de Los Pinos, Luege fue responsabilizado de ello por el gobernador Eugenio Hernández, de Tamauilipas, apenas el jueves anterior: la Conagua no le informó que las presas estaban “a tope”, ante lo que el precandidato a la jefatura de gobierno del DF respondió que había “dificultades políticas” en la toma de decisiones por intereses de agricultores de esa entidad.

Excusas. Sólo excusas. Cuando no lo “atípico”, las “presiones políticas”.

Y ahí sigue Luege cobrando en la Conagua y haciendo campaña a favor de su propia precandidatura en la sucesión de Marcelo Ebrard.

Si se le demandara y su caso llegara a la Corte, ahí nos dirían –cual sucedió en el caso de Juan Molinar–, que no es responsable de absolutamente nada.

Y sí. Ya lo sabíamos. Todos quienes ahora dizque conducen los destinos el país son unos irresponsables.

Pero ahí siguen…

Índice Flamígero: ¿Lo vio en la televisión? Mientras millares de regiomontanos estaban literalmente con el agua al cuello, don José Luis Luege Tamargo escoltaba a Felipe Calderón portando un coqueto sombrerito presumiblemente adquirido en una sucursal de la tienda estadounidense Banana Republic. Luego saldría con aquello de que “no hay recursos (del erario público)” para solucionar los daños que dejó el huracán “Alex”. Criminal, ¿o no?

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