lunes, abril 12, 2010

Publicidad oficial de Ernesto Villanueva

Álvaro Cepeda Neri

Las investigaciones y reflexiones con análisis fundamentados en la bibliografía mundial, el derecho positivo constitucional y sus leyes reglamentarias, que ha escrito y publicado Ernesto Villanueva desde hace al menos dos décadas, lo han convertido en punto de partida del abanico de temas cuyo broche es todo cuanto está en el núcleo de los medios de comunicación. A este periodista y profesor debemos una enciclopedia que aborda esos asuntos; con la perspectiva de compartir a todo lector interesado en conocer, jurídicamente, los fines de la política democrática para apuntalar con la libertad de expresión, los pesos y contrapesos republicanos del tríptico que, kelsenianamente nos ofrece Norberto Bobbio: Estado, gobierno y sociedad, en su ensayo con el mismo nombre y subtitulo: Contribución a una teoría general de la política (con traducción del italiano al español de Luisa Sánchez García, para editorial Plaza & Janés).

Con esta nota saludamos el trabajo de exposición y crítica propositiva de Ernesto Villanueva titulado: Publicidad oficial: Transparencia y equidad (en su segunda edición, con atractiva portada diseñada por Angelita Pérez López, y diseño y cuidado editorial de Jorge González Rojano). Con cinco capítulos construye Villanueva la pirámide invertida de su investigación, que remata con su ensayo: Conclusiones preliminares. A través de poco más de 250 páginas su autor expone, pedagógicamente, el tema central y sus ramas donde la savia que corre desde sus raíces hasta el fruto, se alimenta de las normas de conducta del orden jurídico mexicano e internacional, como vasos comunicantes del derecho comparado.

El tema que anuda la exposición, es el de la publicidad oficial de los gobiernos a “partir de la siguiente premisa: los poderes públicos deben considerar que la publicidad es un instrumento para afianzar el interés general y un cauce para la comunicación entre los individuos, los grupos y las instituciones... que la publicidad es el auténtico instrumento de legitimación de lo público y de las instituciones públicas, con diversas finalidades, entre las que se destacan: la mejora legítima no propagandística de la imagen de la institución, la transparencia y rendición de cuentas, el fomento de la participación ciudadana y el aumento de la eficacia de los servicios administrativos”.

Y es que los medios de comunicación que ejercen sus derechos y obligaciones constitucionales para maximizar la información verazmente obtenida; escoltada por la crítica del periodismo de la caricatura y el análisis político, económico, cultural y social, le parecen a un gobierno confesional, de una derecha desilustrada, intolerante y con tendencias autoritarias-militares (el fantasma de Victoriano Huerta y la ineptitud política a la Pascual Ortiz Rubio, rondan Los Pinos), que no quieren ver la bonita cara calderonista (por el maquillaje). Y en cambio, sólo miran los actos fallidos, omisiones y corrupción; los abusos, inquisiciones administrativas y judiciales y las violaciones a los derechos humanos... de esos gobernantes que pretenden esconder su verdadero rostro.

La publicidad es utilizada como instrumento para ganarse una prensa que manipule y deje de cumplir con sus deberes constitucionales, democráticos y republicanos de informar y criticar sobre los hechos que implican el ejercicio de un mal gobierno en el cumplimiento de sus obligaciones. Es decir, que no gobierna en beneficio del pueblo. Por eso es bienvenida la segunda edición de este libro, ya que con él podemos armarnos racionalmente de más y mejores argumentos para exigir “la equidad en asignaciones de publicidad”. Y para que esa publicidad no sea a condición de concesiones de ninguna especie para, omitiendo la veracidad de la información, engañar a la opinión pública difundiendo únicamente boletines.

La libertad de expresión y sus demás derechos son un contrapoder, no un cuarto poder, para hacer las veces de bufones de los gobernantes que aún actuando democrática y republicanamente, han de ser objeto de información y crítica, más que del reconocimiento al cumplimiento de sus obligaciones, que para esto han sido electos y designados. Pero, los medios de comunicación necesitan de la publicidad del Estado, en la medida que es “una herramienta activa del derecho de acceso a la información pública”.

El libro de Villanueva: Publicidad oficial. Transparencia y equidad, es para su constante consulta y relectura. Y así obtener conocimiento de los problemas de la publicidad oficial y sus soluciones argumentativas para seguir explorando el tema y conquistar, educando a los gobernantes, la imparcialidad en el otorgamiento de esa publicidad, que es discriminatoriamente asignada. El meollo del asunto es que “el Estado contrata publicidad para cumplir con sus debeles legales, con independencia del contenido informativo o editorial del medio que deban contratar para tales efectos”. Lo relevante es lo que apuntala en sus reflexiones y que “Se ha reiterado en esta obra: la importancia de reglas claras y equitativas en la asignación de pautas publicitarias y en los contenidos de mensajes con cargo al erario”.

Bienvenido, por segunda vez, este libro, cuyo contenido interesa a tirios-lectores y troyanos-gobernantes.

Ficha bibliográfica:
Autor: Ernesto Villanueva
Título: Publicidad oficial. Transparencia y equidad
Editorial: UNAM y Fundación para la Libertad de Expresión.-2010

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