martes, julio 20, 2010

Autocrítica en marcha en el PRI

Roberto Vizcaíno / Tras la puerta del poder

A ver si este movimiento de introspección no termina coooomo todos los anteriores análisis colectivos y discusiones internas del PRI luego de la derrota presidencial del 2000, es decir, en nada.

¿Qué por qué perdimos…? ¡Por sumisos… por deshuevados!, fue la respuesta inmediata de mi amigo, un reconocido priísta del centro del país.

Todos coinciden con él al interior de su partido, pues todos saben cual fue la causa central de la pérdida de las gubernaturas de Oaxaca, Puebla y Sinaloa, y de por qué casi son derrotados en Veracruz, Hidalgo y Durango.

Es simple: los gobernadores en esos y otros estados impusieron libremente a sus candidatos. Y nadie dentro se opuso, nadie protestó ni alertó de lo que iba a ocurrir por más que se sabía. No fue una actitud nueva. Los gobernadores también impusieron candidatos en los procesos de 2007 y 2008.

Un par de muestras son los casos de Nuevo León, donde Natividad González Parás dejó a Rodrígo Medina y le salió bien, pese a que muchos pensaban que perdería… y está el de Sonora, donde Eduardo Bours se empeñó en dejar a su amigo el senador priísta Alfonso Elías Serrano, quien finalmente perdió ante su primo el panista Guillermo Padrés Elías.

Y es que una vez perdida la Presidencia de la República , acabó el dedazo desde Los Pinos y quienes asumieron esa prerrogativa fueron los gobernadores. Eso ocurrió con todos, no sólo con los del PRI.

Ahí están los casos de Yucatán que era gobernado por el panista Patricio Patrón Laviada y que se empeñó en dejarle el cargo a su exsecretario de Desarrollo Social, Xavier Abreu quien finalmente fue derrotado por la priísta Ivonne Ortega.

O el de Nayarit, donde el expriísta Antonio Echevarría Dominguez hizo todas las locuras posibles como gobernador luego de que llegó al poder estatal postulado por la alianza por PRD y PAN, y que terminó metiendo a la cárcel a los del sol azteca e intentó heredar el cargo a su esposa.

O el muy recientemente en Zacatecas donde la perredista Amalia García impuso a Antonio Mejía como su candidato y perdió frente al priísta Miguel Alonso Reyes.

O como en Tlaxcala donde el expriísta Héctor Ortíz, quien gobernó bajo las siglas del PAN, se empeñó en dejar a Adriana Dávila como su candidata sólo para encontrarse con que al final había ganado el priísta, Mariano González Zarur.

En la imposición de candidatos por parte de los gobernadores del PRI, especialmente de Ulises Ruiz, Mario Marín y de Jesús Aguilar Padilla así como de Fidel Herrera, Miguel Ángel Osorio Chong e Ismael Hernández Deras, hubo además la arrogancia basada en que no podían perder si su partido había ganado todos los procesos anteriores y estaba triunfando en todo el país.

Pese a todo esto el impacto político y mediático más importante sin duda fue la derrota del PRI en Oaxaca, Puebla y Sinaloa y está por verse cómo les va en Veracruz y Durango.

De ahí que los tricolores se encuentren hoy mismo dentro de una profunda reflexión que apunta a establecer nuevos mecanismos internos que derivarán en un fortalecimiento de la dirigencia nacional del PRI dentro de los procesos de selección de candidatos a gobernador.

En síntesis: los gobernadores ya no podrán imponer candidatos. Esta decisión será colegiada y en ella participarán otras instancias: el presidente nacional del PRI en turno y las dirigencias de los sectores, CNOP, CNC, el Obrero y el del Movimiento Territorial, cuando menos.

Es decir, se socializará esa decisión y con ello se dará fin a la centralización en la postulación de candidatos a todos los niveles, que incidirá sin ninguna duda en la postulación del candidato del PRI a la Presidencia de la República durante el primer trimestre de 2012.

Pero no sólo quedarán ahí las consecuencias de la reflexión que se realiza hoy mismo al interior del Revolucionario Institucional. No, también se impulsarán una serie de reformas al marco legal electoral, especialmente para frenar la migración de militantes de un partido a otro.

Con seguridad se dará curso a la propuesta ya presentada para que los militantes que renuncien a un partido no puedan ser postulados por otro, o por una alianza, a ningún cargo de elección sino hasta después de haber transcurrido al menos un proceso electoral.

Con ello buscaran los priístas acabar con el chantaje de sus propios cuadros de que si no son postulados, entonces se van para ser lanzados por otros, como ocurrió en las pasadas elecciones del 4 de este julio con Mario López Valdés en Sinaloa y José Rosas Aispuro en Durango.

Al abordar el tema, el coordinador de los diputados federales del PRI, el mexiquense Francisco Rojas, advirtió de otros temas que se abordarán en este análisis:

“Las recientes elecciones produjeron enseñanzas que los militantes del PRI asimilaremos… está claro que nos enfrentamos a fuerzas que utilizarán todos los recursos a su alcance, lícitos e ilícitos, para retener el poder, a pesar de que la estrategia de confrontación ha retrasado la solución de los problemas que asuelan a México.

“Las tácticas ya fueron probadas y seguramente las utilizarán en futuras elecciones: continuarán con el activismo al más alto nivel sin diferenciar la investidura con que se realice, y se intensificará la “guerra sucia” para desacreditar a los opositores y a las instituciones, fabricando pruebas para utilizarlas en alegatos judiciales posteriores, para intentar revertir resultados electorales adversos”, precisó.

Evidentemente que Roja habla de la intervención directa e indirecta del presidente Felipe Calderón quien no sólo intervino a través de al menos 4 cadenas nacionales por radio y TV en los días previos al de la elección, sino que envió a sus delegados y al PAN a ir con todo en los estados en disputa.

“Pero no es el momento de lamentaciones, los priístas tenemos que ver hacia adelante y responder a los grandes retos del país… el priísmo estrechará sus lazos internos, analizará sus aciertos y hará un ejercicio autocrítico para perfeccionar su acción y mejorar su oferta política para futuros procesos, señaló.

“El PRI es una oposición responsable, más no ingenua. Siempre hemos estado dispuestos al diálogo y negociación de buena fe, pero no podemos confiar en la palabra de quienes asumen conductas contrarias a lo que pregonan y perpetran actos al margen de la ley.

“Seguimos dispuestos a construir acuerdos que sirvan a la mayoría de los mexicanos, pero sin abdicar de nuestro derecho y obligación del análisis crítico de las propuestas. También tenderemos puentes de entendimiento con sinceridad, pero no legitimaremos ocurrencias, caprichos ni torpezas”, aclaró respecto de los llamados y encuentros con Calderón.

Beatriz Paredes, en declaraciones y en un artículo publicado por El Universal, coincide en todo lo anterior y plantea cinco puntos donde analiza las consecuencias de las alianzas PAN-PRD y la migración de militantes y su postulación como candidatos por otras fuerzas.

Rojas insiste:

“Somos los únicos que tenemos una oferta clara y confiable para todos los mexicanos, por lo que intensificaremos nuestro contacto con la gente, respondiendo con hechos a la confianza de la población, que nos mantiene como la primera fuerza política del país, al ganar nueve de 12 gubernaturas, 11 de los congresos locales, las principales capitales y arrasamos en Baja California”.

El acuerdo es que se haga una reflexión transversal de las causas de la derrota del PRI en Oaxaca, Puebla y Sinaloa y de los peligros que existen frente a los comicios en 2011 y la presidencial de 2012.

Un análisis y reflexión, donde cada organización, cada comité directivo estatal, municipal o seccional; cada grupo parlamentario y cada sector (CNOP, CNC, Obrero y Territorial) haga su reflexión y saque sus conclusiones para que hacia octubre -antes de que se abra la contienda por la dirigencia nacional que Beatriz Paredes, deberá entregar el 4 de marzo de 2011 a su sucesor-, se concentre en una sola reflexión colectiva y derive en propuestas de acción.

A ver si este movimiento de introspección no termina coooomo todos los anteriores análisis colectivos y discusiones internas del PRI luego de la derrota presidencial del 2000, es decir, en nada.

Y lo que está en juego dentro del PRI es mucho y muy importante: en 2011 las gubernaturas de Coahuila (donde el gobernador Humberto Moreira está empecinado en dejar a su hermano, el diputado Rubén Moreira), Estado de México (donde Enrique Peña Nieto se jugará prácticamente su nominación como candidato del PRI a la Presidencia de la República en el 2012) y Nayarit.

Ese año también se disputarán las gubernaturas de Baja California sur, Guerrero y Michoacán, gobernadas hoy por perredistas. Pero eso es otra cosa.

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