Congreso tramposo


PRI ensoberbecido
PAN y PRD, voraces
Mexicana: marcha en AICM

Julio Hernández López / Astillero

Del dicho (de 2013) a lo hecho (en 2014) hay un gran trecho. Los de por sí muy discutibles ensueños de reformismo aprobados el año anterior en el Congreso federal por el tripartidismo pactado han quedado lejos de lo poco que finalmente se ha logrado trasladar este año a leyes reglamentarias y de lo mucho que aún queda pendiente, y que constituye mercantil motivo actual de negociaciones y jaloneos entre directivas de partidos y jefes de control legislativo.

Se cierra hoy el primer periodo ordinario de sesiones de las cámaras de Diputados y de Senadores con un PRI ensoberbecido, ya que consiguió desde 2013 la aprobación de reformas constitucionales para las que requería de mayoría calificada (es decir, de la alianza numérica con los acomedidos PAN y PRD o con sólo uno de ellos a plenitud, más la votación dividida del renuente, según cada caso) y ahora para llevar adelante las reformas secundarias o reglamentarias ya sólo necesita una mayoría simple que puede alcanzar sin necesidad de ofrecer tantas concesiones a los voraces opositores e incluso haciéndoles sentir su condición de prescindibles al retirarse el mismo tricolor de la mesa de negociaciones sobre temas políticos y electorales para recordarles a panistas y perredistas que el PRI es el partido en el gobierno.

Los opositores solidarios, por su parte, poco pueden presumir en cuanto a logros verdaderamente positivos a partir de que decidieron unir su suerte a la del peñismo a través del Pacto por México. La letra constitucional modificada en 2013 no se ha convertido en letra reglamentaria que cumpla con los propósitos primarios positivos. Un caso claro es el de las telecomunicaciones, con algunos avances defendibles en la reforma constitucional, pero distorsionados o francamente anulados en las iniciativas de modificaciones secundarias presentadas por el actual ocupante de Los Pinos, sabidamente en deuda política con el poder televisivo que tanto le ayudó a hacerse del poder.

A fin de cuentas, Peña Nieto pudo instalarse en la silla presidencial sin oposición verdadera, con las directivas del PAN y el PRD (Gustavo Madero y Jesús Zambrano, como respectivos líderes) convenientemente engolosinadas con las promesas aceptadamente engañosas de que habría cambios desde dentro y que el producto depurado del priísmo clásico que había llegado a Los Pinos necesitaba del apoyo de esos adversarios políticos civilizados para sustentar y empujar decisiones que el mexiquense súbitamente reformista no podía emprender en solitario, rodeado de un aparato priísta reticente a esos cambios y presionado por los poderes de facto a los que según eso estaba decidido a enfrentar. La primera prueba de que sus presuntos ánimos de transformación iban en serio fue la cabeza de la profesora Elba Esther Gordillo.

Pero, en el fondo, la única reforma que realmente importaba a Peña Nieto y con la que estaba comprometido era la energética y, conseguidos los votos suficientes para la modificación constitucional, las demás propuestas ambiciosas fueron diluyéndose. Cayó Gordillo, pero nada sustancial cambió en el esquema de sindicalismo oficialista corrupto ni se han sentado bases verdaderas para una modificación positiva del modelo educativo. La reforma fiscal sostuvo los privilegios de unos cuantos capitalistas de alto nivel y extendió agresivamente el brazo recaudador a clases medias y medianos y pequeños empresarios, con economía entrampada y grandes problemas de los contribuyentes para cumplir con el nuevo esquema fiscal.

El catálogo de tareas legislativas pendientes es amplio y complejo, pero la clave oscura para su desahogo es el cierre de negociaciones entre las cúpulas partidistas, con PAN y PRD jalando para sus cuentas grupales el mayor número de ganancias y con el PRI sobrellevando esas exigencias opositoras con tal de sostener la apariencia de que la reina de las reformas deseadas por el peñismo, la energética, cuente con la aprobación expresa del PAN y con la inconfesa del PRD, que mucho ayuda al interés de Los Pinos sosteniendo un rechazo desvaído, intrascendente, meramente declarativo.

Astillas

Ex trabajadores de Mexicana de Aviación, acompañados de sus hijos, realizaron ayer una singular marcha de protesta en pasillos de la terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde también pueden verse mantas y pancartas de denuncia de lo sucedido desde que durante el calderonismo fue cerrada su fuente de empleo. Además de la caminata, hubo discursos, pero a cargo de algunos de esos hijos de quienes laboraron en una empresa que fue llevada a la quiebra por su dueño, Gastón Azcárraga, siempre protegido desde las aceitadas alturas gubernamentales…

A la hora de cerrar esta columna aún no se iniciaba el debate entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero, aspirantes a dirigir el PAN (el chihuahuense busca un segundo periodo). La confrontación oratoria estaba programada para durar poco menos de una hora y sería transmitida solamente por Internet. Temas explosivos y antecedentes de rijosidad no faltarían en el presunto ring de blanco y azul, aunque significativamente el calderonista Cordero fue amonestado por la comisión electoral de su partido, junto con su coordinador de campaña, Max Cortázar, minutos antes de que comenzara el debate, por acciones de guerra sucia que habrían desarrollado contra el estructuralmente favorito Madero...

Arturo Sarukhán, quien fue embajador del fúnebre gobierno calderonista en Washington, ha dejado de pertenecer al equipo de colaboradores del Center for American Progress, la firma de cabildeo fundada en 2003 por John Podesta, quien fue jefe de la oficina de la Casa Blanca con Bill Clinton y actualmente es asesor especial de Barak Obama. Según fuentes radicadas en la capital estadunidense, Sarukhán fue dado de baja del influyente centro desde enero pasado (donde el sueldo para una función como la suya es de un millón de dólares al año) y ahora trabaja de consultor externo del Banco Interamericano de Desarrollo... ¡Hasta mañana!

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