jueves, julio 16, 2009

América: ¿Salvarse de qué?

David Faitelson

Debe ser difícil entenderlo. En el universo de ese equipo, de su historia, de su abolengo, de su tradición, de sus jugadores, de sus directivos y hasta de sus fanáticos la posibilidad de pelear por un descenso no existe: Es un pesar, un sacrificio que tienen otros y no, nunca, jamás de los jamases, el América.

El capitán Pavel Pardo soltó la declaración hace apenas algunas semanas: “De lo que tenemos que preocuparnos es de no descender”. Pero, yo le pregunto: ¿Puede un equipo con una de los más altos presupuestos de la Liga escudarse en el hecho de que tendrá que preocuparse por la tabla porcentual? No. El América tiene la obligación de pelear arriba por una cuestión casi innata, por un compromiso forjado a sangre y espíritu con sus colores y porque si no lo hace estará traicionando sus códigos más preciados.

La contratación de Aquivaldo Mosquera parece haber llenado un hueco importante en el debilitado apartado defensivo del equipo, para muchos, el “talón de Aquiles” de las últimas temporadas.

Donde la directiva ha dado “bandazos” es con los refuerzos del medio campo hacia el frente. Habrá que entender que la directiva del América está tratando de hacer más con menos y utilizando al máximo el hecho de contar con El Pocho Insúa como moneda de cambio. Los nombres del Rolfi Montenegro, de Sebastian Bataglia y de otros muchos más han sonado como posibilidad.

Se entiende que tras el desfalco de principios de año (con Ramón El Pelado Díaz) el América este cuidando hasta el último centavo, pero, por ahora, Cabañas luce solo y la ofensiva anémica, pálida, anoréxica.

Me queda claro que el America tiene prohibido pensar en el descenso. Tiene que concentrase en recuperar los primeros sitios de la Liga, en volver a su futbol espectacular y en ser campeón, esencia, finalmente, para la que fue construido y en la que creen sus fanáticos. Así que el señor Jesús Ramírez no puede ni debe escudarse en el pretexto de que están armando un equipo para salvarse. El América no está para salvarse, el América siempre está a salvo.

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