El IFT fija en 830 mdp valor mínimo para nuevas cadenas de televisión

Jenaro Villamil / Apro

La primera licitación de dos cadenas de televisión abierta digital en los últimos 21 años se formalizó a través del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que fijó en 830 millones de pesos el valor mínimo de referencia para cada una de las cadenas, que aglutinarán, cada una, 123 frecuencias (246 en total), pero sólo alcanzarán a competir en 8.5% del mercado publicitario (17% ambas) en los próximos cinco años, si bien les va, según el “escenario conservador” del mismo órgano regulador.

Con retraso, el IFT anunció la madrugada de este miércoles el llamado Valor Mínimo de Referencia (VMR) para cada una de las cadenas, pero en sus requerimientos para los posibles licitantes, ninguno se refiere a la calidad de los contenidos o a un modelo diferente a la televisión comercial que concentran los dos grandes consorcios –Televisa y TV Azteca–, con 258 y 180 frecuencias, respectivamente.

Según el comunicado de prensa del IFT, “el criterio para definir a los ganadores no será meramente económico”. Se tomarán en cuenta: capacidad técnica, jurídica, administrativa y financiera de los participantes, “así como la limitación de espectro establecido en la Constitución, y la maximización de cobertura a través de la Fórmula de Evaluación definido por las bases”.

El programa de la licitación de las 246 frecuencias en televisión abierta digital se dio a conocer el 18 de diciembre de 2013 por el recién creado IFT. El 7 de marzo se conocieron las bases y este miércoles se difundieron los valores mínimos de referencia. El IFT prevé cuatro etapas más hasta 2015: preguntas y respuestas de los licitantes, dictaminación y constancia de participación, apertura y calificación de ofertas de cobertura y económica, y el otorgamiento de la concesión.

Los oferentes podrían participar en las dos cadenas. Para eso tendrán que pagar 830 millones de pesos por cada una y dejar una “garantía de seriedad” de 415 millones de pesos respectivamente.

Según el IFT, el VRM “corresponde a la cantidad que los interesados deberán igualar o superar en su oferta económica por cada cadena nacional, para participar en la licitación de frecuencias de televisión radiodifundida digital”.

Ninguna de las dos grandes compañías que dominan 95% de las frecuencias actuales, Televisa y TV Azteca, podrán participar en la licitación. Tampoco podrá hacerlo Grupo Carso, de Carlos Slim, hasta que termine el plazo mínimo de dos años para cumplir las condiciones que se le impusieron a América Móvil y a Inbursa como agente económico preponderante en telecomunicaciones.

Negocio a cuatro años

De acuerdo con el mismo documento sobre el VMR, hasta el quinto año de operación cada una de las cadenas podría “obtener gradualmente una participación del mercado de hasta 8.5% de los ingresos totales de la industria”.

La inversión total para el despliegue de cada una de las dos cadenas de televisión nuevas puede ser de hasta 350 millones de dólares, de los cuales alrededor de 20 millones de dólares serían destinados para la generación de contenidos, según distintos especialistas consultados por el propio IFT.

Desde la licitación de las dos cadenas de televisión abierta que pertenecían a Imevisión –canal 13 y canal 7–, en 1993 el gobierno federal no había licitado nuevas frecuencias. Al inicio del sexenio de Felipe Calderón, en 2006, se habló de la posibilidad de una “tercera cadena”. La compañía Telemundo y el Grupo Saba se presentaron como principales interesados en la llamada “tercera cadena”.

El boicot de Televisa y de TV Azteca a la posibilidad de una tercera cadena fue abierto. A través de la pantalla y de distintas presiones políticas y estrategias de mercado, el duopolio frenó tanto la posibilidad de una tercera cadena, como la posibilidad de que Telmex ingresara a la competencia de televisión restringida (vía cable o satelital).

A cambio, el duopolio fue ampliamente beneficiado en las administraciones de Vicente Fox y de Felipe Calderón. En julio de 2004, el gobierno foxista le renovó 224 concesiones a Televisa y 169 a TV Azteca hasta 2021, sin pagar contraprestación alguna. En 2010, en el marco del programa de Televisión Digital Terrestre, el gobierno de Felipe Calderón entregó 60 canales digitales a Televisa y 31 a TV Azteca, que vencerían en 2021.

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