Telecom: mayoriteo en camino


Marrullerías de Javier Lozano
Oposición legislativa insuficiente
Aberraciones en Arteaga

Julio Hernández López / Astillero

Si la vía electoral cada vez parece menos factible para conseguir cambios profundos en la sociedad, la configuración general de las bancadas legislativas de oposición confirma constantemente esa insuficiencia, en especial en momentos claves como el que se vive en el Senado a propósito de la ley reglamentaria Televisa-EPN, a la que una conveniente alianza entre PRI y PAN (con excepción de Javier Corral y, tal vez, algún otro miembro de la alineación de blanco y azul) pretende llevar adelante al costo político que sea.

No es menor, sino muy significativo, el hecho de que en el primer paso procesal en busca de esa aprobación se hubiese pretendido dar un madruguete falsamente solitario a cargo del panista que preside la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado de la República, Javier Lozano Alarcón, quien pretendió filtrar una propuesta presuntamente personal como si fuera el resultado de un trabajo de las comisiones unidas encargadas de atender las iniciativas de ley denominadas genéricamente Telecom. Horas antes de ser frenado en esa pretensión, Lozano hablaba de su texto personal como si fuera el documento consensuado a partir del cual se daría la discusión senatorial en el pleno. Además, anunció que sería retirado todo el paquete de presunta censura en Internet (señuelo desechable, se había dicho aquí en la anterior entrega).

Las evidentes infracciones al reglamento de trabajo de esas comisiones provocaron una viva discusión que duró horas y en la cual se dirigieron críticas fuertes al citado Lozano Alarcón (conocedor de tempestades políticas como secretario del Trabajo que fue durante la administración de Felipe Calderón), e incluso algunos senadores del PRD llegaron a solicitarle que deje la presidencia de la antes citada comisión legislativa debido a conflictos de intereses, particularmente respecto a Televisa.

Manuel Bartlett, ahora senador formalmente adscrito al Partido del Trabajo (impulsado al escaño por AMLO y en espera de pasar más delante a Morena), hizo circular una carta en la que adjudica a Lozano Alarcón conductas al servicio, en diversos momentos y circunstancias, de Televisa, Telmex, MVS y Telefónica, por las cuales demanda que tal senador se excuse de participar en cualquier asunto vinculado con telefonía, radiodifusión y telecomunicaciones en el que se aborden puntos de interés para las empresas mencionadas. Bartlett ya perdió una demanda presentada por Lozano en función de dichos que éste consideró difamantes, así que la carta actual del ex secretario de Gobernación se apoya en alguna información que desde hace tiempo ha aparecido en los medios de comunicación (http://bit.ly/1iHQI5L). También menciona el hecho de que recientemente la esposa de Lozano, Silvana Ponzanelli, fue ascendida por Televisa; ahora es la directora de la fundación de esa empresa.

En ese contexto agitado, con un evidente golpe marrullero que pretendía instalar como pieza central de discusión una propuesta que Lozano decía haber elaborado por sí mismo aunque algunos legisladores, como Dolores Padierna, consideraban que provenía de Los Pinos, el mecanismo de operación de esas cámaras quedaba en entredicho. Hubo de declararse un receso para tratar de reponer el procedimiento adecuado y para tal propósito las juntas directivas de las tres comisiones concurrentes en el caso de la ley Telecom habrían de buscar algún entendimiento más o menos satisfactorio.

Pero en ese primer lance quedó de manifiesto la avidez por el mayoriteo, el desdén por las formas, la urgencia de las cúpulas pripanistas por cumplir con la consigna del Poder Ejecutivo de avanzar en la aprobación de esa iniciativa y, también, la falta de consistencia, perspectiva y credibilidad de una parte importante de quienes se asumen como oposición de izquierda pero por sus antecedentes (remotos y recientes), por sus sabidas aspiraciones electorales inmediatas y por la predisposición ya casi tatuada a la negociación facciosa sólo cumplen protocolariamente con funciones de disidencia, a la espera de arreglos o en evidente falta de un espíritu superior de lucha política verdadera.

Oposición legislativa desguanzada cuando más empuje se necesita. Panistas subrepticios en espera de votar en favor de los arreglos con el PRI que significarán para los de blanco y azul retribuciones en pantalla, buena voluntad comentarista, a la hora de las campañas, por parte del duopolio agradecido. Perredistas sin figuras con fuerza, llenos los escaños y las curules de medianías provenientes de los arreglos entre corrientes, de la imposición de leales a los jefes aunque no tengan el brillo y la fuerza que habría de esperarse a la hora de los procesos mal llamados parlamentarios, con el panista Javier Corral, conocedor de vericuetos reglamentarios, convertido en figura descollante a la que ese propio sol azteca sigue tentativamente, como si fuera de las filas propias.

Con esos aires evidentes de mayoriteo al acecho todo pareciera listo para que se vayan cumpliendo las fases legislativas y se termine aprobando la ley de telecomunicaciones y radiodifusión conforme a los arreglos habidos entre PRI-Los Pinos-Televisa y PAN. Ayer se insistía en que nada se mantendría de los enunciados amenazantes en materia de Internet, aunque nadie debe bajar la guardia, pues suele haber tentaciones de última hora en esos poderes tan complacidos con la abulia cívica nacional.

Astillas

Pueblo contra pueblo en Arteaga, Michoacán (la tierra de Servando Gómez Martínez, La Tuta), con grupos de autodefensas confrontándose con habitantes de ese municipio que no aceptaban la toma que la facción encabezada por Juan Manuel Mireles acabó realizando con el apoyo de fuerzas federales y estatales que así convalidaron aberrantemente actos de presunta justicia por propia mano realizados por civiles armados… Y, mientras la gran Elena Poniatowska da un motivo de alegría a México al recibir el Premio Cervantes, ¡hasta mañana!

Comentarios