viernes, junio 25, 2010

Sí, sí estamos jodidos

David Aponte / Contraflujo

Refugio Chavero, su hijo Noé Raymundo y cuatro guanajuatenses decidieron la semana pasada dejar su tierra en el municipio de Santa Cruz de Juventino Rosas, para viajar a Estados Unidos, para cruzar sin documentos y encontrar trabajo del otro lado de la frontera. Cada uno pagó dos mil pesos a los polleros, a los traficantes de personas. Ni siquiera tenían un plan de dónde llegar, de dónde encontrar una fuente de empleo. Simplemente, tomaron camino y tres de ellos encontraron la muerte en las aguas del Río Bravo, ante los ojos de agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense.

Sí, sí estamos jodidos. La ilusión de encontrar una fuente de empleo en otro país llevó a la muerte de Humberto Roque Reilero (19 años), Noé Raymundo Chavero Ontivero (16 años), y Alejandro Soria López. Los guanajuatenses Arturo Carranza (27 años) y Raymundo Chavero (46 años) sobrevivieron y Everardo Guerrero Gómez (22 años) fue detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza. Los oficiales estadounidenses los detectaron, los persiguieron y los orillaron a regresar a México por las aguas del Río Bravo.

Sí, sí estamos jodidos. Las circunstancias económicas y un crédito con la empresa Elektra, de esos que se duplican y duplican y duplican sin control, son algunas de las causas de la decisión que tomaron los integrantes de la familia Chavero. Refugio relató que su deuda original con esa compañía era de 10 mil pesos, pero la demora del pago la disparó al doble. “Sacamos un préstamo para hacer un cuarto en mi casa, de 10 mil, que llegó a 21 mil y mi esposa sacó un préstamo de cinco mil, que llegó a 12 mil. Les pague ocho mil, que fueron de puros intereses y fueron a mi casa a decirme que me iban a embargar y fue la decisión que tomamos. Le dije a mi hijo: ‘Vámonos y me salió peor porque no pagamos ni nada y yo perdí hasta mi hijo’”, relató el guanajuatense.

Sí, sí estamos jodidos. Refugio, uno de los sobrevivientes de la tragedia en el río Bravo, dijo que un agente de la Patrulla Fronteriza estaba en la orilla del río y no hizo nada por ayudar a los indocumentados. De nada valieron los gritos a Dios y al oficial estadounidense. La migra pudo haber salvado a Noé Raymundo, pero no lo hizo, narró el guanajuatense. Una oficina de agencia de Inmigración y Aduanas en Texas expuso que sus agentes no participaron en los hechos, que nada tienen que ver con la muerte de los mexicanos, que sólo ayudaron a buscar los cuerpos.

Sí, si estamos jodidos. Las autoridades del ministerio público del municipio de Hidalgo, Coahuila, ubicado a 60 kilómetros al poniente de Nuevo Laredo, informaron que los mexicanos habían entrado la noche del sábado 19 de junio hacia Estados Unidos, que se ponían la ropa cuando vieron a los agentes de la Patrulla Fronteriza y, luego, comenzaron a correr. El caso será cerrado sobre el entendido de que las muertes de los guanajuatenses fueron por accidente. “Ellos cruzaron el río Bravo y luego al perseguirlos migración se tiraron para que no los atraparan, pero como no sabían nadar, (tres) se ahogaron, dos sobrevivieron y fueron los que dieron aviso”, explicó María del Carmen Arce, síndico de la alcaldía.

Sí, sí estamos jodidos. En México, los poderes económicos y legales se ensañan con las familias más pobres. Hace más de una década, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió a favor de los bancos el llamado anatocismo, el cobro de intereses sobre intereses, medida que afecta a los cuentahabientes, a las personas que solicitan un crédito y que han tenido que pagar miles y miles de pesos adicionales a las instituciones bancarias, a las ventanillas de créditos, como es el caso de la familia Chavero.

Sí, si estamos jodidos. Hay un discurso retórico de ayuda a los más desprotegidos, de programas oficiales de asistencia social, de iniciativas México de empresarios que se anuncian con ruidos que ensordecen a los mexicanos, pero las familias pobres siguen jodidas y tienen que mirar hacia el norte como la única salvación a sus problemas económicos, a la falta de ingresos, a la necesidad de trabajo.

Sí, sí estamos jodidos en México.

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