viernes, junio 12, 2009

¿Cómo responder a la brutalidad represiva contre el pueblo?

Pedro Echeverría V.

1. Soldados disfrazados de policías estatales y metropolitanos de Puebla dispersaron a golpes una manifestación más. Al menos 30 mentores, además de cuatro periodistas, resultaron con heridas e intoxicaciones por gases lacrimógenos. Por la tarde, un grupo de “policías” desalojó a los mentores que desde hace ocho meses tenían en su poder las sedes de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ubicadas en colonias del sur y el norte de la capital, respectivamente. Detuvieron a 15 profesores de Zacapoaxtla, Texmelucan e Izúcar de Matamoros, entre otros municipios, a quienes acusan de motín, daño en propiedad ajena, despojo y allanamiento de morada; dos activistas de derechos humanos también fueron apresados.

2. Esto sucedió el martes en Puebla, pero en las últimas semanas la represión se ha venido agudizando con cualquier pretexto. Al parecer el gobierno de Felipe Calderón aprovecha el apoyo absoluto del ejército, que lleva más de dos años en las calles, y el llamado Plan México firmado con el gobierno de Bush. La lucha magisterial en Puebla es parte de las movilizaciones nacionales en contra de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) Ayer los mentores realizaron una marcha por las principales calles del centro de la ciudad, en demanda de que se cancele la citada alianza, así como también de que se acabe el presunto acoso laboral del que son víctimas algunos los maestros inconformes con el sindicato oficial.

3. En los últimos años en Oaxaca, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Puebla y en otros lugares, los gobiernos, en particular los de Fox y Calderón, se han dedicado a usar la violencia brutal contra las manifestaciones de protesta. Todos los avances libertarios que logramos en 1968 y 1988 estudiantes y pueblo, los hemos estado perdiendo en los últimos 10 años. Gobernadores déspotas, al sentirse protegidos por los gobiernos federales panistas, se han dedicado a reprimir al pueblo inconforme lanzando gases lacrimógenos, persiguiéndolo con perros, golpeándolo con poderosos toletes de madera, pateándolos con la mayor saña y encarcelándolo.

4. Cuándo pensamos que aquellos años de la guerra sucia habían sido superados y que en México, a pesar de sus gobiernos derechistas, se habían logrado amplios márgenes de libertad (entre éstas la obligación de respetar las protestas del pueblo), en los últimos años hemos visto como regresan las represiones –como en los años sesenta y setenta- contra los profesores, los estudiantes, trabajadores y el movimiento social. ¿Cuántos heridos, descalabrados, muertos, detenidos, se registran en cada manifestación? Pienso que pronto el pueblo, los manifestantes, comenzaran a llevar a las marchas sus cabillas, sus máscaras antigases y sus protectores corporales para enfrentar la brutal represión.

5. ¿Cómo es posible que los manifestantes se dejen golpear, patear, arrastrar y detener por jenízaros armados y forrados con estructuras metálicas cuando sus luchas como estudiantes, profesores, pueblo, son pacíficas y justas? La realidad es que los gobiernos, con esas represiones brutales, están retando al pueblo a defenderse contra los salvajes y crueles policías y soldados entrenados para golpear al pueblo. Las tácticas pacifistas de Gandhi o de Luther King, de dejarse golpear y asesinar, no funcionan. Parece que los jóvenes no están dispuestos a “poner la otra mejilla”, sino a llevar sus protestas adelante aunque los milicos quieran evitarlas y tengan órdenes superiores para matar.

6. La otra alternativa sería no protestar, no luchar y quedarse en la casa llorando como cobarde sus infortunios. Es tener miedo a ser golpeado o detenido por los delincuentes y saqueadores que gobiernan México. El 9 de septiembre de 2003 en Cancún, el coreano Lee Kyung Hae se suicidó en plena barricada al ver –junto a nosotros- la imposibilidad de derribarla. Éramos varios miles de pacifistas de diversos países (a unos tres kilómetros de la reunión) que buscábamos romper la valla del ejército armado hasta los dientes para protestar contra la reunión de la Organización Mundial de Comercio que buscaba aprobar medidas contra los pueblos. Ese ejemplo de Lee quedó en la historia.

7. Posiblemente se registren más suicidios, pero lo más seguro es que los manifestantes también decidan armarse para defenderse, tal como ha comenzado a suceder en algunos países donde incluso se han detenido policías y soldados para intercambiarlo por sus presos, luchadores sociales. ¿O se quiere acaso seguir permitiendo que los policías entrenados para las represiones fascistas nos sigan golpeando en cabeza y cuerpo como si fuéramos costales de entrenamiento? El pueblo nunca sale a protestar por puro gusto o por divertirse; sale a la calle porque no le han dejado otro camino después de mil escritos o mil “diálogos” que los funcionarios se pasan por el “arco del triunfo”.

8. Pareciera que el gobierno derechista de Calderón, al ordenarle al ejército invadir las calles y al firmar con EEUU el Plan México, se está preparando para evitar la “cábala” en 2010, que suceda lo que pasó en 1810 (revolución de independencia) y 1910 (revolución mexicana) Da la impresión que al arreciar la represión del gobierno contra las luchas del pueblo está actuando como si estuviéramos en los prolegómenos de una nueva revolución en los festejos del bicentenario, como le pasó al gobierno dictatorial de Porfirio Díaz cuando festejaba el centenario. Pero entretanto no permitamos que las funestas fuerzas armadas sigan golpeando a nuestro pueblo por el hecho de protestar.

9. Si en algún momento los manifestantes comenzaran a llevar palos, piedras, bombas molotov, etcétera, para defenderse, y eso llevara a trifulcas y muertes, los únicos culpables serán los gobiernos fascistoides derechistas que se niegan a escuchar al pueblo y a resolverles sus problemas; serán esos gobiernos los culpables al tratar de destruir las protestas con golpes, gases lacrimógenos, perros entrenados y caballos. En la medida que los gobiernos reprimen con mayor saña en esa misma medida demuestran su debilidad y su desesperación frente a la conciencia y las luchas del pueblo. Las batallas de los profesores poblanos forman parte de una gran lucha nacional contra la opresión política y la explotación económica.

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