viernes, enero 09, 2009

Oscuro objeto del deseo…

Jesús Anaya Rosique

No se trata de la última película de Buñuel. El autor del libro que reseñaremos asevera: “para que se produzca el aprendizaje, el objeto de conocimiento ha de convertirse para los estudiantes en objeto de deseo… en la cultura digital se debe recuperar una función educativa primordial: despertar el deseo, contagiar el entusiasmo…”

Este libro recorre un itinerario que comienza huyendo de la propia realidad pedagógica para explorar territorios ajenos, como la neurociencia o la comunicación; y en una segunda etapa, examinar experiencias relevantes de innovación educativa, que construyen “una utopía posible”. El autor es doctor en ciencias de la información y profesor en la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona) y aboga por “un cambio de estilo comunicativo en los procesos de enseñanza… uno que conecte con la sensibilidad de las nuevas generaciones, recupere la dimensión mediadora de la tarea educativa y utilice las nuevas tecnologías para conquistar el interés de los alumnos por el aprendizaje”.

El autor revisa el proceso comunicativo en la práctica docente (“la eficacia educativa está condicionada por la eficacia comunicativa”) y encuentra similitudes significativas entre publicidad y enseñanza: Umberto Eco señala que “en la era de las comunicaciones las batallas se ganan desde el receptor”. Ferrés sostiene que el interés del estudiante (el receptor) por los contenidos curriculares (el mensaje) “será tanto mayor cuanto más se reflejen sus preocupaciones y deseos”. Otro pedagogo afirma que “si los docentes no se ponen al día, llegará un momento que no comunicarán… sólo se puede educar si se es capaz de seducir… este es hoy el reto: ser un mediador entre la escuela que ha evolucionado poco y unos sujetos profundamente modificados por los cambios radicales de la sociedad en la que han crecido”.

De ahí a reconocer “la educación como industria del deseo”. Los descubrimientos de la neurociencia resaltan que “la central energética del cerebro está en el sistema límbico, el cual rige las emociones… el gran secreto del comportamiento maduro es la conexión entre el cerebro racional y el emocional, el trazado de vías neuronales y sinapsis… el desafío para los procesos de enseñanza-aprendizaje consiste en la interacción entre razón y emoción”, en desarrollar “la pasión de pensar”. La neurociencia confirma que, sin motivación, no hay aprendizaje… “es necesario conciliar a Piaget y Freud”.

Ferrés agrupa las nuevas tecnologías en cinco síntomas que corresponden a otros tantos grandes cambios sociales, y analiza la educación como “arte de frontera” (al mediar “entre palabra e imagen, emoción y reflexión, racional e intuitivo, analítico y sintético, lineal y global”), y como proceso no rutinario: “para que el educando esté dispuesto al sacrificio del esfuerzo, el educador ha de haberle seducido con el beneficio del conocimiento (igual que el consumidor paga porque el publicitario le ha seducido con el beneficio del producto)”.

“Las rutas de la innovación educativa” son un conjunto de varias experiencias concretas muy alentadoras. Ferrés concluye: “en síntesis, si se extrae todo el potencial de cada recurso y estrategia de expresión (metáforas, relatos, citas, lenguajes, mitos y ritos, publicidad, poesía, cine…), no es imposible convertir la educación en industria del deseo, incorporando las tecnologías en un nuevo estilo comunicativo”.

anaya.jess@gmail.com

*Joan Ferrés i Prats, La educación como industria del deseo. Un nuevo estilo comunicativo, Gedisa, Barcelona 2008, $ 154, 192 pp. ISBN 978-84-9784-288-4

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