La Jornada
Con un llamado a reconstruir los “tejidos rotos” que afectan la convivencia democrática y pacífica en el país, Carmen Aristegui anunció su regreso a la radio para conducir un noticiero matutino.
“Estamos en un nuevo proyecto. En México se vale pensar diferente y buscar espacios para el contraste de las ideas. Reconstruir la expresión plural es el código de la democracia”, manifestó.
Un año después de su salida de W Radio, Aristegui se rencontró con un numeroso grupo de amigos, colegas y radioescuchas en la plazuela del Centro Cultural José Martí, ubicado a un costado de la Alameda Central, quienes respondieron a la convocatoria de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información.
Advirtió que en el país hay un fenómeno de autocensura de los periodistas por razones de sobrevivencia, ante las amenazas del crimen organizado. “Nadie podría reclamar a los periodistas, en partes importantes del país, que prefieran no publicar sobre el narcotráfico o sobre protección al narcotráfico”, dijo.
La comunicadora aseveró que el encuentro de ayer se organizó estrictamente en calidad de ciudadanos, porque no busca promover las causas particulares de nadie, sino construir, a partir del ejercicio de la libertad de expresión, un espacio para el debate. Insistió en que el objetivo es restablecer de alguna manera lo que ha sido dañado en México desde hace dos o tres años.
En el país –dijo– se vale pensar diferente y reconstituir la expresión plural y el contraste de las ideas. “En ese sentido va nuestra propuesta periodística”, agregó.
La acompañaron en el podio –ubicado al aire libre– la senadora Rosario Ibarra, luchadora social y fundadora del Comité Eureka; Miguel Concha, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria; las periodistas Sanjuana Martínez y Lydia Cacho; el historiador Lorenzo Meyer y el catedrático Virgilio Caballero.
Entre el público se encontraban también el ex procurador del Distrito Federal Bernardo Bátiz; los caricaturistas Rafael Barajas El Fisgón, José Hernández y Rapé; Bernardo Barranco, analista en temas de religión; los actores Daniel Giménez Cacho y Dolores Heredia, así como integrantes de diversas organizaciones civiles.
El nuevo noticiero será transmitido de lunes a viernes en el 102.5 de FM, con horario de seis a 10 de la mañana. Con ello, la empresa MVS retoma los espacios informativos, que había sustituido con programación musical.
En su mensaje, el historiador Meyer expresó que sería oportuno “hacerles pagar un poco el costo mayor” a quienes hace un año no permitieron que Aristegui continuara en la radio.
Es decir –dijo–, que lo que ocurrió sirva como defensa, porque no hay nada blindado en lo que corresponde a libertad de expresión. La democracia en México sigue siendo muy débil.
Rosario Ibarra manifestó su gusto por el arranque del nuevo programa informativo, porque forma parte de la lucha democrática.
Miguel Concha aseveró que “somos muchos los ciudadanos y ciudadanas que estamos de plácemes por el regreso de Carmen Aristegui a la radio. En principio, porque otra vez podremos ejercer nuestro sagrado derecho a la información, que hace un año nos fue arrebatado sin consultarnos y de manera absolutamente tramposa e injusta.
“Todos y todas agradecemos a Aristegui que desde ese momento y hasta ahora ha sido absolutamente respetuosa para garantizar, como audiencia, nuestro derecho a la información.”
Meyer, integrante del equipo de comentaristas del nuevo noticiero –al aire desde mañana lunes–, dijo que en México la democracia y la libertad de expresión siguen en una situación precaria que no corresponde a las expectativas generadas en el año 2000.
“No veo ningún cambio sustantivo en el ambiente político de un año a la fecha”, manifestó.
En entrevista posterior, el también profesor emérito de El Colegio de México opinó que el blindaje que se construye en el Instituto Federal Electoral (IFE) para evitar que el narcotráfico se inmiscuya en los comicios de este año es parte de un “discurso sin contenido”, en principio porque ese organismo “no tiene autoridad moral: perdió credibilidad en 2006.
“La infiltración del narco a escala local es un hecho, y a escala federal tenemos la obligación de suponerlo. Lo contrario sería chuparnos el dedo.
“Si el crimen organizado se propone entrar en el juego político, entra. El problema es la existencia misma del crimen organizado con un proyecto político. Una vez que entra, es muy difícil desarraigarlo”, dijo.
Con un llamado a reconstruir los “tejidos rotos” que afectan la convivencia democrática y pacífica en el país, Carmen Aristegui anunció su regreso a la radio para conducir un noticiero matutino.
“Estamos en un nuevo proyecto. En México se vale pensar diferente y buscar espacios para el contraste de las ideas. Reconstruir la expresión plural es el código de la democracia”, manifestó.
Un año después de su salida de W Radio, Aristegui se rencontró con un numeroso grupo de amigos, colegas y radioescuchas en la plazuela del Centro Cultural José Martí, ubicado a un costado de la Alameda Central, quienes respondieron a la convocatoria de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información.
Advirtió que en el país hay un fenómeno de autocensura de los periodistas por razones de sobrevivencia, ante las amenazas del crimen organizado. “Nadie podría reclamar a los periodistas, en partes importantes del país, que prefieran no publicar sobre el narcotráfico o sobre protección al narcotráfico”, dijo.
La comunicadora aseveró que el encuentro de ayer se organizó estrictamente en calidad de ciudadanos, porque no busca promover las causas particulares de nadie, sino construir, a partir del ejercicio de la libertad de expresión, un espacio para el debate. Insistió en que el objetivo es restablecer de alguna manera lo que ha sido dañado en México desde hace dos o tres años.
En el país –dijo– se vale pensar diferente y reconstituir la expresión plural y el contraste de las ideas. “En ese sentido va nuestra propuesta periodística”, agregó.
La acompañaron en el podio –ubicado al aire libre– la senadora Rosario Ibarra, luchadora social y fundadora del Comité Eureka; Miguel Concha, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria; las periodistas Sanjuana Martínez y Lydia Cacho; el historiador Lorenzo Meyer y el catedrático Virgilio Caballero.
Entre el público se encontraban también el ex procurador del Distrito Federal Bernardo Bátiz; los caricaturistas Rafael Barajas El Fisgón, José Hernández y Rapé; Bernardo Barranco, analista en temas de religión; los actores Daniel Giménez Cacho y Dolores Heredia, así como integrantes de diversas organizaciones civiles.
El nuevo noticiero será transmitido de lunes a viernes en el 102.5 de FM, con horario de seis a 10 de la mañana. Con ello, la empresa MVS retoma los espacios informativos, que había sustituido con programación musical.
En su mensaje, el historiador Meyer expresó que sería oportuno “hacerles pagar un poco el costo mayor” a quienes hace un año no permitieron que Aristegui continuara en la radio.
Es decir –dijo–, que lo que ocurrió sirva como defensa, porque no hay nada blindado en lo que corresponde a libertad de expresión. La democracia en México sigue siendo muy débil.
Rosario Ibarra manifestó su gusto por el arranque del nuevo programa informativo, porque forma parte de la lucha democrática.
Miguel Concha aseveró que “somos muchos los ciudadanos y ciudadanas que estamos de plácemes por el regreso de Carmen Aristegui a la radio. En principio, porque otra vez podremos ejercer nuestro sagrado derecho a la información, que hace un año nos fue arrebatado sin consultarnos y de manera absolutamente tramposa e injusta.
“Todos y todas agradecemos a Aristegui que desde ese momento y hasta ahora ha sido absolutamente respetuosa para garantizar, como audiencia, nuestro derecho a la información.”
Meyer, integrante del equipo de comentaristas del nuevo noticiero –al aire desde mañana lunes–, dijo que en México la democracia y la libertad de expresión siguen en una situación precaria que no corresponde a las expectativas generadas en el año 2000.
“No veo ningún cambio sustantivo en el ambiente político de un año a la fecha”, manifestó.
En entrevista posterior, el también profesor emérito de El Colegio de México opinó que el blindaje que se construye en el Instituto Federal Electoral (IFE) para evitar que el narcotráfico se inmiscuya en los comicios de este año es parte de un “discurso sin contenido”, en principio porque ese organismo “no tiene autoridad moral: perdió credibilidad en 2006.
“La infiltración del narco a escala local es un hecho, y a escala federal tenemos la obligación de suponerlo. Lo contrario sería chuparnos el dedo.
“Si el crimen organizado se propone entrar en el juego político, entra. El problema es la existencia misma del crimen organizado con un proyecto político. Una vez que entra, es muy difícil desarraigarlo”, dijo.
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