Grecia vence 2-1 a Costa de Marfil y pasa a octavos #Brasil2014 #Mundial2014

Grecia vence 2-1 a Costa de Marfil y accede por primera vez a octavos de un Mundial

Los helenos, comandados por el eterno Karagounis, se deshacen de Costa de Marfil de penalti en el último segundo (2-1) y aprovechan el tropiezo de Japón.

La Vanguardia

Nadie esperaba a Grecia en octavos de final, pero los veteranos y sacrificados hoplitas helenos se resisten a su ocaso. Son como el ave Fénix, siempre reviviendo de sus cenizas. Los campeones de Europa en 2004 nunca había superado la primera fase en un Mundial. Lo lograron en Brasil sufriendo hasta el último segundo, como en ellos es habitual. Porque a tesón es difícil ganarles. Su emotivo duelo ante Costa de Marfil se decidió como una tragedia griega, en el último segundo, con intervención divina, de penalti en el minuto 93 (2-1).

Cayera quien cayera suponía un duro golpe para los románticos. Porque cuando Grecia se pone a defender, con ese ímpetu, con esa solidaridad, con ese sacrificio, es difícil no sentir cierta empatía con este grupo en el que aún destacan veteranos como el eterno Karagounis, Salpingidis, Samaras, Vyntra, Gekas o un Katsouranis que, sancionado por su expulsión contra Japón, se mordía las úñas en la banda. Siempre ordenados, pantanosos en el centro del campo y con chispazos en ataque. Mantiene la filosofía de tantos y tantos años.

Tampoco es agradable ver como la mejor generación y el futbolista más importante de la historia de Costa de Marfil se despiden de los Mundiales sin alcanzar nunca los octavos. De los Elefantes siempre se espera un gran fútbol, un domino apabullador. Luego siempre acaban pasando con más pena que gloria pese al tremendo elenco de futbolistas del que dispone. Son los niños del ASEC Mimosas de Abidján, el club en el que formaron Kolo y Yayá Touré, Gervinho, Salomon Kalou, el portero Boubacar Barry, Arthur Boka, Didier Ya Konan o Didier Zokora.

Quien no pasó por la academia del club más laureado de Costa de Marfil fue el gran Didier Drogba, que se marchó a vivir a Francia con su tío futbolista cuando era muy pequeño. Ahí empezó su duro camino hacia la leyenda. Ya veterano, con 35 años que le pesan, el ex del Chelsea no tiene la potencia y la capacidad goleadora de antaño, aunque ha ganado en sapiencia. Ante Grecia, fue titular por primera vez en el Mundial 2014 y participó en todas las jugadas de ataque hasta que unas molestias en el abductor le obligaron a retirarse. Se le nota que domina los tiempos de juego, algo que le falta a muchos de sus compañeros de selección.

También fueron titulares los hermanos Touré, pocos días después de fallecer su hermano Ibrahim por culpa de un cáncer. El fútbol, sin embargo, no les permitió tener un homenaje que se merecían pero que difícilmente van a poder tener porque la mejor generación del fútbol marfileño ya supera ampliamente la treintena.

Los dioses del fútbol fueron especialmente caprichosos en Fortaleza. Las lesiones de los griegos Karnezis y de Koné antes de la media hora pareció dar ventaja a los elefantes. Fernando Santos, técnico de Grecia, cambió a piezas básicas por dos inexpertos. Andreas Samaris, centrocampista del Olympiacos, y Panagiotis Glykos, portero del PAOK, eran futbolistas con apenas 130 minutos jugados con la selección. Pero la fortuna sonrió a los helenos.

Tras un remate al larguero del lateral Holebas, Grecia lanzó otro contragolpe aprovechando un fallo de Tioté. De Samaras a Samaris y gol. era el primero que los griegos conseguían en Brasil y por el momento les clasificaba porque japón era incapaz de ganar a Colombia. Cuando más tenían el agua al cuello, los helenos sabían sacar el máximo rendimiento a sus escasos recursos.

A Costa de Marfil no le tocaba otra que igualar para seguir en la competición, pero iba muy escasa de ideas en ataque. Todo lo contrario que su rival. De forma sorprendente, Grecia estaba cuajando su mejor partido en el Brasil. Salpingidis probó a Barry en más de una ocasión y Karagounis mandó un trallazo al larguero. Se estaba mereciendo el resultado los helenos. Fue entonces cuando cambio el viento y sopló a favor de Costa de Marfil.

El francés Lamouchi, el joven técnico de los elefantes, se la jugó con Wilfred Bony y este respondió casi de inmediato, aprovechando una buena jugada de Gervinho. Era el mundo al revés, con los griegos defendiendo la acción de forma horrorosa. Uno de sus defensas rompió el fuera de juego y se quedó completamente solo ante tres rivales, incapaz de frenarles.

Fernando Santos sacó a un jugador de 34 por otro de 37. Gekas por Karagounis. Uun viejo rockero por otro. Torosidis que mandó un centro al palo y Salpingidis volvió a lamentarse tras cruzar demasiado un remate. El tiempo añadido suponía una pesada losa para los helenos. Hasta que Sio cometió un penalti tan claro como absurdo. Quizás involuntario, pero penalti al fin y al cabo.

Sin los grandes líderes en el campo, Giorgios Samaras asumió la mayor responsabilidad de su vida. Clavó la pelota en los 11 metros mientras Barry intentaba descentrarle. "Tú y yo", le día el portero marfileño al delantero del Celtic de Glasgow. "Tú contra mí", le repetía. Samaras respiró hondo, clavó tres pasos y resolvió con un tiro potente y colocado, fuera de alcance del guardameta rival. La euforia se desbocó en el banquillo de Grecia. De ahí saltaron todos los veteranos, con Karagounis a la cabeza, para ir corriendo a celebrar el histórico gol. Grecia se enfrentará a Costa Rica en octavos de final. Mucho dinero habrán ganado los que hace unos días apostaron por este sorprendente choque.

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