miércoles, diciembre 31, 2008

Revolución boliviana, un 2008 entre triunfos y retos

Waldo Mendiluza

La Paz, 31 dic (PL) Concluye un año de incuestionables triunfos para la revolución nacida en Bolivia el 22 de enero de 2006, proceso con avances políticos, económicos y sociales, pero también con el enorme reto de superar una oscura herencia.

Ahora podemos decir que nuestras transformaciones son imparables, vamos en camino a la transición del neoliberalismo a un Estado equitativo y con respuestas a demandas históricas de la población, afirmó el presidente Evo Morales, al evaluar la gestión de su gobierno.

De acuerdo con el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), los cambios han pasado por diferentes etapas y obstáculos hasta convertirse en una esperanza ciudadana, demostrada -precisó- por el apoyo del 67 por ciento de los participantes en el referendo revocatorio de mandato del pasado agosto.

Cuando llegamos al poder la meta era revertir el panorama social existente, además de impulsar la recuperación de recursos vendidos a las transnacionales, entre ellos los hidrocarburos, explicó a la prensa acreditada aquí.

Según el ex dirigente sindical, luego vino el período de búsqueda de la estabilidad de la nación ante ataques internos y externos, y finalmente el momento de la definición.

En 2008 advertimos a los miembros del Ejecutivo: “Este será el año de la consolidación de la revolución democrática y cultural, o la derecha nos despedirá”, comentó el gobernante.

La alfabetización llevada a 823 mil bolivianos, el empleo de millones de dólares en la renta dignidad, incentivo vitalicio destinado a personas de la tercera edad, y en el bono Juancito Pinto para evitar la deserción escolar, ratificaron el respaldo popular al proyecto del MAS.

No menos importante en tal sentido fue el logro de indicadores económicos sin precedentes en este país andino.

El crecimiento económico superó el seis por ciento, las reservas internacionales aumentaron hasta alcanzar los siete mil 600 millones de dólares, el sistema bancario calificó de solvente y la nacionalización de empresas y recursos trajo elevados ingresos.

Dichos aspectos obedecen a la aplicación de políticas responsables del gobierno y constituyen colchones para paliar los previsibles efectos de la crisis financiera global, aseveró el ministro de Hacienda, Luis Arce.

Para el funcionario, semejante escenario unido al ahorro promovido en los años de gestión de Morales permiten contar en 2009 con una inversión pública de más de mil 800 millones de dólares, al menos tres veces mayor al promedio de gasto presentado por ejecutivos neoliberales.

Supimos guardar en la época de vacas gordas para beneficiar al pueblo en la de las flacas, apuntó Arce.

A pesar del valor de estos parámetros sociales y económicos, tal vez el principal peso en la consolidación del proceso de cambio emprendido por el MAS lo tenga el fracaso de la derecha en sus intentos de destruirlo.

La oposición con su postura violenta y golpista se derrotó ella misma, advirtió el vicepresidente de la República, Álvaro García, quien la consideró políticamente desarmada y carente de apoyo ciudadano.

De acuerdo con el segundo mandatario, la población está cansada de la agresividad y el desinterés por el consenso mostrados por sectores radicales contrarios a las transformaciones en marcha.

Estamos empeñados en resolver deudas de más de 500 años y mucha gente no quiere perder sus privilegios, apuntó.

Campañas mediáticas para desacreditar al MAS, asesinatos, sabotajes y toma de instituciones conformaron el rosario de ataques lanzados por la derecha, los cuales tuvieron su punto más oscuro en el golpe cívico prefectural de agosto y septiembre últimos. Entonces los departamentos de la llamada Media Luna ampliada (Santa Cruz, Beni, Tarija, Pando y Chuquisaca) fueron testigos de una veintena de muertos y pérdidas materiales por unos 200 millones de dólares.

Particularmente condenada resultó la masacre de campesinos en las localidades pandinas de Porvenir y Filadelfia, donde la violencia opositora arrebato la vida a 18 campesinos partidarios del oficialismo.

Los enemigos del cambio sólo pueden acudir a un golpe de estado para detenernos, medida inviable en estos momentos, dijo a Prensa Latina el senador masista Antonio Peredo.

Sin embargo, los avaneces de la revolución boliviana están lejos de materializarse libres de obstáculos.

El presidente Evo Morales identificó a la corrupción, la burocracia y las carencias de alimentos y combustibles como principales trabas a vencer para fortalecer el proyecto emprendido hace tres años.

Todavía hay dirigentes que llegan a cargos públicos teniendo en sus mentes la idea de buscar plata, lamentó.

Morales instó a los organismos y funcionarios a combatir sin tregua el flagelo.

La política es el arte de servir al pueblo de manera desprendida y desinteresada, expuso.

Para el primer mandatario, el siguiente paso en aras de consolidar el proceso revolucionario es respaldar la nueva Constitución Política del Estado, sujeta a referendo el próximo 25 de enero.

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