López Obrador en el Filo de la Navaja

López Obrador conoce bien la táctica neoliberal de “la salivita” misma que Calderón quiere aplicar con la reforma petrolera: lo primero es aventar la reforma con toda su fuerza y si no entra, los neoliberales reculan con la intención de desmovilizar, pero aprueban algunas medidas que les permitan avanzar, en este caso en la privatización petrolera. Conforme van desmovilizando a la resistencia popular le van echando salivita y van avanzando paulatinamente. Vencida la resistencia se van con todo.

Esto ha puesto a López obrador en el filo de la navaja pues si decide recular y afirmar que ya se ganó, le aplicarán la táctica de la salivita y si no cede lo acusarán de intransigente.

Pero en el caso de la defensa del petróleo lo que sigue no tiene vuelta de hoja y si López Obrador avala la táctica gubernamental, será rebasado por un pueblo que no está dispuesto a dar concesiones ni a que se lo mareen con supuestos triunfos, que no son más que el disfraz de una (futura y) contundente derrota.

El pueblo mexicano todavía recuerda las posiciones titubeantes de Cuauhtémoc Cárdenas que en el sexenio de Carlos Salinas le costó el asesinato de más de 500 dirigentes populares. Inclusive con AMLO todavía está fresca la desmovilización que hizo 24 horas después de que negoció con Fox el asunto del desafuero.

Pero para el pueblo el petróleo no es negociable. Así se demostró ayer cuando en una consulta popular e l Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo (López Obradorista) decidió tras una votación con 17 mil 337 brigadistas que no se aceptan las reformas que ya pactaron los jerarcas del PAN, PRI y Chuchos del PRD. La votación fue de 11 mil 999 (69.2 por ciento) contra cuatro mil 413 (27.2).

Así que el mandato popular es el de avanzar e iniciar la resistencia civil que de acuerdo con declaraciones del mismo Obrador llegará hasta donde el pueblo quiera e incluye medidas como cierre de carreteras, paros, tomas de aeropuertos… Entre otras medidas.

Por lo pronto se bloqueará el Senado y de allí en adelante según lo ameriten las circunstancias.

Ante esto López Obrador será satanizado por los medios de comunicación, inclusive por sus mismos correligionarios de partido, los Chuchos, que lo llamarán intransigente, entre otros adjetivos. Pero si intenta recular será mucho peor ya que su único sustento es el pueblo organizado.

Hasta ahora está siendo consecuente con el mandato popular pero cualquier titubeo puede conducirlo a una debacle y lo pero a fragmentar el movimiento social que está en contra de la privatización petrolera. Parece que aunque tarde López Obrador está palpando la fuerza popular misma que se negó a desencadenar cuando Calderón hizo el fraude electoral. Si en lugar de su plantón, muchas veces hueco que hizo en Paseo de la Reforma , hubiera llamado al pueblo a organizarse y movilizarse, lo de presidente legítimo tendría ahora un sentido positivo.

Sin embargo, no hay que echar las campanas al vuelo ya que por sus acciones y declaraciones López Obrador estuvo a punto de aceptar lo que le sugerían los “Rolandos Cordera” de que todo era un triunfo y que había que desmovilizar a la gente. Así que más allá de que López Obrador decida aceptar o no, lo más importante es no aflojar e irse a fondo en contra de lo que representa el calderonismo y su burda y ahora disfrazada privatización petrolera, pues de aceptar ahora la reforma quedarían dadas las condiciones para que al rato privaticen totalmente. Lo que quieren es aplicar el viejo dicho de “nomás la puntita”, pero todo mundo sabe que lo que viene detrás.

Comentarios