miércoles, enero 07, 2009

Internet transforma la perspectiva política de China

XINHUA

Con su humilde salario, el funcionario público Zhou Jiugeng no podría haberse comprado los cigarrillos caros y el reloj de la marca Vacheron Constantin con los que aparece en una foto publicada en internet en 2007.

La indignación moral de los internautas sobre las extravagantes costumbres de Zhou condujeron a una investigación oficial que puso fin a su carrera de funcionario y lo destituyó de su cargo como administrador inmobiliario distrital, a finales de diciembre de 2008.

Para un país muy poblado, que se mantiene al paso con la era de la tecnología de la información, internet se ha convertido en un nuevo medio por el que las personas expresan sus opiniones.

El pasado 20 de junio de 2008 el presidente chino Hu Jintao visitó un portal de noticias y por primera vez charló con los internautas en el foro Qiangguo de www.people.com.cn sobre asuntos que frecuentemente suscitan acalorados debates.

"Trato de averiguar por internet por qué se preocupan y lo que piensan las personas (sobre varios temas)" dijo Hu durante la visita, añadiendo que "deseo hacerme una idea sobre las quejas y propuestas de la gente sobre el trabajo de nuestro partido y del gobierno."

La postura abierta y transparente de Hu recibió una gran respuesta por parte de la prensa, extraordinariamente activa, de los gobiernos de varios niveles. Las autoridades centrales y provinciales organizaron el año pasado 1.587 conferencias de prensa, 179 más que en 2007, en lo que supone la cifra más alta de la historia del país.

El gobierno chino anunció en octubre pasado la política de bienvenida a los periodistas de todo el mundo, según la cual éstos podrán discutir cualquier tema con toda libertad siempre y cuando los entrevistados den su consentimiento. Con la nueva medida, no se precisará de un visto bueno oficial para entrevistas.

A medida que China se muestra cada vez más sincera y razonable al mundo, también cuenta con una creciente confianza a la hora de recibir opiniones distintas por varias vías.

Li Ou, subalcalde de Siping, en la provincia nororiental china de Jilin, es aclamado como el alcalde más activo en la red por los internautas. Li utiliza su nombre verdadero cuando debate con ellos sobre asuntos sociales y además, su blog fue seleccionado uno de los "10 blogs más populares en 2008", en una votación realizada por la publicación People´s Daily.

Internet también es una herramienta para acumular un gran número de opiniones sobre las políticas públicas y los borradores de ley.

De acuerdo con el rotativo Yangcheng Evening News, en su edición del 18 de octubre, más de 30 expertos en derecho de la provincia meridional china de Guangdong se reunieron voluntariamente para discutir sobre el séptimo borrador de la enmienda al Código Penal. Enviaron 12 sugerencias a la Asamblea Popular Nacional (APN, máxima legislatura de China), planteando asuntos como la protección de información personal así como la definición de la venta piramidal.

La última enmienda al Código Penal, que se concentra en asuntos actuales como la lucha contra la corrupción, crímenes económicos y castigos por violación de derechos humanos, atrajo tanta atención que unas 400 sugerencias fueron enviadas por internet a la APN en los primeros cuatro días de solicitud de opinión.

Esa actitud abierta y tolerante hacia opiniones en desacuerdo demuestra la seguridad en sí misma de China a la hora de mejorar su gobierno.

Sin embargo, todavía se necesita un sistema efectivo que conecta el gobierno y los nuevos medios. A pesar de todo, internet, al igual que los periódicos y la televisión, no es más que un medio informativo. Cuando surgen protestas por asuntos que inquietan a los internautas, no hay modo formal de investigar las alegaciones.

Al país le hacen falta procedimientos formales para supervisar las informaciones en la red y poder así lanzar investigaciones correspondientes.

Aun así, el discreto progreso hacia un gobierno más transparente constituye un gran paso esperanzador para China en su camino hacia la democracia.

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