Álvaro Cepeda Neri / Conjeturas
Recordarán los lectores que Carlos Hermosillo, el ex director de la Comisión del Deporte, se comprometió a entregarles tres millones de pesos a los tres que compitieron en los Juegos Olímpicos de China, y clasificaron en los tres primeros lugares. No les pagaba y cuando, presionado a cumplir su contrato de donación, lo hizo, extendió tres cheques... ¡sin fondos bancarios! Hasta la fecha los deportistas no han tenido en sus manos ni un peso.
Esto mientras Hermosillo, destituido del cargo, fue enviado como candidato a diputado federal del PAN por un distrito de Veracruz; donde su desgobernador Fidel Herrera, en su momento aseguró que el contagio de la influenza venía de China y los chinos pusieron el grito en el cielo, para luego en venganza poner en dura cuarentena a los mexicanos de paseo por allá.
Lo de Hermosillo está entre los pendientes del panismo y de quienes no perderemos de vista el asunto. Ahora es un priísta, el tristemente célebre Mario Marín, el gober precioso de Puebla, quien con intereses en el equipo de futbol Puebla se puso, como es su costumbre, muy “entrón” y en un acto público dijo a los integrantes del equipo, que si salvaban al equipo de no salir de la Primera División, les daría 30 mil pesos a cada uno de los 20 jugadores y a su director técnico.
El Puebla se mantuvo entre los clasificados. Después Marín les ofreció otros 200 mil pesos si clasificaban a la liguilla, llegando a semifinales. También lo lograron los camoteros.
Entonces el gober precioso, según el piropo de un abusador sexual de niños y niñas (a saber si por otras razones), les debe medio millón de pesos a cada uno y que con su técnico son 21 para los cuales debe desembolsar 11 millones de pesos más otra cantidad por bonos.
Lo interesante del caso es que Marín se comprometió a darles ese dinero de sus ahorros y que deben ser cuantiosos. Empero, aseguran los que conocen al gober que si bien está forrado de billetes no se desprenderá de un peso y que los premios en metálico saldrán del tesoro poblano con cargo a los contribuyentes. Debe pagar también los impuestos o cuando menos hacerlos aparecer en su declaración ante el sistema tributario de Hacienda.
El gober de Jalisco dona millones a su iglesia, sustrayéndolos del erario público. El desgobernador jarocho manda a hacer estatuas suyas y de su esposa, con cargo a los dineros del pueblo. El de Sonora se apropia de bienes públicos. Estamos inmersos en una corrupción que no tarda en manifestarse en las urnas por los ciudadanos hartos de que los gobernadores dispongan a su antojo del dinero del pueblo.
Y en lugar de proceder contra esos funcionarios, Calderón se va de espectador del futbol. Ya es demasiada la descomposición, por corrupción e impunidad, de la élite política en los poderes ejecutivos y judiciales, tanto de los estados como federales. Marín no se quitará los 11 millones de su fortuna, si es que los entrega o gira cheques sin fondos. Y de hacerlo, procede investigar de dónde el “gober precioso” tiene tanta fortuna.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
Recordarán los lectores que Carlos Hermosillo, el ex director de la Comisión del Deporte, se comprometió a entregarles tres millones de pesos a los tres que compitieron en los Juegos Olímpicos de China, y clasificaron en los tres primeros lugares. No les pagaba y cuando, presionado a cumplir su contrato de donación, lo hizo, extendió tres cheques... ¡sin fondos bancarios! Hasta la fecha los deportistas no han tenido en sus manos ni un peso.
Esto mientras Hermosillo, destituido del cargo, fue enviado como candidato a diputado federal del PAN por un distrito de Veracruz; donde su desgobernador Fidel Herrera, en su momento aseguró que el contagio de la influenza venía de China y los chinos pusieron el grito en el cielo, para luego en venganza poner en dura cuarentena a los mexicanos de paseo por allá.
Lo de Hermosillo está entre los pendientes del panismo y de quienes no perderemos de vista el asunto. Ahora es un priísta, el tristemente célebre Mario Marín, el gober precioso de Puebla, quien con intereses en el equipo de futbol Puebla se puso, como es su costumbre, muy “entrón” y en un acto público dijo a los integrantes del equipo, que si salvaban al equipo de no salir de la Primera División, les daría 30 mil pesos a cada uno de los 20 jugadores y a su director técnico.
El Puebla se mantuvo entre los clasificados. Después Marín les ofreció otros 200 mil pesos si clasificaban a la liguilla, llegando a semifinales. También lo lograron los camoteros.
Entonces el gober precioso, según el piropo de un abusador sexual de niños y niñas (a saber si por otras razones), les debe medio millón de pesos a cada uno y que con su técnico son 21 para los cuales debe desembolsar 11 millones de pesos más otra cantidad por bonos.
Lo interesante del caso es que Marín se comprometió a darles ese dinero de sus ahorros y que deben ser cuantiosos. Empero, aseguran los que conocen al gober que si bien está forrado de billetes no se desprenderá de un peso y que los premios en metálico saldrán del tesoro poblano con cargo a los contribuyentes. Debe pagar también los impuestos o cuando menos hacerlos aparecer en su declaración ante el sistema tributario de Hacienda.
El gober de Jalisco dona millones a su iglesia, sustrayéndolos del erario público. El desgobernador jarocho manda a hacer estatuas suyas y de su esposa, con cargo a los dineros del pueblo. El de Sonora se apropia de bienes públicos. Estamos inmersos en una corrupción que no tarda en manifestarse en las urnas por los ciudadanos hartos de que los gobernadores dispongan a su antojo del dinero del pueblo.
Y en lugar de proceder contra esos funcionarios, Calderón se va de espectador del futbol. Ya es demasiada la descomposición, por corrupción e impunidad, de la élite política en los poderes ejecutivos y judiciales, tanto de los estados como federales. Marín no se quitará los 11 millones de su fortuna, si es que los entrega o gira cheques sin fondos. Y de hacerlo, procede investigar de dónde el “gober precioso” tiene tanta fortuna.
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