Apro / Jenaro Villamil
Este domingo 7 de junio los mexicanos no sólo enfrentaremos un proceso electoral plagado de irregularidades sino también oneroso, dispendioso, con un costo total de 35 mil 86 millones de pesos, 61 por ciento más que el proceso similar anterior de 2009, si tomamos en cuenta el presupuesto total del INE (18 mil 572 millones de pesos), de los 32 organismos públicos locales electorales (13 mil 452 millones de pesos) más los 3 mil 62 millones de pesos destinados al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
El presupuesto de estas elecciones es 4 veces más grande que el de toda la Secretaría de Relaciones Exteriores dedicada a la diplomacia y la representación del país en el mundo (8 mil 100 millones de pesos), casi 6 veces mayor que la Secretaría de Turismo (6 mil 844 millones de pesos), una de las actividades que más divisas generan para el país, y 2 veces mayor al de la Procuraduría General de la República (17 mil 29 millones de pesos), en medio de la peor crisis de inseguridad pública del país.
Los 35 mil 86 millones de pesos que se destinarán a promover, vigilar y contar los votos, a financiar a los 10 partidos políticos que contienden, a la enorme burocracia electoral del INE y a costear a los Oples, más a la burocracia dorada del TEPJF y sus salas especializadas, harán que el costo por sufragio sea también uno de los más caros del mundo.
Si tomamos en cuenta que hay 83.5 millones de ciudadanos en la lista nominal de electores y que un cálculo optimista indicará que votaría el 40 por ciento (32. 4 millones de mexicanos), el costo de cada sufragio es de poco más de mil pesos. En ningún otro país del mundo el voto vale más de 70 dólares.
Contrastan los 35 mil 86 millones de pesos totales de este 2015 con el recorte de 10 mil millones de pesos en la Secretaría de Salud que ya no construirá varias unidades médicas, mientras que el gasto para todos los docentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la más grande de América Latina, es menor al presupuesto electoral (23 mil 006 millones de pesos).
El monto más elevado es del nuevo Instituto Nacional Electoral (INE), organismo creado a raíz de la reforma político-electoral de 2014. Su presupuesto para este año es mucho mayor al del IFE. Gastará 18 mil 572 millones de pesos, de los cuales, 70 por ciento serán para gastos de operación del instituto (13 mil 216 millones de pesos) y el resto para el financiamiento público de los 10 partidos contendientes (5 mil 355 millones de pesos).
Para el resto de las 32 entidades, en 9 de ellas con elecciones a gobernador, los mexicanos destinaremos 13 mil 452 millones de pesos en los nuevos Organismos Públicos Locales Electorales (Oples), figuras creadas en la reforma electoral del año pasado.
El TEPJF, el último árbitro de la contienda, ejercerá 3 mil 062 millones de pesos, 40 por ciento más que su presupuesto anterior (2 mil 448 millones de pesos), bajo el pretexto del incremento de salarios y de plazas, así como la creación de la Sala Regional Especializada en el Procedimiento Sancionador que costará 187 millones 559 mil pesos.
Esta sala y todo el tribunal no frenaron las evidentes y documentadas violaciones a la ley del Partido Verde. Por el contrario, sistemáticamente le redujeron las sanciones.
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