martes, junio 22, 2010

Que los mexicanos tenemos mala percepción

Álvaro Cepeda Neri

Viviendo como rey, pues hospedaje, comida, servicio de limpieza, jardinería, etc. le sale gratis, el inquilino de Los Pinos no halla cómo convencernos de que, tras el desastre ocasionado por él, Ebrard y ese bribón en la secretaría de Salud (que ahora obliga a consultar a un médico, por no menos de 300 a 500 pesos, para comprar cualquier medicina, cuando la pobreza es nuestra peor enfermedad), los cuales hundieron la economía familiar y empresarial al exagerar la epidemia gripal, ha pasado la crisis, aumenta el empleo, bajan los precios y que todo es Jauja, es decir, que todo en nuestro país es bienestar y abundancia.

Lo de Jauja lo inventaron los gachupines-conquistadores, bautizando así un valle en el Perú. Donde supuestamente todo era riqueza. Ahora Calderón nos pinta el cuadro donde aparece un México sin necesidades fundamentales. Alega que los mexicanos (y sobre todo se fue encima de los medios de comunicación, volcando su odio y desprecio a los periodistas que ejercen las libertades de prensa), tenemos una “mala percepción sobre el regreso al crecimiento económico”. Esto con todo lo que representa: mucha producción en el campo, en la industria; exportaciones, surtido del mercado interno... o sea que hay una expansión económica donde hay empleo, mejoran los salarios, se reduce la pobreza, etc.

Pero los mexicanos no advertimos que todo eso esté sucediendo en nuestro país y mucho menos a nivel microeconómico, es decir, por lo que se refiere a lo familiar. No hay empleo, esto sí lo percibimos. La pobreza afecta a no menos de 50 millones de mexicanos, y lo notamos. No alcanza dinero alguno para comprar medicinas (y mucho menos para consultar al médico, y los que tienen acceso al IMSS y el ISSSTE reciben solamente el medicamento con que cuentan sus farmacias, donde siempre hay escasez y son atendidos con desprecio). Los productos para mal comer, se han encarecido, y nos enteramos los que vamos al mercado, a donde nunca se para el señor Calderón ni los del INEGI o Banco de México que hacen la encuestas.

No tenemos ninguna realidad que nos demuestre la Jauja calderonista. Pero, el “señor presidente”, se molesta porque se informa del encarecimiento de los alimentos, la falta de empleo (el que existe está pagado con uno o dos salarios, que no sirven para nada, mientras siguen ofertando salarios de 2 mil 500 pesos... ¡mensuales!), el alza de precios de los médicos y aumentos de impuestos (gasolina, electricidad, gas y hasta la tarjeta de circulación en la capital del país para fondear los gastos de Ebrard). No advertimos ni notamos lo que aprecia el señor calderón y que según él estamos en pleno auge de la abundancia. Y es que a los que nada se nos da gratis y vamos a los mercados, sabemos, percibimos y notamos que la crisis económica continúa devastando las empobrecidas economías familiares, aunque la de los ricos y multimillonarios, como la de los calderonistas, no sufra merma alguna e insistan en hacernos creer que en la punta de un alfiler se paran mil ángeles o mosquitos.

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