Confiesan narcos haber asesinado a normalistas; “siguen desaparecidos”: PGR

Patricia Dávila / Apro

El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, informó esta tarde que de acuerdo con testimonios recogidos de tres sicarios de la banda criminal Guerreros Unidos recientemente detenidos, un “grupo numeroso” de normalistas fue levantado, ejecutado y calcinado en el basurero de un lugar conocido como Loma de Coyote, y posteriormente sus cenizas y restos óseos arrojados al cercano río San Juan.

Pese a ello, Murillo Karam sostuvo que para la PGR los 43 estudiantes de Ayotzinapa continúan en calidad de desaparecidos y que la investigación sigue abierta hasta que no se confirme científicamente su identidad.

En rueda de prensa y apoyado en videos que contienen declaraciones de los presuntos delincuentes, así como de fotografías, Murillo relató que algunas de las personas levantadas que llegaron al basurero de Loma de Coyote ya estaban muertas y el resto fue ejecutada en ese sitio.

El funcionario federal indicó que se logró la ubicación de Patricio Reyes Landa, El Pato, y de Jonathan Osorio Gómez, El Jona, quienes fueron detenidos en el poblado de Apetlaca, municipio guerrerense de Cuetzala del Progreso. Estas dos aprehensiones derivaron en la localización y captura en el municipio de Cocula, próximo a Iguala, de una tercera persona, Agustín García Reyes El Chereje.

“Los detenidos señalan que en ese lugar privaron de la vida a los sobrevivientes y posteriormente los arrojaron a la parte baja del basurero, donde quemaron los cuerpos e hicieron guardias y relevos para asegurarse de que el fuego durara horas, arrojándole diesel, gasolina, llantas, leña, plástico, entre otros elementos que se encontraron en el paraje”.

El fuego, según declaraciones, “duró desde la medianoche del 26 de septiembre hasta aproximadamente las 14:00 horas del día siguiente, según uno de los detenidos, y otro dice que hasta las 15:00 horas del día 27”, detalló el procurador.

   
Tras reunirse por la mañana con los familiares de las víctimas en el municipio de Iguala, el titular de la PGR dio a conocer por la tarde una versión que coincide con la que el padre Alejandro Solalinde señaló hace más de 20 días y de la que dio cuenta Proceso del 19 de octubre.

Murillo Karam indicó que a esta línea de investigación se llegó después de declarar a las tres personas que se encuentran arraigadas, quienes aceptaron ser los autores materiales de los asesinatos.

Los tres capturados son miembros de la organización criminal Guerreros Unidos y, al rendir su declaración, confesaron haber recibido y ejecutado al grupo de personas que les entregaron los policías municipales de Iguala y Cocula.

Los testimonios y confesiones recabados, aunadas al resto de las investigaciones, “apuntan muy lamentablemente al homicidio de un amplio número de personas en la zona de Cocula”.

Según lo que consta en las averiguaciones, agregó Murillo Karam, el grupo de jóvenes salió a bordo de dos camiones Estrella de Oro de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Ayotzipana, rumbo a la entrada de la ciudad de Iguala; posteriormente se trasladaron a la terminal de autobuses, donde tomaron otros dos camiones.

El exalcalde de Iguala, José Luis Abarca Velásquez, quien tenía designado en la comunicación interna de la policía municipal el código A-5, fue quien dio la orden a los policías municipales “de contener a las personas que viajaban en esos cuatro camiones, según declara el propio operador de la central de radio de la policía municipal de Iguala, David Hernández Cruz, y la ratifica uno de los vigilantes que ellos conocen como halcones, que recibía comunicación”, explicó el procurador.

Es en este mismo evento, los policías municipales de Iguala privaron de la vida a tres normalistas.

El expresidente municipal, prosiguió, se encontraba en esos momentos en el informe que daba su esposa María de los Ángeles Pineda Villa sobre sus actividades frente al DIF municipal y a quien se investiga, acotó, por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita junto con su marido.

Después del primer incidente que sufren los normalistas y al continuar su camino en los autobuses, contó Murillo Karam, elementos de la policía municipal de Iguala los retienen con violencia y los trasladan a la central policiaca, “desde ese punto y con apoyo de la policía municipal de Cocula, trasladan en patrullas de los municipios al grupo de jóvenes hasta un punto entre Iguala y Cocula en que se abre una brecha hacia la zona que se denomina Loma de Coyote”.

En ese lugar, aseguró, los policías municipales entregaron a los detenidos a miembros del grupo criminal Guerreros Unidos.

“En la investigación que nos fue remitida por la Fiscalía de Guerrero se aseguraba que los jóvenes habían sido llevados a las fosas ubicadas en la zona de Pueblo Viejo en donde, se señalaba, se les había sepultado. Hasta el momento, los peritajes realizados nos han permitido tener la certeza de que los policías municipales entregaron a un número de personas, que no pueden precisar con exactitud, pero que uno de los detenidos estimó en su declaración en más de 40”, agregó.

Uno de los delincuentes, quien tenía designada la función de halcón informante, declaró “haberlos visto pasar por el punto en que tenía él la encomienda de vigilar”.

Dos de los detenidos confesaron, agregó el funcionario federal, que a algunas de las personas que trasladaron al basurero de Cocula llegaron “o sin vida o inconscientes” y que los otros fueron interrogados por integrantes del grupo criminal para determinar quiénes eran y las razones de su llegada a Iguala.

Los detenidos, abundó Murillo Karam, señalaron que en ese lugar privaron de la vida a los sobrevivientes y posteriormente los arrojaron a la parte baja del basurero, donde quemaron los cuerpos.

“Por el calor que desprendía el área, los delincuentes no pudieron manipular los restos de los cuerpos sino hasta cerca de las cinco y media de la tarde. Cuando los peritos analizaron el lugar, encontraron cenizas y restos óseos que, por las características que tienen, corresponden a fragmentos de restos humanos”.

Sin embargo, “por el grado de descomposición en que se encuentran los restos, fue imposible determinar que se trata de los cuerpos de los estudiantes, por lo que se recurrió a un laboratorio australiano para que realice los peritajes”. Por lo tanto, la investigación sobre el caso seguirá abierta y los estudiantes seguirán en calidad de desaparecidos, finalizó Murillo Karam.

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