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Una mujer que atestiguó las explosiones en el aeropuerto de Bruselas, en Bélgica, atentados que se atribuyeron al Estado Islámico (EI), aseguró que una de las detonaciones ocurrió a unos metros de donde se encontraba, frente al mostrador de facturación.
“El reloj marcaba las 7:45 y de repente escuché una explosión. Creo que a unos 20 ó 25 metros de donde yo estaba. Enseguida observé una enorme columna de humo blanco”, comentó al diario francés Le Monde.
Luego de ello, agregó la mujer, se produjo una segunda explosión, “mucho más cerca de la primera donde se desprendieron trozos del falso techo, que han caído sobre los pasajeros. Enseguida se desató un pánico generalizado. Todo el mundo ha huido, algunos han dejado sus maletas y todos se han dirigido a la calle”.
Por su lado, Alphonse Lyoura, un empleado de seguridad del aeropuerto de Zaventem, dijo que “un señor gritó en árabe. Gritó algunas palabras y después escuché una gran explosión”.
“He ayudado al menos a siete heridos. Sacamos cinco cuerpos que no se movían”, relató a la agencia AFP.
“Se ha desatado el pánico. Muchos han perdido las piernas. Bélgica no merece esto”, añadió Lyoura.
Otro testimonio ofrecido al diario Daily Mail dibujó el terror que se vivió en la terminal aérea:
“Fue horrible. Solamente había sangre. Era como el apocalipsis”, dijo Samir Derrouich, quien trabaja en un restaurante del aeropuerto de Bruselas.
También confirmó que “las dos explosiones fueron casi simultáneas. Las dos se produjeron en el mostrador de facturación. Una de ellas tuvo lugar cerca de un Starbucks”.
Golpe al corazón de Europa
Yulia Gatsoláyeva, residente en Bélgica, aclaró que “la estación del metro Maelbeek no debe ser confundida con el barrio de Molenbeek. Maelbeek está en el corazón del llamado ‘barrio europeo’. Allí se encuentran las sedes de todas las instituciones de la Unión Europea: el Parlamento, la Comisión y todas las agencias”.
El ataque, observó, “fue perpetrado deliberadamente con el fin de golpear a la Unión Europea”.
“Las sirenas se oyen desde dentro del edificio (del Parlamento)”, dijo una trabajadora de la institución, Rosa Llobregat, a El Diario.es, tras la explosión que tuvo lugar en la estación de metro de Maelbeek. “Aquí hay nervios y tensión”, acotó.
De acuerdo con la mujer, no hubo clausura total de edificios, pero “sólo hay una puerta habilitada para entrar y salir del Parlamento”.
Luego de ello, el presidente de la Eurocámara elevó el nivel de alerta a naranja en el complejo. “A los compañeros que estaban de camino hacia aquí después de las explosiones los han bajado de los autobuses que los traían”, explica Llobregat.
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