martes, septiembre 01, 2009

Capitanes

Reforma

El edificio de Publi XIII

¿Se acuerda de aquel fraude de los automóviles tapizados de publicidad?

Fue Publi XIII Moving Publicity, que alguna vez encabezó José Luis González, la que defraudó a compradores que daban un anticipo a cambio de adquirir posteriormente un auto más barato.

El proceso judicial de quiebra de esta firma comenzó en 2003, cuando se descubrió el fraude, y ha sido uno de los más largos y enredados de que se tenga memoria.

La juez federal Edith Alarcón ha tenido que lidiar con cientos de acreedores que buscan recuperar lo que se pueda de sus anticipos, y ha buscado exprimir lo más posible a una docena de cuentas bancarias de González y sus cómplices para resarcir los daños.

Pues ahora viene un momento clave para desenlazar esta quiebra.

El 25 de septiembre, la juez hará una subasta para rematar los inmuebles de Publi XIII al mejor postor.

Son cinco lotes cuyo valor base es de 46 millones de pesos.

Pero la joya de la corona es lo que fue el edificio corporativo de Publi XIII en la colonia Santa Cruz Atoyac, en el DF, por el que la juez espera sacar al menos unos 30 millones.

En cuanto a González, que fue detenido hasta 2008, le acaban de dictar condena de 40 años de cárcel. Este sujeto enfrentaba más de 200 órdenes de aprehensión...


Juicios millonarios

El de Héctor Gómez López puede resultar un nombre poco familiar para usted.

Se trata de quien acusó a Adrián Treviño Muguerza de un fraude que hoy lo tiene en la cárcel.

También puede reconocerlo por haber sido quien hace un par de años ganó un juicio a Vector, de Alfonso Romo, por lo que esta empresa tuvo que pagarle la friolera de 240 millones de dólares en 2007.

Todo empezó cuando Gómez abrió un par de cuentas en Vector en 1993, para las cuales acordó una tasa extraordinariamente alta.

Hasta ese momento, este inversionista destacaba como uno de los más importantes vendedores de coberturas financieras en el País.

Pero a mitad de la década, Gómez fue acusado de complicidad con el ex banquero Carlos Cabal Peniche por una operación que resultó en quebranto de 50 millones de dólares contra Banco Unión.

Fue perseguido, pero luego el Gobierno tuvo que desechar las órdenes de aprehensión en su contra por falta de pruebas.

Cuando regresó a la acción después del pleito, su cuenta ya estaba en ceros.

Pasó 10 años peleando el asunto en tribunales y al final recibió una fortuna.

Pero lo que es el destino. Parte de lo recibido -más o menos 10 millones de dólares- lo invirtió en ATM Capital, de Treviño, quien ahora se defiende de la acusación de fraude que Gómez tramitó en su contra.


Triangulando combustóleo

Rara vez salen bien las cosas al Gobierno en su insistencia por controlar los precios de energéticos. Ahora toca al combustóleo.

Las autoridades están generando una diferencia de precios entre aquél al que lo vende Pemex en sus refinerías, contra el de exportación en los puertos.

El precio del combustóleo recién salido de la paraestatal promedia los 10.27 dólares por millón de BTUs, la unidad calórica útil para medir esta mercancía.

Pero el de exportación es 11 por ciento más barato, lo que generó incentivos para un mercado triangular que aprovechan supuestos exportadores que se encargan de colocarlo nuevamente en el País.

Como se imaginará, los integrantes de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Energéticos (AMDE), que preside Sergio Estrada, están que trinan.

Ellos se dedican precisamente a distribuir el diesel y el combustóleo que consume la gran industria en el País, por lo que sienten esta práctica como una franca competencia desleal.

Habrá que ver si Hacienda elimina esta distorsión ante el problema que generó.

Por si usted lo ignora, más del 50 por ciento del precio del combustóleo corresponde a impuestos que cobra la dependencia.


Barcos para Pemex

Por si no se acuerda, en marzo, Pemex Refinación, que lleva José Antonio Ceballos, asignó la compra mediante arrendamiento financiero de cuatro buques tanque.

Ganaron en aquella ocasión Ocean Mexicana, de Juan Reynoso Durand, y Naviera Tulum, de Ricardo Frías, cada una con dos barcos.

Lo nuevo está en que para 2010, la paraestatal va de nuevo con el mismo esquema.

Son dos proyectos de inversión separados, uno para un buque pendiente del concurso anterior, y otro nuevo, para cinco embarcaciones adicionales, todos recién construidos.

La empresa está calculando que los seis barcos le terminarán costando algo así como 4 mil 254 millones de pesos. Juzgue usted el tamaño de la inversión.


Otra de Peña

No. No se trata del Peña que usted piensa, sino de Luis Peña, capitán de HSBC en México.

Bueno, pues corre la versión de que luego de que Stephen Green, capitán de todo HSBC, elogió su trabajo en una vuelta que se dio por estos lares, de plano, ya lo convirtió en director de zona, aunque falta saber cuál será la que le va a corresponder.

Nada mal para el año y medio que lleva al frente del banco en México.


Eduardo Sánchez Navarro...

Este capitán enfrenta hoy la furia de "Jimena" en su barrio, y analistas financieros vaticinaron incluso una caída de ingresos del aeropuerto de Los Cabos, del Grupo Aeroportuario del Pacífico, del cual es accionista. Eso sin contar el daño que sufran las instalaciones comerciales, turísticas e inmobiliarias de su Grupo Questro, ubicadas también en Baja California Sur.

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