jueves, octubre 09, 2008

¿Qué es y con qué se Come el Neoliberalismo?

Por la Escuela de Cultura Popular

Cuando nos hablan de un tal neoliberalismo creemos que éste es abstracto, no concreto. ¿Cómo poder definir un proyecto histórico de los capitalistas sólo por sus ideales? Sin embargo, una serie de “instrumentos de política económica” han logrado, gracias a las instituciones mundiales, sortear la crisis del capitalismo y consolidar a nivel mundial el mercado libre, la competencia desatada, la compra venta de negocios y la apropiación de los recursos de los menos fuertes. Pero también está llegando a su fin.

En 1989, Estados Unidos declara en acción una serie de reformas económico-políticas a través de los grandes organismos financieros del mundo: el Banco Mundial, los bancos transnacionales, el mercado bursátil, el FMI, la reserva federal y todos los “intelectuales” del “imperio”.

El Consenso de Washington ha sufrido variaciones para llegar a ser un programa mundial donde “la vida social se concibe gobernada por las leyes de la competencia y del conflicto, llevando a una selección natural de la supervivencia del más apto y a la eliminación del más débil.”

Aquí apuntamos los diez instrumentos del Consenso de Washington y sus contradicciones .

1º Disciplina fiscal . Sirve para detener los procesos inflacionarios, déficit de balanza de pagos y fuga de capitales. Esto significa que el PIB de una nación no está invirtiendo en infraestructura productiva y no equilibra entre las mercancías extranjeras y la producción nacional dejando que haya más productos pero con una población incapaz de pagarlos. Mantener un PIB constante al año implica que hay equilibrio y que no hay que subsidiar al país para su sobrevivencia. Sin embargo, a pesar de que este equilibrio ni siquiera es alcanzado en los países en desarrollo, en América Latina es totalmente ajeno a la realidad, ya que para lograrlo este instrumento se aplica disminuyendo el gasto público. Esta denigrante pauperización de los sistemas de salud, educación y seguridad social desmiente la incapacidad estatal, pues bien que soporta financieramente a las empresas y burguesías nacionales para acrecentar sus ganancias. Para sobrellevar las demandas del pueblo, pero sobre todo para explotarlo, se venden los servicios públicos para que las empresas los administren y ganen dinero. Así también mantiene enriquecidas a élites de la burocracia política, jurídica y militar para mantenerse en el poder.

2º La inflación como indicador macroeconómico de cada nación. En ella se demuestran índices de desempleo, calificación de mano de obra, inversiones y estructura productiva nacional, entre otros. Esta concepción ha destruido la visión localista y productiva comunitaria para producir y llevar siempre a manos de las grandes empresas la conducción de la economía nacional. Lo pequeño no es importante. En México, aun cuando ha dejado morir al campo al no invertir en infraestructura, ha negado también a las fuerzas productivas “micro” organizarse en cooperativas o pequeños centros de producción, dando todo el poder a los grandes capitalistas de contratar y despedir a conveniencia privada.

3º Prioridades en el gasto público. Esto significa reducir a la sociedad la porción que le toca de las ganancias nacionales para mantener “estabilidad”. Otra opción podría ser aumentar los ingresos fiscales a las empresas: “Pero esto no fomenta la inversión”. Como ya vimos, el gobierno puede ser capaz de invertir en la producción desde el pueblo y para el pueblo, pero prefiere tener contentos a los capitalistas para mantenerse.

4º Reforma Tributaria. Subir impuestos parejo . Sea rico sea pobre.

5º Tasas de interés . Éstas ya no las define el gobierno solamente, sino que la banca privada lo hace. El ideal es que sean bajas para que todos inviertan o ahorren en México. ¿Cuántos mexicanos tienen acceso a invertir ahorros en el banco si somos 70 millones en la miseria y en el “vivir al día”?

6º Tipo de cambio. Esta es la competencia internacional por fortalecer las economías nacionales que se simbolizan en el valor de la moneda. La idea es que se siga el proceso de la moneda más fuerte. El problema es que los países ricos son los que siempre tienen la capacidad de exportar a niveles infinitamente mayores que los africanos o los latinoamericanos, (a costa de la explotación obrera, por cierto) y mantener economías que hacen a los países pobres vivir a la sombra del “dictado del dólar”, (el euro, el yen o la libra…).

7º Política comercial. Esto es la apertura de los mercados nacionales al extranjero. Vender a otros países todo lo que se pueda aunque sean productos innecesarios y además subsidiados, es decir que le cueste más barato hacerlo que a otros y por eso puede producir más. La idea de invertir en producción nacional, para los países pobres, se convirtió en la compra de “bienes intermedios” para ser ensamblados y sellados como nacionales. A los Estados Unidos y otras naciones ricas les permitía obligar a no subsidiar y comprar la mercancía originaria de sus países. La diferencia entre capacidades siempre volverá absurda la idea de “mercado libre” y oscurece en la pobreza y desocupación a millones de seres humanos.

8º Privatizaciones. Este instrumento es el dogma de fe del Consenso de Washington: “la industria privada se administra más eficientemente que la empresa estatal”. Por eso privatizar “da dinero a corto plazo y a largo plazo libera al estado de la responsabilidad de invertir constantemente.” Así, PEMEX, CFE, IMSS, son cosas de las que deben encargarse los que sí saben administrar, es decir, sacar ganancias, aunque los trabajadores ganen menos, y se jubilen hasta que perezcan.

El fin del capital es siempre la ganancia. Toda inversión requiere de una ganancia. Cuando se invierte en guerra solo se acumula capital político, cuando ya no retribuye dejan de inyectar recursos, todo esto no hay quien lo controle, y el consenso W. lo promueve con privatizaciones estatales, esta privatización implica que el Estado no se haga responsable de nada y espere a que lleguen del cielo las inversiones privadas y además no subsidie la producción nacional. Mientras tanto, masas de seres humanos en la indigencia y la enfermedad.

9º Inversión Extranjera Directa (IED). Lo que le sigue de lo anterior. Los gobiernos de naciones periféricas ruegan porque los extranjeros inviertan en sus países por la devastación de la estructura nacional. Como si la deuda externa y la explotación de los países conquistadores no tuvieran responsables históricos. Seguimos suplicando las dádivas de los explotadores.

10º Desregulación. Significa que el estado no controle, sobre todo burocracias corruptas que manipulen en las aduanas y los tratados comerciales. Esto no es más que la condición que fomenta la venta de las mercancías de las transnacionales, mientras que las empresas pequeñas y no consolidadas se las ven en la arena del “mercado libre”.

La gran pregunta, después de todo esto, es: ¿Y dónde queda el obrero, el campesino, el estudiante y todo aquello que se llame humano? Cuando el comercio y la producción de mercancías niegan el trabajo humano que lo realiza no hay condiciones para la subsistencia de dicho sistema.

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