domingo, octubre 12, 2008

Aquellos maravillosos años: ¿Cómo hacíamos las cosas sin Internet?

Cada vez hay más gente que no recuerda haber vivido sin las ventajas que comporta Internet, así que es conveniente recordar cómo hacíamos las cosas cuando no existía ni Google, ni la WWW, ni el e-mail.

No estamos hablando de hace mucho tiempo: hace apenas 16 años Internet era algo que comenzabas a probar en las universidades, y los primeros modems de 9600 bps comenzaban a permitir a los más atrevidos a conectarse a las BBS en redes como FidoNet, RedBBS, y otras. Enviar un mensaje requería que los servidores se sincronizaran por la noche, por lo que podían tardar días en llegar.

Los navegadores eran principalmente Mosaic y Netscape, y la WWW tenía todavía una utilidad muy limitada, presentando principalmente folletos mal paginados de diversas empresas e instituciones, principalmente de los EEUU.

Por aquel entonces, muchas de las tareas que hoy simplemente requieren de un par de minutos en Google se realizaban de manera mucho más manual, llevando bastante más tiempo, y muchas veces sin final feliz.

Veamos algunos escenarios en los que la irrupción de Internet ha cambiado radicalmente nuestra manera de hacer las cosas, e incluso de pensar.

Búsqueda de información

Sin duda el principal cambio en nuestra manera de vivir a causa de Internet ha sido el acceso a la información. Información de todo tipo, ya sea buscar el nombre de una tienda, la ubicación de una calle, las últimas noticias de actualidad, o el actor protagonista de la película que vimos la noche anterior.

Aquí las grandes perjudicadas han sido las publicaciones en papel, material de referencia por defecto en los años anteriores a la explosión de Internet. Las páginas amarillas eran imprescindibles en cualquier casa (a diferencia de ahora, que nos parecen un "tocho" inútil que preferimos que ni dejen en nuestra puerta), y los periódicos, atlas, y enciclopedias eran las fuentes de sabiduría de cualquier casa.

En cuanto al resto de datos no relacionados con la actualidad ni con el material que pudiéramos encontrar en un atlas mundial o una enciclopedia, o disponíamos de una biblioteca plagada de obras de referencia, o tocaba llamar al amigo que lo sabe todo, o visitar una biblioteca, o simplemente quedarse con las ganas.

También nos ha cambiado mucho la manera de entender la información que se nos da. Antes, los medios de comunicación eran los portadores de la verdad (más o menos tintada de la opción política que más les conviniese), pero siempre con un aura de profesionalidad y solidez difíciles de cuestionar.

Ahora, con el exceso brutal de información que supone Internet, nos encontramos con que todo debe ser cuestionado, ya que podemos encontrar varias versiones de la misma noticia, e incluso noticias que son directamente falsas. Aunque los medios de comunicación tradicionales siguen llevando la voz cantante en lo que respecta a noticias de actualidad, tendemos a compararlos más con otras fuentes cuya filosofía está estrechamente vinculada al fenómeno de las redes sociales, como portales 2.0 o la propia blogosfera.

Contacto con amigos y familiares

Hoy en día, tenemos a todo el mundo tan "a mano", que no nos supone un problema real tener un contacto de muchos meses en muchos meses con un conocido. Al estar en el messenger, o a un e-mail de distancia, parece que nunca nos hayamos separado, aunque el último contacto se remonte a años atrás.

En Internet parece detenerse el tiempo, estando en contacto permanente con un icono que simboliza a un amigo simplemente por el hecho de verlo conectado.

Sin embargo, en los años anteriores, o llamabas por teléfono (y no móvil) o enviabas una carta, no había demasiadas más opciones. Además, el hecho de no llamar durante un tiempo acababa generándonos un sentimiento de culpabilidad que podía hacer que llegáramos a distanciarnos de esa persona.

Compras

Aunque las compras por Internet siguen sin haber dado el boom que el mercado esperaba, la Red ha cambiado significativamente nuestros hábitos de consumo. Ahora miramos mucho más, comparamos precios, y los más experimentados (u osados) se atreven a realizar encargos al extranjero para ahorrarse importantes sumas de dinero.

El mercado es ahora global, y podemos acceder a productos que no podemos encontrar en tiendas nacionales.

A cambio, hemos perdido el encanto de que un familiar o amigo nos traiga algo "exótico" de su viaje al extranjero. Ahora es raro encontrar algo de otro país que no podamos encargar a una tienda online.

Otro cambio importante ha sido el auge de las subastas online, el fenómeno eBay. Ahora nos podemos deshacer de libros, discos, objetos de decoración, y todo lo que nos pueda sobrar en casa, y sacar un dinero a cambio.

Antes, lo más parecido eran los catálogos impresos del Corte Inglés y compañía. Comparar precios nos podía llevar toda una mañana, y al final siempre nos quedábamos con los comercios que ya conocíamos o de los cuales nos habían hablado bien las amistades. Comprar en el extranjero era una odisea, y nos maravillábamos con las cosas raras que los amigos se traían de sus viajes allende los mares.

En resumen, Internet no sólo nos ha facilitado muchísimo la vida, sino que nos ha cambiado la forma de pensar y de ver el mundo para siempre. Habrá quien diga que también ha abierto un territorio virgen en el que las personas con conductas "reprobables" pueden encontrarse y actuar a sus anchas, pero las ventajas son claramente superiores a los problemas inherentes a la Red.

Fuente: Tecnología Urbana

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