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El problema de los altos niveles de contaminación en la Ciudad de México ya ocupó la atención del prestigiado semanario inglés The Economist, que auguró que si los gobiernos no toman acciones preventivas, la capital será la más “intransitable y contaminada” del mundo.
En su más reciente edición, la publicación asegura que si las autoridades no toman las medidas adecuadas, el número de automóviles podría duplicarse de 5.5 millones a 11 millones.
Basada en datos del fabricante de dispositivos de navegación Tom Tom, la publicación destacó la necesidad de que el gobierno encuentre soluciones efectivas no sólo en transporte privado, sino también en el público, en particular en los microbuses que emiten grandes cantidades de smog.
El texto menciona como propuesta para solucionar el problema la ampliación de la red de autobuses de tránsito rápido (BRT, por sus siglas en inglés) para sustituir a los microbuses.
Otra opción, dice, es desincentivar la compra de autos nuevos a través de la instalación de más parquímetros y evitar que los nuevos edificios habitacionales tengan estacionamientos.
De acuerdo con el Instituto de Políticas de Transporte y Desarrollo en Nueva York, “para resolver el problema, México tendrá que gastar más dinero de forma más inteligente. Las tres cuartas partes de la inversión en transporte urbano en México entra en la ampliación y el mantenimiento de las carreteras”.
The Economist recordó que la Comisión Ambietal de la Megalópolis (CAMe) aboga por duplicar el número de líneas de Metro –de 12 a 24– y crecer mil kilómetros la red de autobuses BRT. Y aunque reconoció que el Banco Mundial (BM) puede prestar tres mil millones de pesos para proyectos de transporte público en todo el país, el organismo “no va a acercarse a pagar por ideas ambiciosas de la Comisión que costarían 40 mil millones de pesos al año. Ni la ciudad ni el gobierno federal puede permitirse eso”.
La publicación señaló que aunque la aplicación del doble Hoy No Circula han disminuido los embotellamientos hasta 30%, “la Ciudad de México necesita mejores formas de limpiar su aire”, pues sólo se ha generado “la ira, especialmente entre los conductores de vehículos más nuevos y que contaminan menos”.
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