Federico Arreola / sdp
Leído en internet: El ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, "comentó que si se tiene más de un par de calzoncillos en condiciones imperfectas y no se adquieren unos nuevos, es un buen parámetro para saber que la recesión aún no ha terminado. Dice que como es difícil que los calzoncillos estén a la vista, a su entender son lo primero que se deja de comprar al haber serios problemas con la economía y son los primeros en recuperarse ante la reactivación económica".
Lo anterior me recordó algo que manifestó Fidel Castro, frente a un grupo de mujeres, cuando se desmoronaba la Unión Soviética y Cuba, por consecuencia, entraba en un "período especial en tiempos de paz" que simplemente quería decir que la economía de la Isla iba a enfrentar serias dificultades por la falta de apoyo ruso. Castro expresó frente a un público femenino que las cosas estaban muy complicadas, que esa nación estaba en una situación de emergencia, que iba a haber escasez de casi todo y que ellas iban a usar la misma ropa interior durante mucho tiempo. Yo estaba en Cuba cuando eso ocurrió, me divirtió advertir que las cubanas hacían bromas con la observación de su líder y pensé que utilizar los calzones para explicar una recesión era algo que solo podía ocurrir en el ineficiente comunismo. Ahora que me entero de que Greenspan lo ha hecho, me preocupo, si no por otra cosa, porque este hombre sabe más que nadie acerca de la crisis actual: él la provocó, según afirman no pocos de quienes han seguido su trayectoria.
Creo que la próxima vez que me pare en una tienda en la que vendan ropa, como el Palacio de Hierro o Liverpool, lo primero que voy a hacer será investigar con los dependientes si están vendiendo más o menos calzoncillos. Por lo pronto, en forma telefónica, pregunté a un par de amigos empresarios cuándo fue la última vez que compraron ropa interior. Ambos respondieron que este año todavía no han tenido tiempo para hacerlo. Malas noticias, de plano.
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Leído en internet: El ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, "comentó que si se tiene más de un par de calzoncillos en condiciones imperfectas y no se adquieren unos nuevos, es un buen parámetro para saber que la recesión aún no ha terminado. Dice que como es difícil que los calzoncillos estén a la vista, a su entender son lo primero que se deja de comprar al haber serios problemas con la economía y son los primeros en recuperarse ante la reactivación económica".
Lo anterior me recordó algo que manifestó Fidel Castro, frente a un grupo de mujeres, cuando se desmoronaba la Unión Soviética y Cuba, por consecuencia, entraba en un "período especial en tiempos de paz" que simplemente quería decir que la economía de la Isla iba a enfrentar serias dificultades por la falta de apoyo ruso. Castro expresó frente a un público femenino que las cosas estaban muy complicadas, que esa nación estaba en una situación de emergencia, que iba a haber escasez de casi todo y que ellas iban a usar la misma ropa interior durante mucho tiempo. Yo estaba en Cuba cuando eso ocurrió, me divirtió advertir que las cubanas hacían bromas con la observación de su líder y pensé que utilizar los calzones para explicar una recesión era algo que solo podía ocurrir en el ineficiente comunismo. Ahora que me entero de que Greenspan lo ha hecho, me preocupo, si no por otra cosa, porque este hombre sabe más que nadie acerca de la crisis actual: él la provocó, según afirman no pocos de quienes han seguido su trayectoria.
Creo que la próxima vez que me pare en una tienda en la que vendan ropa, como el Palacio de Hierro o Liverpool, lo primero que voy a hacer será investigar con los dependientes si están vendiendo más o menos calzoncillos. Por lo pronto, en forma telefónica, pregunté a un par de amigos empresarios cuándo fue la última vez que compraron ropa interior. Ambos respondieron que este año todavía no han tenido tiempo para hacerlo. Malas noticias, de plano.
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