Teodoro Rentería Arróyave
Entre lagrimones y caras duras, por el dedazo implacable, por lo censura habida y por la derrota reconocida, se cumplió en tiempo y forma lo anunciado: la unción de César Nava Vázquez como presidente del Consejo Nacional del Partido Acción Nacional, PAN; la presencia del jefe del Ejecutivo, Felipe Calderón Hinojosa así lo avaló.
El proceso electoral interno del PAN se le podrá calificar de una elección de Estado o de una elección de Gobierno o de ambas, que sería lo más correcto, porque en ella intervinieron todos los factores que se dan en estas circunstancias coyunturales, donde el grupo en el poder quiere tenerlo todo, es decir, en el puño del control.
Perdida la supremacía del Poder legislativo y prácticamente todo lo ganado desde las concertacesiones de Carlos Salinas de Gortari, que maquiavélico llevó al cabo a favor del blanquiazul para legitimarse en su tiempo como presidente de la República, es obvio que el presidente Felipe Calderón Hinojosa no podía permitir que se le fuera de las manos su único bastión, su propio partido, eso no está a discusión, lo que se analiza es lo burdo para logarlo.
Por eso decimos que al mismo tiempo fue una elección de Estado y de Gobierno la de Nava Vázquez. Al más puro estilo de los sistemas comunistas que tanto aborrecen los panistas, se llevó a cabo la sesión del Consejo Nacional del PAN; cerrado el recinto a los medios, además, el circuito de televisión que transmitía la sesión a los reporteros de la fuente fue cortado en los momentos precisos cuando hacían uso de la palabra los oponentes, entre otros el Senador Santiago Creel Miranda o el diputado electo Javier Corral.
De Gobierno la unción del paisano michoacano, porque a la más caduca y rancia práctica del priísmo, el dedazo omnímodo fue la elección de Nava Vázquez, para ello es necesario recordar que la impresionante mayoría de los actuales consejeros nacionales del PAN fueron impuestos en aquella maniobra que encabezó su ahora doliente y derrotado ex presidente, Germán Martínez Cázares.
Sigamos en el recuerdo, se trataba de reemplazar al presidente nacional que había dejado Vicente Fox Quesada, nos referimos al yunquista Manuel Espino Barrientos, no obstante que él fue el artífice del que siempre será para la historia discutido triunfo electoral de Felipe Calderón Hinojosa. Los delegados fueron escogidos por Martínez Cázares entre los principales beneficiarios del entonces incipiente gobierno calderonista.
Cómo estarán las cosas que cuando le tocaba, en la encerrona de este sábado, hablar a Espino Barrientos, en otra de sus acostumbradas maniobras del llorón ex presidente panista, Martínez Cázares preguntó al rebaño si ya estaba suficientemente discutido el caso, la gran mayoría manejada votó a favor y su antecesor se quedó con el discurso preparado bajo el brazo. La censura total. Ausencias notorias, las del ex mandatario Vicente Fox y del jefe Diego Fernández de Cevallos,
Mientras el nuevo dirigente nacional del PAN, Nava Vázquez se curó en salud al decir “les pido compañeros consejeros nacionales que no me instruyan ganar a costa de lo que sea, se los pido porque no aceptaría ganar esa encomienda. Vamos a ganar sobre la base de lo que somos y de nuestra identidad”, el saliente, Martínez Cázarez, quien renunció por los funestos resultados de las elecciones del pasado 5 de julio, en su último mensaje como presidente del PAN, a punto de las lagrimas, dijo que se va porque los resultados electorales de la pasada jornada, “no estuvieron a la altura de los que ustedes me confiaron”, “Me voy” porque “les fallé”.
Una elección de Estado o de Gobierno o de ambas, un dedazo más presidencial, en consecuencia fue una unción o una entronización anunciada la de César Nava Vázquez como presidente interino del Partido Acción Nacional.
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Entre lagrimones y caras duras, por el dedazo implacable, por lo censura habida y por la derrota reconocida, se cumplió en tiempo y forma lo anunciado: la unción de César Nava Vázquez como presidente del Consejo Nacional del Partido Acción Nacional, PAN; la presencia del jefe del Ejecutivo, Felipe Calderón Hinojosa así lo avaló.
El proceso electoral interno del PAN se le podrá calificar de una elección de Estado o de una elección de Gobierno o de ambas, que sería lo más correcto, porque en ella intervinieron todos los factores que se dan en estas circunstancias coyunturales, donde el grupo en el poder quiere tenerlo todo, es decir, en el puño del control.
Perdida la supremacía del Poder legislativo y prácticamente todo lo ganado desde las concertacesiones de Carlos Salinas de Gortari, que maquiavélico llevó al cabo a favor del blanquiazul para legitimarse en su tiempo como presidente de la República, es obvio que el presidente Felipe Calderón Hinojosa no podía permitir que se le fuera de las manos su único bastión, su propio partido, eso no está a discusión, lo que se analiza es lo burdo para logarlo.
Por eso decimos que al mismo tiempo fue una elección de Estado y de Gobierno la de Nava Vázquez. Al más puro estilo de los sistemas comunistas que tanto aborrecen los panistas, se llevó a cabo la sesión del Consejo Nacional del PAN; cerrado el recinto a los medios, además, el circuito de televisión que transmitía la sesión a los reporteros de la fuente fue cortado en los momentos precisos cuando hacían uso de la palabra los oponentes, entre otros el Senador Santiago Creel Miranda o el diputado electo Javier Corral.
De Gobierno la unción del paisano michoacano, porque a la más caduca y rancia práctica del priísmo, el dedazo omnímodo fue la elección de Nava Vázquez, para ello es necesario recordar que la impresionante mayoría de los actuales consejeros nacionales del PAN fueron impuestos en aquella maniobra que encabezó su ahora doliente y derrotado ex presidente, Germán Martínez Cázares.
Sigamos en el recuerdo, se trataba de reemplazar al presidente nacional que había dejado Vicente Fox Quesada, nos referimos al yunquista Manuel Espino Barrientos, no obstante que él fue el artífice del que siempre será para la historia discutido triunfo electoral de Felipe Calderón Hinojosa. Los delegados fueron escogidos por Martínez Cázares entre los principales beneficiarios del entonces incipiente gobierno calderonista.
Cómo estarán las cosas que cuando le tocaba, en la encerrona de este sábado, hablar a Espino Barrientos, en otra de sus acostumbradas maniobras del llorón ex presidente panista, Martínez Cázares preguntó al rebaño si ya estaba suficientemente discutido el caso, la gran mayoría manejada votó a favor y su antecesor se quedó con el discurso preparado bajo el brazo. La censura total. Ausencias notorias, las del ex mandatario Vicente Fox y del jefe Diego Fernández de Cevallos,
Mientras el nuevo dirigente nacional del PAN, Nava Vázquez se curó en salud al decir “les pido compañeros consejeros nacionales que no me instruyan ganar a costa de lo que sea, se los pido porque no aceptaría ganar esa encomienda. Vamos a ganar sobre la base de lo que somos y de nuestra identidad”, el saliente, Martínez Cázarez, quien renunció por los funestos resultados de las elecciones del pasado 5 de julio, en su último mensaje como presidente del PAN, a punto de las lagrimas, dijo que se va porque los resultados electorales de la pasada jornada, “no estuvieron a la altura de los que ustedes me confiaron”, “Me voy” porque “les fallé”.
Una elección de Estado o de Gobierno o de ambas, un dedazo más presidencial, en consecuencia fue una unción o una entronización anunciada la de César Nava Vázquez como presidente interino del Partido Acción Nacional.
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