viernes, marzo 06, 2009

La verdadera “preocupación” de los Estados Unidos en su guerra contra el narcotráfico

Waldo Munizaga

La reciente preocupación expuesta por el “preocupado” gobierno de los Estados Unidos en el supuesto aumento y facilidad del clandestino contrabando de estupefacientes por algunos territorios, por ellos mismos catalogados “países tránsito” en su declarada “guerra” contra el flagelo de las drogas, francamente debiera de tener más que preocupados a todos los países del planeta.

Si esta preocupación es realmente fiable y preocupada indiscutiblemente implicaría otra más preocupante y alarmante realidad, el respectivo y tormentoso aumento de la despreocupación y facilidad por parte de los consumidores de los propios Estados Unidos a la hora de procurarse el mantenimiento y la “necesidad” de su vicio.

Por lo obviamente resultante también pareciera desprenderse que no sería muy descabellado pensar que los narcotraficantes en los actuales momentos le están ganando la guerra al supuesto país más poderoso del planeta, y a parte de no tener capacidad, o voluntad, de siquiera poder controlar el consumo en su propio país, mucho menos sería de esperar que lo estén logrando en aquellos países que no precisamente por ser bonitos mantienen mayor presencia militan en el mundo (Colombia Y Afganistán), donde, por lo que lógicamente se deriva de su preocupación, debe haber aumentado la capacidad y los niveles de producción y exportación.

La asolapada preocupación de este preocupante anuncio no tiene otra finalidad que la de ir aumentando, con el acostumbrado miedo, su control bajo la promovida ignorancia de su pueblo. La nación que solía venderse como el “país de la libertad” al precio de una inexistente seguridad se ha venido convirtiendo en la sociedad más fiscalizada y espiada del planeta, constantemente seducida hacia su propia degeneración y envenenamiento tanto por los que despreocupadamente los aguardan con las respectivas dosis por las esquinas, como por todo el poderoso andamiaje económico los que con el auxilio de las grandes cadenas de información diariamente les inoculan el mediático barbitúrico de que todo marcha very good, pues su poderoso y prepotente complejo militar se haya desplazado y acantonado por todo el mundo para “librarlos” de todo mal.

Mientras que la verdadera y amarga realidad es otra. Sus planes nunca han sido el combatir y exterminar el lucrativo negocio de las drogas, demasiadas regalías, control y profilaxia social les ha dispensado a través del mundo y su propia casa para cometer el malagradecido desliz de no contarlo más de su lado. Desde el principio ha sido como todo efectivo peligro, un arma estratégica que cuidadosamente controlada y bien direccionada puede resultar de sumo provecho táctico y situacional.

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