lunes, marzo 30, 2009

El Estado y la partidocracia contra la educación

Alfredo Velarde

Sorprende que la prensa no lo destacara; que las pequeñas expresiones de la izquierda genuina y consecuente del país, no lo denunciara; que la mayoría del fragmentado movimiento estudiantil en la estructura pública de educación media superior y superior, lo desconozca; y que la sociedad lo ignore, sin más. Pero así es, algo en extremo grave. En efecto, el pasado 12 de Diciembre del 2008, justo cuando en México iniciaba el kilométrico puente vacacional de fin de año y denominado por la picaresca nacional como el “Guadalupe-Reyes” , la partidocracia cómplice aprobaba silenciosamente en comisiones una iniciativa de regresiva contrarreforma legislativa, en materia constitucional, para cambiar tanto el espíritu como la letra misma del Artículo Tercero dentro de la Carta Magna.

La reaccionaria iniciativa , en los hechos, desfigura escandalosamente el referido artículo, y, hasta donde sabemos, ya se encuentra “lista” para ser votada en el Pleno de la Cámara de Diputados tras el cabildeo que –nos dicen- ha amarrado de antemano la suma aritmética de los votos necesarios entre las bancadas, para su aprobación final y hasta hoy organizada desde la más ominosa opacidad. Al respecto, mueve a sorpresa (aunque no tanto, pues sabemos cómo se las gastan) que ninguna bancada, ni legislador alguno en lo individual, alertara a la gente sobre la chicanada en preparación para el golpe definitivo, cosa preocupante en sí porque, además, ocurre en medio de graves implicaciones educativas en estos tiempos de crisis económica general, estructural y prolongada .

Pero además, resulta sintomático advertir, en lo que al turbio asunto se refiere, que justo cuando se están cumpliendo 10 años del inicio del revulsivo movimiento que detuvo en la UNAM , con el CGH y su larga huelga plebeya de 1999-2000 reprimida , la intentona privatizadora en la máxima casa de estudios parece volver por sus fueros que entonces encabezara el inefable rector Francisco Barnés de Castro por imponer la cuotas que explícitamente prohíbe, todavía hasta ahora, la fracción IV del artículo tercero que se pretende demoler. Al menos, hasta que la nueva redacción - ya cocinada - no sea aprobada y que ya espera su turno o “momento político propicio” seguramente después de las elecciones intermedias del triste y abiertamente impopular sexenio calderonista.

De pasar la iniciativa contrarreformista de la que obra en nuestro poder una fotocopia, se liquidará la laicidad y la gratuidad , no sólo en la UNAM , sino en el IPN, la UAM , Chapingo, Bachilleres, las Normales Rurales y todas las instituciones nominalmente –ya no tan- “públicas” . La malhadada iniciativa, así, representaría el tercer intento –ésta vez definitivo- en 23 años, desde el 86-87 que en la UNAM del tiempo de Jorge Carpizo desencadenó el surgimiento del CEU huelguista de entonces, por imponer las cuotas y los reglamentos generales de exámenes e inscripciones, a fin de darle una vuelta de tuerca más a la privatización educativa y rompiendo ahora, con ello, las recurrentes e históricas resistencias de las juveniles fuerzas de la razón estudiantil de cada época.

No hay espacio para relatar en detalle el largo y alarmante documento, que incorpora enmiendas y adiciones discrecionalmente consensuadas y que, de aprobarse en breve, desfiguraría rotundamente al conjunto del proyecto histórico de la educación pública mexicana. Y esto está ocurriendo justo ahora cuando a los jóvenes, por razones económicas , se les está vedando en crecientes proporciones, el elemental derecho social a estudiar , y, por supuesto, también al trabajo . Mientras tanto, en la década que ha pasado desde el movimiento del CGH en la UNAM , las autoridades han modificado el diseño curricular en materia de planes y programas de estudio en la mayoría de las carreras, a fin de adecuar los contenidos a las exigencias propias del modelo deseducador de la escuela capitalista , con propósitos meramente reproductores de la lógica sistémica y podándoles todo referente científico-crítico que demuestra el profundo desdén por las ciencias sociales y las humanidades, la inclinación por la educación instrumentalista y tecnocrática que renuncia a la formación integral, a favor del mero adiestramiento técnico que ya amenaza con finiquitar la universalidad del saber universitario del que se pretende garantizar un reduccionista encuadre particularista con énfasis sólo en aquello que interesa a la iniciativa privada y las grandes empresas capitalistas, nacionales y extranjeras, para gradualmente ir dejando de soslayo el estudio de los grandes problemas nacionales y la preparación académica orientada para su resolución integral.

Además, no sólo se prepara la discutible iniciativa del “bachillerato único” , sino que las violaciones al mandato constitucional por la gratuidad, en la UNAM son múltiples, mostrando y demostrando que las amnésicas y malintencionadas autoridades están jugando con fuego y un nuevo movimiento juvenil, bien les podría estallar en el rostro si persisten con su irresponsable tanteo de la cuestión. Ya el jueves 26 de marzo, por ejemplo, más de 1500 estudiantes del CCH Oriente se manifestaron desde San Ángel a la Rectoría , por este y otros motivos, mientras el porrismo , de hecho, reapareció, por ejemplo, apenas un día anterior en el CCH Naucalpan . De ahí que la peligrosa y sumamente cuestionable iniciativa contrarreformista, que va además contra la laicidad.

Que no se muevan a sorpresa los irresponsables funcionarios de la educación media superior y superior, si de nueva cuenta y por sus impopulares medidas, la oleada de inconformidad de estudiantes y rechazados, estalla nuevamente para romper el malecón de su torpeza e insensibilidad. Por de pronto, se debe estar alertas, e iniciar el trabajo de hormiga para la organización de la nueva resistencia que viene en los ámbitos educativos y allende ellos en el conjunto de la sociedad, contra las tentaciones por imponer un delito estatal y partidocrático de lesa cultura . ¡No lo permitamos!

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