La petrolera no polemizará sobre la perspectiva de la calificadora, pero sí pretende “sensibilizarla” sobre la confianza que instituciones crediticias le han demostrado sobre su capacidad de pago.
Luis Carriles / El Economista
Un día después de que la calificadora Moody’s de México anunciara que pondrá en revisión, con perspectiva a la baja, las calificaciones de deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa productiva del Estado recibió una serie de cartas de diversos bancos internacionales que respaldan la solidez de la compañía y la confianza que tienen en su operación de corto y largo plazo.
La decisión de Moody’s se aplica a cerca de 31,000 millones de dólares que se tienen en emisiones de deuda internacional.
Pese al respaldo presentado, el paso a seguir para la petrolera es informar puntualmente sobre los planes de la compañía, discutir con la calificadora los alcances de sus proyectos y los avances que se tienen en temas clave y que son hoy motivo de discusión: pensiones, deuda y capacidad de producción, explicó una fuente de Pemex.
Cabe destacar que una vez aprobada la reforma energética donde a Pemex le otorgaron una serie de libertades y autonomía de gestión y de operación, Moody’s de México incrementó de manera unilateral la calificación que tenía sobre la empresa.
De esa manera es que llegó a tener las siguientes calificaciones: “A3” en escala global, moneda local y extranjera, y en escala nacional, “Aaa.mx”. Hoy ambas están en revisión para una posible baja.
Pemex considera que una de las opciones que se tiene es que se le regrese a la calificación anterior, sustentada con elementos de largo aliento y que permite que las otras compañías lo tengan en un buen concepto. Más aún, no creen que la revisión iniciada por la calificadora vaya a tener consecuencias y que esta acción vaya a generalizarse.
Sin embargo, reconocen, a nivel global este tipo de acciones se han hecho comunes, en gran medida porque el panorama ha cambiado de manera importante.
Standard and Poor’s Ratings Services otorgó las siguientes calificaciones: en escala global de riesgo crediticio y deuda de largo plazo en moneda extranjera, de “BBB”, y en moneda local, de “A-”; sus calificaciones en riesgo crediticio y deuda en escala nacional (CaVal) de largo plazo son “mxAAA” y de corto plazo, de “mxA-1+”.
Fitch Ratings, por su parte, calificó en escala nacional de largo plazo a Petróleos Mexicanos en “AAA(mex)”, ratificó las calificaciones de Issuer Default Rating (IDR) en Escala Internacional Moneda Extranjera y Local en “BBB+” y “A-”, respectivamente.
La revisión surgió a partir de la débil generación de efectivo y perfil financiero de la compañía en lo que va del 2015 y la opinión de Moody’s que continuará su deterioro en los próximos años. La generación de efectivo se debilitó debido a los menores precios del petróleo y ocasionará grandes necesidades de endeudamiento en el futuro próximo.
HR Ratings tiene a Pemex en el nivel de “HR AAA”, lo que significa que se le considera de la más alta calidad crediticia, “ofreciendo gran seguridad para el pago oportuno de las obligaciones de deuda. Mantiene mínimo riesgo crediticio”.
Clima global adverso
Para Pemex, la decisión tomada por Moody’s está más que relacionada con los cambios ocurridos en el entorno internacional del petróleo, toda vez que cuando se mejoró la calificación la reforma energética mexicana era una gran ventana al mundo que le permitiría a la empresa productiva del Estado resolver su futuro y se tenían precios del petróleo muy cerca de los 100 dólares por barril.
Hoy la apertura sigue en marcha, pero el precio de los crudos marcadores está a menos de la mitad. El Brent cerró sobre los 43.46 dólares por barril, en tanto el West Texas Intermediate está en los 38.92 dólares, y la mezcla mexicana de exportación se ubica en los 35 dólares.
Las pláticas con Moody’s no son para pelear una calificación o para que lo reconsideren, explicó la fuente, sino para que la decisión que se tome esté completamente informada y que tengan el panorama completo de lo que viene para Pemex, porque sí hay temas que le corresponden a la petrolera, pero hay otros en los que difícilmente se puede hacer algo.
Uno de los datos claves presentados por Moody’s fue que el flujo de efectivo operativo de 9,100 millones de dólares fue insuficiente para cubrir los desembolsos para inversiones de capital de 15,700 millones de dólares.
Otro dato es que esperan que Pemex tenga necesidades de endeudamiento mayores para financiar el flujo de efectivo libre negativo que ahora está bajo, porque los precios del petróleo cayeron más de 60% en relación con el año pasado.
“Moody’s espera que Pemex tenga necesidades de endeudamiento mucho mayores en el 2016 y el 2017, lo que incrementará los saldos de deuda muy por arriba de los niveles históricos en tiempos en los que la producción se encuentra estancada y la rentabilidad y el flujo de efectivo están muy débiles”, resume.
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