viernes, julio 02, 2010

En México: Censura, la constante en la relación de gobierno y medios

Nelly Olivos

En 1988 Carlos Salinas de Gortari inició su sexenio bajo constantes enfrentamientos con los partidos de oposición. Al asumir el cargo de presidente de República el repudio generalizado no se hizo esperar.
La ciudadanía realizó varias protestas, los diputados del Frente Democrático Nacional reclamaban un fraude electoral; por su parte el Partido Acción Nacional protestó en su momento, aunque después pareció establecer un pacto con Salinas a cambio de la transición, o más bien alternancia, en el Poder Ejecutivo.
La llegada de Calderón parece coincidir con el inicio del salinato: una elección puesta en duda por varios sectores, la radicalización de la protesta dividió al país. Ambos personajes necesitaban legitimar su administración y los medios de comunicación fueron utilizados con tal propósito.

El salinato

Existen claras diferencias en ambas formas de gobierno. Salinas definió su estilo personal para gobernar caracterizado por la corrupción y agresividad, mezclado con un moderno sistema neoliberal.
Para consolidarse en el poder Salinas dio varios golpes espectaculares que hicieron que la población pensara que las cosas iban a cambiar.
El primero de esos golpes fue la detención del líder del Sindicato Revolucionario de Trabajadores Petroleros, Joaquín Hernández Galicia alias La quina.
En materia de medios de comunicación se presentó la salida de la Empresa de Comunicaciones Orbitales (ECO), propiedad de Televisa, del conductor Guillermo Ochoa, su despido se debió a la transmisión de un entrevista con Hernández Galicia que el periodista realizó años atrás.
Las detenciones continuaron. El empresario Eduardo Legorreta Chauvet fue acusado de cometer un fraude durante la quiebra bursátil de 1987. También fue detenido el narcotraficante Félix Gallardo y obligado a renunciar Carlos Jonguitud Barrios como secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
La crisis de legitimidad pareció llegar a su fin con estas acciones que mostraron a la opinión pública el interés de combatir la corrupción por parte del gobierno.
En este escenario de optimismo surge
, en agosto de 1991, que en su primer editorial señala que "los aires de renovación internacional, engloban a la sociedad de nuestros días en el reto de participar, sin desventajas en el mundo. Los mexicanos de todo el país por lo tanto, requieren de más y mejores medios de información y comunicación."
De esta forma una nueva publicación colaboraba con su granito de arena en la discusión del escenario nacional y vaya que hacia falta pues la privatización del Instituto Mexicano de Televisión (Imevisión) levantaba sospechas debido a la posible participación de Raúl Salinas de Gortari y de un préstamo millonario al nuevo dueño de la televisora, Ricardo Salinas Pliego.
Continuando con el análisis del sexenio salinista en materia de medios de comunicación es necesario señalar que se buscó redefinir y modernizar las relaciones entre gobierno y medios, por lo cual, en la teoría, se rompieron viejos esquemas y revaloró el trabajo periodístico.
Se publicó el documento titulado Lineamientos generales para la aplicación de los recursos destinados a la publicidad y difusión y en general a las actividades de comunicación social (Diario Oficial de la Federación, 22 de diciembre de 1992). Las reformas planteadas en el documento fueron:
a) Reestructuración de la Empresa Productora de Papel (Pipsa), para solucionar los problemas en torno al precio y calidad del papel periódico, permitiendo la libre importación de esta materia prima.
b) La eliminación de gastos a periodistas en giras de trabajo del esquema gubernamental, determinando que fueran las propias empresas periodísticas quienes asumieran los gastos de sus enviados a cubrir las giras presidenciales en el extranjero.
c) Reducción del presupuesto de las oficinas de prensa.
Este último punto sólo intentó transparentar el uso de los recursos económicos destinados a dichas oficinas, no manifestó ningún interés en la reestructuración de los mecanismos del manejo de información por parte de dichas oficinas.

Unas de cal por las que van de arena

Si bien es cierto que durante la administración salinista se modernizaron las relaciones prensa-gobierno y se obtuvieron ciertas ventajas para el gremio periodístico, como el establecimiento del salario mínimo profesional para periodistas, la censura gubernamental no dejó de estar presente.
De acuerdo con una investigación hemerográfica de la Revista Mexicana de Comunicación, de diciembre de 1988 a diciembre de 1994, se registraron 500 agresiones a periodistas y medios de comunicación. Se informa de 46 casos de periodistas asesinados en el sexenio, de los cuales en 27 casos se desconocen los motivos, nueve fueron por causas ajenas al oficio y 10 casos están relacionados con la actividad periodística.
En este registro de agravios aparece
. Su delito fue romper con una de las reglas no escritas del periodismo mexicano: prohibido escribir desde una óptica profesional sobre el presidente de la República, la virgen de Guadalupe y el Ejército.
En octubre de 1993, de las páginas 9 a la 14, el general José F. Gallardo expone sus argumentos para la creación de un ombudsman militar. Tal atrevimiento no era imaginable por mucha modernidad que se quisiera aparentar en el sexenio salinista.
Por la publicación de tal artículo el general Gallardo fue acusado de difamación, calumnia e injuria contra el Ejército Mexicano. El 9 de noviembre de 1993 fue encarcelado en el Campo Militar Número Uno.
El acoso e intimidación contra la familia del general Gallardo y contra nuestro director estuvo presente durante todo el largo proceso judicial. El asunto atrajo las miradas internacionales y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió una recomendación de cuatro puntos al gobierno federal, mismos que no fueran acatados, salvo su liberación.

¿Qué ha cambiado en 19 años?

Felipe Calderón implementó un programa de combate a la delincuencia basado en la participación de las fuerzas armadas. Colocar al Ejército en las calles realizando actividades policiacas ha generado una serie de críticas de distintos sectores. Ahora resulta imposible para los medios de comunicación no escribir sobre los temas en los que se ven involucrados los militares.
Lamentablemente, desde la perspectiva calderonista, esta difusión no ha sido del todo positiva y los medios de comunicación son los responsables de la percepción de inseguridad que se vive en el país.
A principios de año Calderón declaró: "También tenemos un problema de percepción que también hay que trabajar. Claro que si uno ve la prensa nacional, desde luego, de la manta además que deja en un pueblo, un recado de fulano para zutano, lo que no tenemos o lo que nos cuesta a cualquiera de ustedes o al gobierno pagar una primera plana de varios millones de pesos, eso sí aparece en primera plana y a todo color".
Lo que a Calderón se le olvidó mencionar es a qué medios está pagando esos varios millones de pesos para publicitar las acciones de su gobierno.
No es sólo
quien enfrenta un boicot publicitario, son 15 medios críticos de las administraciones panistas, como Proceso, los que están excluidos de la distribución de publicidad oficial. Y tres los que fueron asfixiados hasta desaparecerlos: Monitor Radio, Diario Monitor y La Carpeta Púrpura.
Durante 71 años el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernó ajeno a la transparencia y rendición de cuentas, las administraciones panistas -Vicente Fox y Calderón- no son ajenas a esta forma de gobierno.
El proyecto de
continúa presente, no sin pequeños y grandes obstáculos que se han presentado a lo largo de su historia con 200 ediciones, sólo queda preguntarnos ¿por cuánto tiempo más logrará continuar en la trinchera periodística.

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