viernes, junio 11, 2010

Calderón y Lula ante el Mundial

Martha Anaya / Crónica de Política

Por las redes se divierten en serio con el mundial y circulan caricaturas donde figuran los presidentes de México y Brasil.

En una de ellas se ve a Felipe Calderón presumiéndole a Luiz Inácio Lula Da Silva que ha sido invitado al partido inaugural de la Copa del Mundo en Sudáfrica. Luce ”la verde” , o más bien “la negra” –bien apretada al cuerpo– , ondea una banderita mexicana y de paso le hace caracolitos a su homólogo brasileño.

Lula le escucha, lo mira pícaramente y le suelta: ¡Pues a mí me invitaron a la final…!

Claro, los comentarios a pie de página no faltaron y hasta advierten al autor de tal sacrilegio que la final de la Copa del Mundo la jugarán México y Brasil y que nuestros ex ratoncitos verdes –ahora unos gigantes que envidiarían los dinosaurios—le pondrán tal zapateado a los brasileños que su zamba palidecerá ante el Son de la Negra que se aventarán.

¡Paliza de 5-0 en plena final!, restriega uno de los fanáticos cibernautas, y México levantará por vez primera en su historia la copa del mundo.

Pero las bromas y las ironías sobre las posiciones de ambos mandatarios y de su pasión por el futbol no existen tan sólo en el mundo virtual. Recordemos que en agosto 2007 –hace tres años–, cuando Lula Da Silva vino a México, recibió de obsequio de la Federación Mexicana de Futbol una casaca del Tri con el número 10 y su nombre grabado. Ahí está la fotografía de Lula con la risa en los labios, la camiseta extendida sobre su pecho y Calderón, divertido, asomándose a mirarla.

Un par de años después, en julio del 2009, Lula reviró. Aprovechó las reuniones del G5 del G8 para obsequiar la camiseta “Verde-Amarela” de la selección brasileña a sus compañeros. Felipe Calderón recibió la propia, con el número 5 en la espalda, autografiada por los pentacampeones del mundo.

“Aquí lo bonito es el verde”, bromeó el mandatario mexicano al recibirla.

Barack Obama tampoco escapó del obsequio. Su camiseta, al igual que la de Calderón, llevaba también el número 5 en la espalda de la casaca. Francamente contento, el mandatario estadounidense dejó atrás el protocolo diplomático y le advirtió a Lula que no volvería a permitir que le remonten dos goles, como ocurrió en la final de la Copa Confederaciones.

Se vivían entonces los preparativos de la Copa del Mundo que hoy inicia en Johannesburgo. Y seguro que en aquellos momentos nadie imaginaba que a la selección de México correspondería jugar en el partido inaugural. Mucho menos que en su último juego de preparación le ganase nada menos que a Italia.

Todavía hace unos meses (en febrero) que Lula estuvo en México, Felipe Calderón le preguntó si asistiría a la ceremonia inaugural, y el brasileño –pleno de optimismo– le contestó: “A la apertura no voy, voy a la final…, a ver a Brasil.”

Lo cierto es que Lula tiene que estar presente en último partido –participe o no Brasil en la final—porque su país organizará el Mundial 2014. Pero el buen humor y el gusto por bromear son parte de él.

Sea como sea, Calderón y Lula estarán en Sudáfrica 2010. Uno en el partido inaugural y el otro en la final del campeonato.

(¿Pero y si México llega a la final? Quien quite y en una de esas…)

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