martes, junio 08, 2010

¿Ulises Ruiz, para dirigir el PRI?... ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!

Álvaro Cepeda Neri

El priísmo, hoy dando muestras de realizar el mito del Ave Fénix (que resucita de sus cenizas) ha tenido, desde su fundación en 1946, tras los cambios a partir de la creación con Calles y Cárdenas (como PBR y PRM), grillos, aprendices de políticos y uno que otro, con mayúsculas: Político (los sonorenses Calles y Obregón; semipolítico: Portes Gil, tamaulipeco; mi general Lázaro Cárdenas; austeros como Ávila Camacho, Ruiz Cortines; mediocridades: el jilguero López Mateos; la barbarie con López Portillo, De la Madrid... y enloquecidos Nerones, Ricardos III a la Shakespeare: Salinas, Zedillo). En pleno resurgimiento, por el fracaso de los panistas y el desmadre de los perredistas, tiene estorbos que deberá tirar por la borda si quiere llegar al 2012 con un político, que lo tiene (Manlio Fabio Beltrones Rivera, el del Senado Republicano que ha estado salvando al Estado).

El tal Ulises, que ha dejado una estela (y una cola) de abusos y corrupción, es uno de los duros del madracismo, es decir, de las huestes de Roberto Madrazo Pintado. Y los dos a la cabeza de ese grupo ya intentaron apoderarse de la candidatura presidencial en un tú por tú con Zedillo cuando éste estaba en el cargo que le heredó Salinas (y terminaron como enemigos a muerte). Ulises, antihéroe y miseria del político, se ha enriquecido a tal grado que es más que millonario con gasolineras, hospitales, departamentos en edificios; terrenos urbanos y rurales, en Oaxaca (como Diódoro Carrasco y Nelson Murat, ex desgobernadores de esa entidad casi siempre en desgracia política).

Y como la corrupción en los cargos públicos está a todo lo que da (como han comprobado los “honrados” panistas y perredistas), Ulises ya soltó la lengua para decir que disputará la presidencia del PRI, contra un adversario de su misma calaña: Emilio Gamboa Patrón, quien hasta ahora ha caído parado y lo han impuesto como titular de la fantasmagórica CNOP. Ya me ocuparé del yucateco Gamboa (la boa, le apodan sus amigos). El tema es Ulises y su intención de ejecutar el triple salto mortal: brincar de su sangriento desgobierno oaxaqueño a la presidencia priísta.

Habrá que colgarle a su desmedida ambición el título de un jocoso trabajo periodístico del periodista republicano Francisco Zarco (éste la medida para saber qué periodista se puede poner en sus zapatos): “¡Ja!, ¡ja!, ¡ja!... ¡Qué felicidad! Ulises, desde su cínica impunidad, puede decir misa. Pero, en cuanto concluya su maldito sexenio tendrá que emprender la huída, esconderse, porque debe mucho a la justicia. Son cientos de miles agraviados y su desgobierno ha dejado muchos cadáveres. E incluso, “ganando” con sus trampas las elecciones del próximo 4 de julio, no podrá ser protegido por su heredero. Y éste lleva el riesgo de que anulen los resultados electorales, para, nombrando el Congreso local a un interino, Oaxaca sea convocada por medio de sus ciudadanos a nuevas elecciones. De lo contrario la entidad continuará en crisis y en una de esas estallará la violencia en serio.

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