El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, reconoció que la Ciudad de México y el país en general están “en un momento muy complicado”, por lo que convocó a los inconformes a que las manifestaciones previstas para esta semana se realicen en paz y con “diálogo pacífico”.
Este martes, el mandatario capitalino reapareció públicamente después de ser operado del corazón en un hospital privado de la capital. Según el GDF, la cirugía para corregir una arritmia que sus médicos le detectaron tres meses atrás, se complicó por la perforación de la vena aorta y le provocó un paro cardiaco. El domingo 8 de noviembre, el funcionario salió del hospital por su propio pie.
En entrevista con Radio Fórmula, Mancera dijo que realiza una rutina de ejercicios –correr 3.5 kilómetros diarios y bicicleta– y que los médicos ya le permitieron reincorporarse a sus actividades públicas.
“Vamos a estar actuando, es un momento muy complicado para el país y para la ciudad también. Vamos a tener concentraciones muy importantes, reiteramos lo que se ha venido haciendo, un llamado a la paz, a la manifestación, al diálogo pacífico”.
Hacia el mediodía, Mancera Espinosa aprovechó la ceremonia del 190 aniversario de la fundación de la Ciudad de México en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, para hacer un llamado a cerrar filas.
“Estaremos en la primera línea por nosotros, por México, por las instituciones, por la paz, por el diálogo, por estar en contra de cualquier forma de violencia”, dijo ante un público que lo recibió con un minuto de aplausos al unísono.
Con traje negro, camisa blanca, corbata a rayas negras y blancas y una figura visiblemente más delgada, Mancera Espinosa bajó por su propio pie de su oficina ubicada en el primer piso del edificio colonial.
Fue el único orador del acto programado para las 11 de la mañana. Y aunque el funcionario llegó unos 30 minutos después, fue recibido con un aplauso que se prolongó casi un minuto.
Mancera recordó que desde su fundación, la Ciudad de México ha sido el centro de desarrollo del país. Destacó que “aquí Juárez regresó victorioso para reconstruir la República; Madero entró en 1911 acompañado de la Revolución de las conciencias. Ésta es nuestra ciudad, la Ciudad de los Palacios que describió Humboldt; la región más transparente del aire, para Alfonso Reyes; la nueva grandeza mexicana, para Salvador Novo”.
Hoy, agregó, “debemos redoblar fuerzas para consolidar el crecimiento de la soberanía y autonomía de nuestra ciudad como integrante del pacto federal. El llamado para su reforma política está hecho y está respaldado por la ciudadanía, que es uno de los puntos más importantes”.
Luego, llamó a mantener la voluntad para sacar adelante a la ciudad y a cerrar filas “por México, por las instituciones, por la paz, por el diálogo, por estar en contra de cualquier forma de violencia”.
Al terminar el discurso vinieron de nuevo los aplausos.
Ahí, en primera fila estaba Miguel Barbosa, coordinador del PRD en el Senado, y su homólogo en la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles. Junto a ellos, Manuel Granados, coordinador del PRD en la Asamblea Legislativa, y Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF.
A la ceremonia acudieron empresarios, líderes sindicales, dueños y directivos, así como conductores de los principales medios de comunicación en México, con quienes el jefe de gobierno y su equipo de comunicación mantienen buena relación.
Estuvo el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, así como Jacobo Zabludowsky, quien en un principio daría un mensaje sobre la Ciudad de México, pero al final no fue llamado al micrófono.
Presentes también estuvieron los jefes delegacionales, el gabinete legal y ampliado del gobierno capitalino y el líder del PRD-DF, Raúl Flores.
Como es conocida la relación de Mancera con la farándula, también llegaron actores de Televisa como Carmen Salinas y Jorge Ortiz de Pinedo –por cierto, autor de la fallida campaña prolactancia en mayo de este año–, la conductora de TV Azteca, Inés Sáinz, además de El Fantasma, figura de la lucha libre mexicana.
Al final de la ceremonia, se entonó el Himno Nacional, con los respectivos honores a la bandera y se anunció el término del acto. Mancera se dio el tiempo de despedirse de muchas de las personas presentes en la ceremonia y, pasados algunos minutos, rodeado de su equipo de seguridad, subió las escaleras rumbo a su oficina.
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