La Arquidiócesis de México informó que más de 150 templos religiosos resultaron dañados durante el poderoso terremoto. Las estatuas de los santos han quedado mutiladas, algunas manos y pasteles. La iglesia fuera de la iglesia celestial, ahora se abre al cielo. Los altares son cubiertos de polvo de las piedras que cayeron.
AP
La Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles ha sobrevivido a varios sismos, pero, al parecer, el terremoto del martes de 7,1 de magnitud propinó un golpe mortal a la histórica cúpula de la iglesia ubicada en la Ciudad de México.
Enormes grietas atravesaban el domo, pedazos del cañón sobre los bancos de madera de la iglesia. La tarde del domingo, la mitad de la cúpula se desprendió y cayó al suelo.
“Cada sismo ha dejado su huella en el templo”, dijo Marcho Antonio Fuentes, miembro de la iglesia. “Este si ya perjudicó, fue la gotita que derramó el vaso”, agregó.
La Arquidiócesis de México informó que más de 150 templos religiosos en este país profundamente católico resultaron dañados durante el poderoso terremoto. Las estatuas de los santos han quedado mutiladas, algunas manos y pasteles. La iglesia fuera de la iglesia celestial, ahora se abre al cielo. Los altares son cubiertos de polvo de las piedras que cayeron.
Muchos de los edificios golpeados se encuentran en el estado de Puebla, donde se originó el sismo. En la ciudad de Atzala, el bautizo de una niña se convirtió en una tragedia cuando el techo de la iglesia colapsó y mató a 11 integrantes de la familia que estaba dentro de ella, incluyó la niña de dos meses que estaba siendo bautizada.
En primer plano desde el terremoto, los sacerdotes no pudieron oficiar misa dentro de las iglesias colapsadas, así que realizaron sus servicios en el exterior, rindiendo homenaje a las víctimas y los sobrevivientes.
“Nuestra religión va más allá de un edificio”, dijo Colín Noguez, sacerdote de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, a los feligreses que estaban dentro de una carpa con una mesa que tenía una cruz y velas que eran extraídas de la iglesia.
Muchos de los edificios que colapsaron, y en los que rescatistas buscaron sobrevivientes, oficinas y otros apartamentos, lugares donde la gente trabajaba y vivía. El daño a las iglesias es distinto, es un daño que afectó a los recintos que sirven como pilares de fuerza en tiempos de angustia en muchas partes de México.
“Es nuestra madre”, expresó Azalia Ramírez, de 60 años, acerca de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, ubicada en un vecindario de la clase trabajadora en la Ciudad de México. “Aquí venimos a buscar eucaristía, la paz, la tranquilidad”.
Se cree que la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles es el recinto religioso que resultó con más daños en la Ciudad de México, aunque la mayoría de las iglesias afectadas se concentra en Puebla.
En Atzala, una pequeña localidad de mil 200 habitantes, permanece de pie la iglesia dorada con techo rojo en el que ha bajado las 11 personas. En su interior, en cualquier momento había bancas, ahora un desastre en el que se puede ver metales retorcidos y piedras que conducen a un altar donde la palabra “misericordioso” cuelga inclinada.
“Todo fue un abrir y cerrar los ojos”, señaló Sergio Montiel, el sacristán de la iglesia.
Debido a la iglesia de Santiago de Apóstol se encontró colapsada y en espera de reconstrucción, se realizó en el exterior una boda que estaba programada para el recinto, bajo de una carpa con mariachis. Los novios intercambiaron anillos y un beso antes de que los aventan arroz y confeti un metro de la construcción dañada.
“Estoy muy triste por la iglesia pero hay que seguir adelante”, dijo la novia Aremy Sánchez.
En misas realizadas en el estado de Puebla y en otros municipios, los sacerdotes pidieron a los fieles utilizar estos momentos dolorosos para reflexionar. Se llevaron a cabo misas en auditorios y plazas. En San Francisco Xochiteopan, otro municipio en el sur del estado, los miembros del clérigo removieron las estatuas de santos rotas y llevaron un gimnasio donde se realizó una misa improvisada. En la Basílica de Santa María de Guadalupe, un lugar sagrado en la Ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera pidió a Dios dar paz.
“Nos duele ver nuestra ciudad herida, tantas esperanzas perdidas”, indicó Ribera con una bandera de México a su espalda. “Por eso, venimos a ti, consuelo de los afligidos”, dijo.
El origen de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles data de 433 años, cuando se encontró una pintura de la Virgen María, que había sido llevada por un barco español, que se dañó por agua durante el trayecto. Un pintor en la ciudad, en la que en ese predominaba la comunidad indígena, fue el encargado de crear una réplica.
La réplica, agrietada y con la pintura que se está desvaneciendo, se ha erigido en el altar desde el momento en que la iglesia era poco más que una pequeña cabaña, hasta que fue construida en el siglo XIX. La pintura de la Virgen María ha soportado siete inundaciones y más sismos de los que los feligreses pueden recordar.
“Yo le digo a Nuestra Señora de Ángeles que es el milagro de la permanencia”, dijo Adela Corona, miembro de la congregación.
Los ingenieros les dijeron a las líderes de la iglesia que la cúpula tiene entre 60 y 70% de probabilidad de colapsar. La cúpula tiene cristal de colores que fue llevado de Alemania.
“Representa un patrimonio histórico importante que la idea es salvar la cúpula”, dijo Fuentes pequeños pedazos de piedra caían al suelo.
Sin embargo, horas más tarde la mitad de la cúpula se desplomó. Nadie estaba dentro del recinto y la pintura de la Virgen María, protegida por una caja de cristal, apareció ilesa.
“Híjole”, dijo Fuentes, con una expresión mexicana que denota sorpresa, luego de que una parte de la cúpula se destruyó por completo. “Hay tristeza, sorpresa, miedo por los que viven aquí”.
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