lunes, julio 20, 2009

El nuevo mapa electoral

Jorge Buendía

Toda elección se presta a múltiples lecturas. Una de las más ilustrativas es rastrear la distribución regional del voto: ¿de qué estado o región salieron los votos que le dieron la victoria al PRI? ¿Qué estados abandonaron al PAN y al PRD? Los estados con un gran número de electores que cambian de preferencia de una elección a otra son a menudo la fuente de las victorias o derrotas de los partidos.

Empecemos por el PRI. En relación con los comicios de 2006, el PRI ganó votos en prácticamente todos los estados, salvo Chiapas y Zacatecas. La recuperación priísta tocó todas las regiones y estados del país, sin importar su signo partidista. Naturalmente que parte de la explicación tiene que ver con la desaparición del “efecto Madrazo” que llevó al PRI a sótanos insospechados. Los estados donde el PRI tuvo un mayor crecimiento de 2006 a 2009 fueron Coahuila, Yucatán y el Estado de México (Edomex). Los dos primeros, sin embargo, tienen un electorado relativamente pequeño, mientras que el territorio mexiquense tiene el mayor número de votantes del país. En esta entidad, el PRI pasó de 24.3 % en la elección de diputados de 2006 al 42.4% que obtuvo en alianza con el PVEM. Este incremento le permitió ganar 38 de los 40 distritos del estado. Otra entidad sumamente poblada que le dio votos al PRI fue Veracruz. El voto tricolor alcanzó 47%, cuando tres años atrás rondó 34%.

Si comparamos los números tricolores con la última elección intermedia, observamos otro dato importante: los tres estados con el padrón electoral más grande, Edomex, DF y Veracruz, tuvieron un crecimiento importante en su apoyo por el PRI: de 9% en Veracruz a 6% en el DF y Edomex. La recuperación priísta pasó por su recomposición en las entidades más pobladas.

Cuando analizamos los números del PAN encontramos que sus mayores caídas en relación a 2006 las tuvo en Coahuila, Aguascalientes y Guanajuato (estas dos últimas entidades son gobernadas por el PAN). La caída fue general: perdió votos en 26 entidades y sólo ganó sufragios en 6, sobre todo en Chiapas y Campeche. A pesar de la creencia de que al PAN no le fue mal en el DF, los números muestran otra faceta: 23% de los votos que obtuvo en la capital significan un retroceso en relación a 2006 y a 2003 (la caída es de 3.5 y 4%, respectivamente).

La percepción de triunfo del PAN en el DF se explica principalmente por la pérdida de votos del sol azteca. El débil desempeño del PRD en estos comicios se debe a que la capital dejó de ser la reserva de votos amarillos. Literalmente se puede hablar de una debacle: en 2003, el PRD obtuvo 45% de los sufragios y en 2006, en alianza con el PT y Convergencia, alcanzó 53%. Hoy fue de sólo 28%. Dicho de otra manera, en el DF el PRD recibió poco más de la mitad de los votos de tres años atrás. Si consideramos que el PAN y el PRD perdieron apoyo en todo el país, mientras que el PRI se recuperó por todas partes, resulta claro que fueron los factores nacionales, y no locales, los que cambiaron el mapa electoral del país. La mala situación económica finalmente alcanzó al PAN y al Presidente.

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