Contraataca PRI en San Lázaro; acorrala a la izquierda por caso Ayotzinapa

Jesusa Cervantes / Apro

El PRI en la Cámara de Diputados modificó su estrategia para reposicionar al presidente Enrique Peña Nieto, y reviró a PRD, MC y PT el señalamiento de que “fue el Estado” quien desapareció a los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero. Desde tribuna, los priistas acusaron a la izquierda de “cínicos, bandidos y asesinos. ¡Ustedes se los llevaron vivos, ahora ustedes tiene que regresárnoslos también vivos!”

El nuevo discurso del PRI en San Lázaro estuvo en sintonía con la estrategia que desde ayer se echó a andar en la Junta de Coordinación Política (Jucopo), y en donde el PRI impidió –de acuerdo con el relato del vicecoordinador de MC, Ricardo Mejía Berdeja– la creación de una comisión especial para indagar la llamada “Casa Blanca” de Angélica Rivera, la esposa de Peña Nieto.

El PAN ayudó a neutralizar a la izquierda en el debate de este martes luego de que aceptó la propuesta de no crear la comisión especial “Casa Blanca” y de avalar una sola ronda para el debate de hoy sobre “la situación política nacional”, evitando así cualquier réplica de la oposición.

La sesión de este día arrancó con la discusión y aprobación de cambios a la Ley General de Bibliotecas, la cual no pudo concluirse el jueves pasado luego de que el PVEM clausurara abruptamente la sesión ante la cascada de cuestionamientos y críticas hacia la pareja presidencial por la adquisición de la mansión de Las Lomas y la vinculación del proveedor consentido del gobierno federal, Juan Armando Hinojosa Cantú, con Peña Nieto y su esposa.

Como si el tiempo se hubiera detenido la sesión empezó con ese tema, pero ahora la historia se reinventó con el cambio de papeles: un PRI acusador y una izquierda arrinconada, sorprendida ante los señalamientos e incapaz de reaccionar debido a acuerdos pactados en la Jucopo.

Una vez aprobados los cambios a esa ley se pasó a los “comentarios sobre la situación política nacional”; ahí se esperaba un fuerte debate y cuestionamientos hacia el PRI, la polémica por la Casa Blanca, la cancelación injustificada de la licitación del tren México-Querétaro y la ausencia de resultados del gobierno federal en la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

En esta ocasión la izquierda fue la vapuleada discursivamente.

Por la forma en que se acordó la “agenda política”, los partidos tuvieron sólo una ronda para fijar su posición, hasta por siete minutos, y luego de ello se pasaría a la discusión y aprobación o rechazo de otros siete dictámenes.

PT, MC y PRD centraron su posición de manera “general” sobre desaparecidos, inseguridad económica y social, pero no hablaron directamente del tema que tanto exasperó al PRI el jueves pasado: la Casa Blanca.

Debido a que la ronda de oradores se programa en forma ascendente al número de legisladores, al PRI le tocó el último turno. Y vapuleó a la izquierda, la convirtió de censor y acusador en responsable por la desaparición de los 43 normalistas.

El jalisciense y priista Leobardo Alcalá Padilla no desperdició tiempo e hizo juego de palabras con las que los propios perredistas pedían la destitución de Peña Nieto.

Luego de que el PRD exhibió una manta que advertía: “Revocación de mandato ya”, el priista matizó: “Sí, revocación de mandato pero a quienes apoyan a los asesinos, a esos habría que revocarles el mandato, ¡son unos cínicos, son bandidos y son asesinos! ¡Ustedes se los llevaron vivos, ahora ustedes tienen que regresárnoslos también vivos!”

De inmediato de las curules de PRI y PVEM retumbó un grito dirigido a la izquierda: “¡Dónde están, dónde están, dónde están!”

Y es que el priista dijo desde tribuna que la izquierda ha querido “confundir a la población”, cuando en el caso de Ayotzinapa quien puso de presidente municipal a José Luis Abarca y al exgobernador Ángel Aguirre fueron PRD, PT y MC. También recordó que fue el exalcalde quien ordenó capturar a los normalistas.

Redireccionado el debate hacia los 43 normalistas y haciendo a un lado el tema de la Casa Blanca, el PRI se siguió de largo:

“No sé si se acuerden quién es José Luis Abarca y María de los Ángeles… antes de incursionar en la política vendía sombreros y huaraches, ¡y en un tianguis! Sin embargo, en 2008 anunció la construcción de Galerías Tamarindos, un complejo comercial de cuatro hectáreas, tiene una tienda de autoservicio, siete salas de cine, una tiendita chiquitita departamental con 50 localitos y un estacionamiento con 720 vehículos….

“No sé si todavía estén refrescados o no, pero se los digo. ¿Cómo llega Angel Aguirre? Pues fácil, con el apoyo y la complicidad del PRD, de Andrés Manuel López Obrador, de Lázaro Mazón y de José Luis Abarca”, soltó.

La izquierda, azorada, no atinaba a responder.

El PRI machacó: “Ahora resulta que estamos en un mundo al revés, donde nosotros estamos buscando encontrar a los 43 muchachos. ¿Y por qué ustedes no les preguntan a sus amigos para que les digan en dónde están los muchachos’, ¡hombre! Hoy sus propios líderes morales se han estado acusando de corruptos y de solapadores… Sí, revocación de mandato pero a quienes apoyan a los asesinos, a esos habría que revocarles el mandato, son unos cínicos, son bandidos y son asesinos. ¡Ustedes se los llevaron vivos, ahora ustedes tienen que regresárnoslos también vivos!”, fustigó.

La respuesta de la izquierda se limitó al grito de “¡Fuera Peña, fuera Peña!”, reclamo que no alcanzó a destacar ante el avasallador “¿Dónde están?, ¿dónde están?” de priistas y pevemistas.

Antes, Leobardo Alcalá acusó a la izquierda de dar desde tribuna “discursos incendiarios” y enseguida acotó: “No confundan a la población, pero sobre todo no se confundan a ustedes mismos, no lucren con el dolor de 43 familias”.

“Necesitamos discursos responsables, no lapidarios… No sean fanáticos, un fanático no cambia de opinión y nunca cambia de tema. Queremos justicia, sí, pero se defiende con la razón y no incitando a las masas a delinquir… Lo que es imperdonable es que inviten a la gente a la agresión, imperdonable mentir cuando saben quiénes son los culpables, imperdonable que protejan a delincuentes y asesinos, imperdonable la falta de memoria de algunos de ustedes y de Andrés Manuel López Obrador. Ahora resulta que tienen amnesia y no se acuerdan que ustedes postularon a los delincuentes”, remató.

En tanto, el PRD no pudo defenderse, ellos mismos habían pactado que sólo fuera una ronda de tribuna en la agenda política… y el PRI era el último orador. En agenda está prohibida la réplica.

Mientras que PT y MC, que no votaron a favor de ese acuerdo en la Jucopo, no pudieron hacer otra cosa que sumarse al enjundioso “¡Fuera Peña!”, pero insuficiente ante la aplastante bancada PRI-PVEM, que ya son una y, desaforadamente, contraatacaban con el “¿Dónde están?, ¿Dónde están?”.

Y ya nadie se acordó del escándalo de la Casa Blanca, la probable comisión especial investigadora y del posible tráfico de influencias o conflicto de interés en que habría incurrido Peña Nieto, tema que se discutiría hoy.

Al final, la izquierda cayó por sus “pactos” con el PRI al acordar una agenda política acotada. Así los priistas, con su nueva estrategia política, redireccionó la “agenda nacional” e intentó reposicionar a Peña Nieto y, si no lo logró, por lo menos lo “sacó” de los cuestionamientos desde San Lázaro.

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