jueves, agosto 13, 2009

Cumbre sosa

Teodoro Rentería Arróyave

Sin mayores acuerdos y en buenos deseos concluyó en Guadalajara la Cumbre de Líderes de América del Norte en la que participaron los presidentes de México, Felipe Calderón Hinojosa, de Estados Unidos, Barack Obama y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper. En vista de ello las noticias estuvieron afuera, pero eso sí en torno a la sosa cimera reunión.

Seguridad, cambio climático y economía, fueron entre otros, los temas que se trataron sin llegar a ningún acuerdo. Lo del presidente hondureño depuesto, Manuel Zelaya fue soslayado. Quedaron pendientes también entre otros, el asunto migratorio, la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Nafta, como dicen por sus siglas en inglés, y la imposición de visas canadienses a los mexicanos que visiten ese país.

Decíamos que nos negábamos a pensar que la presentación por parte de la Secretaría de Seguridad Pública federal del sicario, Dimas Díaz Ramos, alias “El Dimas”, quien planeaba un atentado en contra del presidente Felipe Calderón Hinojosa, fuera una acción mediática, pues todo hace suponer que así fue, porque se escogió exacto el momento “cumbre” de la sosa Cumbre para dar la noticia de sopetón y en esa forma aprovechar la presencia de la prensa extranjera para presentar a Calderón casi, casi como el mártir de los mexicanos.

También hubo otra presentación oportuna, la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República, exhibió a Juan Daniel Carranco Salazar alias “El Colosio”, presunto jefe de “Los Zetas” y del cártel del Golfo en Quintana Roo y quien presuntamente participó en los ataques contra el Consulado de Estados Unidos y Televisa de la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Había que quedar bien con los primos gringos.

Y exacto, cuando el presidente Calderón Hinojosa no pudo soslayar en la conferencia de prensa conjunta con sus homólogos invitados, el tema de los derechos humanos y afirmó desafiante que su gobierno los protege y “quienes señalen lo contrario, están obligados a probar un caso, un solo caso”, “La Suprema”, el “Zar” antidrogas fronterizo y organizaciones internacionales lo refutaron de lo lindo.

Por un solo voto de diferencia, en México se reafirmó el fuero militar. En efecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación validó los juicios militares a elementos del Ejército que presuntamente violen los derechos humanos de civiles, al rechazar amparar a Reynalda Morales Rodríguez, cuyo esposo fue presuntamente muerto por militares en marzo de 2008, para que el juicio lo realizaran autoridades judiciales civiles y no tribunales militares.

Mientras tanto, el “zar” fronterizo antidrogas, Alan Bersin condicionó el Plan Mérida, al afirmar que si bien Estados Unidos está comprometido a continuar su apoyo, por lo pronto al menos 60 millones de dólares podrían ser retenidos si México no ofrece resultados en investigaciones de casos de violaciones a derechos humanos por parte de elementos castrenses.

Para terminar, la organización Human Rights Watch, respondió: “El reclamo del Presidente se contradice con la evidencia disponible”, y cuando menos se refirió a dos casos documentados de violaciones a los derechos humanos ocurridos en mayo y agosto de 2007 en Michoacán en los que militares que participaban en operaciones antidrogas fueron acusados de tortura a varios ciudadanos, y no han sido castigados.

En conclusión, una reunión cumbre de los tres mandatarios de los países del norte de América, que quedó en buenas intenciones, en la que se soslayaron los temas de importancia, se pospusieron los acuerdos trascendentes y defraudó las expectativas que había provocado. Las noticias estuvieron afuera, todas negativas y preocupantes, pero todas en torno de la sosa reunión cimera.

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