AFP
El ejército ruso aseguró el jueves que recuperó diez localidades de la región fronteriza de Kursk, donde las tropas ucranias lanzaron el mes pasado una incursión que tomó desprevenido a Moscú.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, indicó por su lado que las fuerzas rusas están llevando a cabo una contraofensiva en esa zona.
Esta operación se produce en momentos en que el jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, está en Polonia para discutir los pedidos de ayuda militar de Ucrania, confrontada desde febrero de 2002 a una invasión rusa.
En Moscú, el Ministerio de Defensa anunció que las fuerzas rusas "liberaron diez localidades en dos días" durante "operaciones ofensivas" en la región de Kursk.
Se trata de los primeros éxitos militares reivindicados por el ejército ruso en esta zona.
Según Ucrania, sus tropas tomaron unas cien localidades y casi mil 300 kilómetros cuadrados de territorio ruso desde la incursión iniciada a principios de agosto.
Zelensky, al dar parte de la contraofensiva, aseguró que esta respuesta de Moscú "se ajusta al plan ucranio", sin dar más detalles.
La incursión ucrania no redujo la presión de las tropas rusas en la cuenca del Donbás, en el este de Ucrania, que se acercan cada vez más a la ciudad estratégica de Pokrovsk.
Zelensky indicó que un bombardeo ruso en esa zona mató el jueves a tres ucranios que iban en vehículos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Zelensky también acusó a Rusia de haber atacado un barco que transportaba trigo hacia Egipto en el mar Negro.
Kiev critica los "retrasos"
Blinken llegó a Varsovia en tren, procedente de Ucrania, donde el miércoles se reunió con Zelensky y el ministro de Exteriores británico David Lammy.
Ucrania reclama la autorización para atacar en profundidad Rusia con los misiles de largo alcance que le entregan las potencias occidentales.
Zelensky criticó "el retraso" de sus aliados en ese tema, que el viernes tratarán en Washington el presidente estadunidense, Jore Biden, y el nuevo primer ministro laborista británico, Keir Starmer.
Hasta ahora, Estados Unidos no autorizó a Kiev a atacar con sus armas objetivos en Rusia, por temor a una escalada bélica.
"Si es necesario nos adaptaremos, especialmente en lo que respecta a los medios con los que cuenta Ucrania para defenderse eficazmente contra la agresión rusa", declaró Blinken en Varsovia.
El secretario de Estado prometió el miércoles en Kiev examinar "con urgencia" las peticiones ucranias.
"La víctima de una agresión tiene derecho a defenderse", alegó.
Rusia, que según las potencias occidentales recibió recientemente misiles balísticos iranies para usar en Ucrania, prometió una respuesta "apropiada" en el caso de que se autoricen ataques en profundidad contra su territorio.
"No tenemos ninguna duda de que la decisión de levantar las restricciones al uso de armas de largo alcance para atacar territorio ruso se tomó hace mucho tiempo", dijo el jueves el jefe de la diplomacia de Moscú, Serguéi Lavrov.
Ni agua, ni gas en Pokrovsk
Blinken abordará igualmente en Varsovia el pedido del ministro ucranio de Relaciones Exteriores, Andrii Sibiga, a los países vecinos para que derriben misiles y drones rusos cuando sobrevuelen regiones occidentales de Ucrania.
La situación en el frente continúa degradándose. Pokrovsk, un importante centro logístico, se encuentra bajo amenaza de un asalto de las tropas rusas, que se sitúan a menos de diez kilómetros.
El agua corriente fue cortada debido a los combates, anunció el jueves la alcaldía de esta ciudad que contaba con cerca de 53 mil habitantes antes de la guerra.
El gobernador regional Vadim Filashkin reportó también la destrucción del sistema de suministro de gas.
"Cada día que pasa, hay menos tiendas en Pokrovsk y las condiciones de vida son cada vez más difíciles", advirtió Filashkin en Telegram.
"La situación [...] no mejorará en un futuro próximo", abundó la alcaldía, que pidió evacuar nuevamente a los habitantes.
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