domingo, mayo 23, 2010

El panista Padrés también se las trae contra la prensa

Álvaro Cepeda Neri

Sonora, donde el mal y depredador gobierno del pillo millonario Eduardo Robinson-Bours Castelo, puso las condiciones para la victoria electoral del panista Guillermo Padrés Elías (por el cual votaron más a raíz del incendio en la guardería ABC que dejó 49 niños muertos), no es y a pesar de la alternancia, la excepción del autoritarismo y abuso del poder contra los derechos constitucionales a la libertad de expresión, para todos los ciudadanos en general y, en particular contra quienes la ejercen más directamente, como son los periodistas y, de estos, ante todo, los reporteros en cuanto que son los ojos y las orejas de los medios de comunicación.

El señor Padrés, cuyo hermano y cuñado son los gestores para los negocios (ya los sonorenses no aguantan a ese par), tiene preferencia por la ideología del periódico conservador El Imparcial (a éste le tocan las exclusivas y la publicidad, en un 80 por ciento), ha estado controlando (obviamente que de a tanto más cuanto) al resto de diarios y noticieros en la radio, para que las opiniones no rebasen cuidadosas críticas. Y si alguien se pasa de esa raya de censura, entonces irrumpen las advertencias, que son amenazas, represiones y todo tipo de agresiones, como las que le propinaron a la corresponsal-reportera Reyna Haydeé Ramírez, cuando ésta cubría para el periódico Reforma la información en una entrevista al desgobernador panista.

Fue el día uno de mayo, el Día de los sin Trabajo, cuando Padrés, en una conferencia a los reporteros, hizo una seña a su secretario particular: Agustín Rodríguez Torres, para que ordenara a su escolta y a su chofer, que hacen las veces de represores y se fueran encima, lo que significa encima, de la reportera y la sacaran de la entrevista. Cuando lo estaban haciendo, jalándola de los brazos y de la correa que traía alrededor de su cuello, donde colgaba su cámara fotográfica, al grado de causarle daños como lesiones de primer y segundo grados. El dictamen médico fue de contractura muscular en cuello, brazo izquierdo, y hematomas en el derecho.

La reportera del grupo Reforma logró alzar la voz ante el desgobernador, para cuestionarlo sobre la orden-seña que había dado; entonces Padrés dijo: “déjenla” y la contraorden fue acatada por los tres individuos, que hacen las veces de grupo policiaco del panista, para deshacerse de periodistas que le molestan. Así que en Sonora también “hace aire” antilibertades de prensa. Los panistas, en corrupción, malos gobiernos, abusos y odio a los medios de comunicación, ya está visto que son más autoritarios o al menos igual que algunos priistas e incluso perredistas. Y es que a los gobernantes de corte nazifascista (y los del PAN los son), nada les parece más despreciable que el periodismo crítico y que busca la información contra viento y marea de las inquisiciones, las censuras e intolerancias que caracterizan al autoritarismo antidemocrático y antirrepublicano.

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