martes, marzo 16, 2010

¿Narco o terrorismo?

Francisco Rodríguez

LA FALLIDA “GUERRA”
de Felipe Calderón al narcotráfico ha abierto la puerta de El Paso del Norte a los intereses bélicos de Estados Unidos.

Y es que si desde hace meses los “halcones” del Pentágono vienen insistiendo en la semejanza que desde Washington se observa entre terrorismo y prácticas de la delincuencia organizada, el asesinato de familiares y personal consular adscrito a la legación estadounidense en Ciudad Juárez ha exacerbado esa visión.

Uno de esos “halcones”, el general Gene Renuart, quien se desempeña como jefe del Comando Norte (Northcom), por ejemplo, quien apenas ha sostenido que “aunque son criminales, las organizaciones del tráfico de drogas no son diferentes a los líderes de una célula terrorista que perseguimos en Afganistán o Irak.

Ventajosamente, el Pentágono aún no caracteriza a esas “células” como insurgentes –“su meta no es derrocar al gobierno sino ganar porciones en el comercio de drogas ilegales”, dijo Renuart--, aunque no soslaya que el Estado pierde territorios a mano de estos grupos, lo que automáticamente lo ingresa a la categoría de “Estado fallido”.

¡Cuidado!, pues. Terrorismo es la palabra que, merced a las acciones propagandísticas de la Administración Bush, pone los pelos de punta a la sociedad de EU. Terrorismo es también, el pretexto que los “halcones” han encontrado para invadir a naciones como Irak o Afganistán, y así asegurar sus suministros de petróleo, en el primer caso, e incluso de droga, en el segundo.

Y como a Calderón y a sus estrategas (García Luna, Galván Galván, Sainez, et al-- la “guerra” se les ha ido de las manos, es natural que en Estados Unidos comiencen a alistarse para emprender lo que seguramente llamarían “el salvamento” de la sociedad de México y Estados Unidos.

¿Es terrorista la acción de los cárteles de la droga mexicanos? De acuerdo a la enciclopedia, “el terrorismo es el uso sistemático del terror, para coaccionar a las sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de organizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como también por grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores, ecologistas y gobiernos en el poder”.

De acuerdo a esto hay quienes sostienen que Calderón libra en estos momentos una lucha, pero no en contra el crimen organizado, sino en contra de un verdadero terrorismo. Apuntan, así que, para cualquier narcotraficante o cártel, el objetivo primordial es hacer sus negocios, esto es, producir, transportar, vender y exportar su producto básico: la droga y con ella ganar muchos millones de dólares. Como a cualquier empresa su fin primordial es hacer y ganar dinero. Su fin no es otro que el acumular recursos financieros, pero –agregan-- lo que estamos viendo en México parece ser cosa muy diferente.

Grupos y cárteles que vemos operar en este país, en lugar de tratar de hacer progresar su negocio, de evitar cualquier encuentro o contacto con las fuerzas del Estado lo más posible para no ofrecer blanco a los cuerpos policiacos, se dedican a todo lo contrario: a exhibirse en bautizos y fiestas de quince años; ocuparse de atacar y asaltar los cuarteles policiacos o a buscar y enfrentarse con las policías en cualquier lugar y a cualquier hora. Asesinar de manera indiscriminada tanto a los representantes de las fuerzas del Estado como a civiles inocentes. Para ellos no existe diferencia alguna y si las cosas son así, se trataría entonces de grupos de terroristas, y no especialmente grupos del crimen organizado. El negocio ha pasado a segundo plano, ahora se trata de sembrar el terror en la ciudadanía y atemorizar a los cuerpos del orden público como fin último, arguyen.

Esta hipótesis se cae, sin embargo, cuando los grupos delincuenciales enfrentados entre sí, emiten comunicados o cuelgan narcomantas en las que ellos mismos se asignan el papel de protectores de la sociedad. Ejemplos de ello se han producido en Reynosa y en Monterrey, en los últimos días.


Cabe preguntar ante ello. Si no son los narcos, ¿quién está creando esas condiciones terroristas? ¿Los “pefepos”? ¿El Ejército? ¿Para qué?

La puerta de El Paso del Norte está abierta de par en par.
En cualquier momento podrían cruzarla las fuerzas estadounidenses.
Gracias a la fallida guerra de Calderón.

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