jueves, abril 22, 2010

Pifias en la presidencia

Martha Anaya / Crónica de Política

Alguien no hace bien su tarea en la Presidencia de la República. Y no sólo en cuestiones de fondo, sino de imagen del propio Jefe del Ejecutivo.

Ayer, Felipe Calderón asistió a la ceremonia conmemorativa del XCVI Aniversario de la Defensa del Puerto de Veracruz y Jura de Bandera de los Cadetes de Primer Año de la Heroica Escuela Naval Militar. Ahí, a diferencia de lo expresado por el propio Presidente en días pasados, minimizando las muertes de civiles, esta vez les dio su lugar, se dolió por ellos y los incluyó en el minuto de silencio que pidió por los caídos.

Digno de reconocerse, ciertamente, esta corrección. Lástima que la imagen de este hecho suceda poco después de tener al propio Presidente tomando tequila alegremente con Joaquín Sabina y otros artistas.

¿Cómo creer en un dolor “profundo” por la pérdida de vidas civiles inocentes cuando al dicho precede una alegre reunión tequilera?

Luego, en su discurso, Calderón quiso destacar las “decisivas batallas” libradas por nuestros marinos y citó como ejemplo las “importantes derrotas” y “trascendentales capturas al enemigo”, como el caso de José Osiris Cruz, “criminal y presunto secuestrador de un funcionario administrador de la Aduana de este puerto, quien fuera encontrado asesinado”.

¡Pifia! Del administrador de la aduana, Francisco Serrano Aramoni, aún se desconoce su paradero. Al menos oficialmente, aún no se sabía –ni sabe– si se encuentra secuestrado o si está muerto. Y aunque la lógica nos lleve a pensar que es muy probable que los hayan matado, mientras su cuerpo no aparezca no se le puede declarar como tal.

Tan fue un error, que poco después de las seis de la tarde la propia Presidencia envió un comunicado corrigiendo lo dicho por Calderón horas atrás: “ la referencia en el sentido de que el señor Serrano Aramoni había sido encontrado asesinado es una información errónea, basada en versiones ofrecidas por personas implicadas en las averiguaciones, las cuales no han sido corroboradas. Por lo tanto, el señor Serrano Aramoni está en calidad de desaparecido”.

Volvió a caer el Presidente en errores, provocados por información errónea. No es la primera vez. Le ocurrió con los jóvenes asesinados en Ciudad Juárez, a los que calificó inicialmente de pandilleros; lo hizo también ante la muerte de la indígena Ernestina Ascencio, declarando de antemano y sin pruebas, la supuesta causa de su deceso.

Estos errores, además de reiterados, calan en la población porque no sólo dejan la impresión de que el Presidente de la República está mal informado –y si lo está en estos temas, en cuántos otros más ocurrirá lo mismo—sino porque tocan fibras muy sensibles.

Así que una vez más volvemos a preguntarnos: ¿Quién empina al Presidente? ¿Por qué no cuidan más sus discursos? ¿Qué no hay alguien profesional que le informe correctamente lo que sucede en el país?

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