SALVADOR SUÁREZ ZAIZAR
ARTÍCULO NÚMERO 47
El estado de Colima requiere de un fuerte y decido impulso hacia el crecimiento y desarrollo. Pequeño en territorio, con una sociedad capacitada, una posición estratégica al considerarse la puerta de entrada y salida de mercancías a la región Asia-Pacífico, rico en recursos naturales, y privilegiado por su variedad de climas; presenta características únicas que podemos aprovechar al máximo.
Su tamaño le permite implementar rápidamente proyectos innovadores y analizar sus resultados. De ser efectivos, podrían replicarse en otros estados del país y ser un modelo a seguir. El desarrollo agrícola con tecnología de vanguardia, servicios logísticos y turísticos de excelente calidad, productos con valor agregado, un puerto de clase mundial, un sistema educativo que promueva la innovación y la creación de empresas, entre otros temas, posicionarían a Colima a nivel internacional.
En primer lugar, se necesita elaborar un plan de desarrollo más ambicioso, con una visión clara y estrategias puntuales para alcanzar resultados. En este proceso se requiere la participación de académicos, empresarios, funcionarios públicos y sociedad en general. Al mismo tiempo, se necesita aprender del mundo, de otros territorios que han pasado del subdesarrollo al desarrollo.
Un modelo a seguir es Singapur, un país con un pequeño territorio que posee una población estimada de 4,839,000 habitantes con un PIB per cápita de 36,940 dólares. Sólo necesitó de una generación de líderes y personas comprometidas para cambiar su destino y convertirse en un ejemplo en el Sudeste Asiático y el mundo. Aunque es un país y no un Estado como Colima, existen varias similitudes y muchos temas que podrían estudiarse a profundidad.
En ese proceso, las universidades e institutos educativos en Colima tienen una gran responsabilidad. Pueden destinar sus recursos a entender países como Singapur y su proceso de desarrollo. La finalidad es comprender nuestro entorno y diseñar propuestas que guíen la toma de decisiones de los funcionarios públicos. Ese análisis profundo brindará una visión holística de los problemas actuales y de las alternativas de solución.
Por su parte, el gobierno debe escuchar esas propuestas, analizarlas, y aplicarlas. Otras actividades serán el destinar de manera inteligente sus recursos, apostar por proyectos productivos, y promover el desarrollo de los sectores identificados como potenciales. El apoyo a la pequeña y mediana empresa con programas de capacitación, créditos, asesoría especializada, vinculación con el sector académico, y la búsqueda de mercados tanto a nivel nacional como internacional, fortalecerán la economía de todo el Estado. Finalmente, el combate decidido a la corrupción y reglas claras y consistentes, al mismo tiempo que se promueven los valores humanos y la educación, nos permitirán ver un futuro alentador.
Colima debe convertirse en un modelo a nivel nacional e internacional. La sociedad unida debe exigir transparencia en las cuentas públicas, un excelente servicio por parte de las instituciones gubernamentales, y estrategias que nos permitan visualizar hacia dónde vamos. La incertidumbre llega cuando no hay un rumbo claro y el gobierno no es capaz de transmitir su visión a mediano y largo plazo.
Las oportunidades existen y no hemos sido capaces de concretarlas. Si lo hubiéramos hecho, los discursos de nuestros gobernantes o candidatos en las pasadas elecciones no serían los mismos que hemos escuchado por décadas. ¿Cuándo dejaremos de hablar de la pobreza, desempleo, falta de desarrollo, inseguridad, desigualdad, o la urgente necesidad de contar con una educación de calidad?
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
ARTÍCULO NÚMERO 47
El estado de Colima requiere de un fuerte y decido impulso hacia el crecimiento y desarrollo. Pequeño en territorio, con una sociedad capacitada, una posición estratégica al considerarse la puerta de entrada y salida de mercancías a la región Asia-Pacífico, rico en recursos naturales, y privilegiado por su variedad de climas; presenta características únicas que podemos aprovechar al máximo.
Su tamaño le permite implementar rápidamente proyectos innovadores y analizar sus resultados. De ser efectivos, podrían replicarse en otros estados del país y ser un modelo a seguir. El desarrollo agrícola con tecnología de vanguardia, servicios logísticos y turísticos de excelente calidad, productos con valor agregado, un puerto de clase mundial, un sistema educativo que promueva la innovación y la creación de empresas, entre otros temas, posicionarían a Colima a nivel internacional.
En primer lugar, se necesita elaborar un plan de desarrollo más ambicioso, con una visión clara y estrategias puntuales para alcanzar resultados. En este proceso se requiere la participación de académicos, empresarios, funcionarios públicos y sociedad en general. Al mismo tiempo, se necesita aprender del mundo, de otros territorios que han pasado del subdesarrollo al desarrollo.
Un modelo a seguir es Singapur, un país con un pequeño territorio que posee una población estimada de 4,839,000 habitantes con un PIB per cápita de 36,940 dólares. Sólo necesitó de una generación de líderes y personas comprometidas para cambiar su destino y convertirse en un ejemplo en el Sudeste Asiático y el mundo. Aunque es un país y no un Estado como Colima, existen varias similitudes y muchos temas que podrían estudiarse a profundidad.
En ese proceso, las universidades e institutos educativos en Colima tienen una gran responsabilidad. Pueden destinar sus recursos a entender países como Singapur y su proceso de desarrollo. La finalidad es comprender nuestro entorno y diseñar propuestas que guíen la toma de decisiones de los funcionarios públicos. Ese análisis profundo brindará una visión holística de los problemas actuales y de las alternativas de solución.
Por su parte, el gobierno debe escuchar esas propuestas, analizarlas, y aplicarlas. Otras actividades serán el destinar de manera inteligente sus recursos, apostar por proyectos productivos, y promover el desarrollo de los sectores identificados como potenciales. El apoyo a la pequeña y mediana empresa con programas de capacitación, créditos, asesoría especializada, vinculación con el sector académico, y la búsqueda de mercados tanto a nivel nacional como internacional, fortalecerán la economía de todo el Estado. Finalmente, el combate decidido a la corrupción y reglas claras y consistentes, al mismo tiempo que se promueven los valores humanos y la educación, nos permitirán ver un futuro alentador.
Colima debe convertirse en un modelo a nivel nacional e internacional. La sociedad unida debe exigir transparencia en las cuentas públicas, un excelente servicio por parte de las instituciones gubernamentales, y estrategias que nos permitan visualizar hacia dónde vamos. La incertidumbre llega cuando no hay un rumbo claro y el gobierno no es capaz de transmitir su visión a mediano y largo plazo.
Las oportunidades existen y no hemos sido capaces de concretarlas. Si lo hubiéramos hecho, los discursos de nuestros gobernantes o candidatos en las pasadas elecciones no serían los mismos que hemos escuchado por décadas. ¿Cuándo dejaremos de hablar de la pobreza, desempleo, falta de desarrollo, inseguridad, desigualdad, o la urgente necesidad de contar con una educación de calidad?
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