Juan C. Miranda, Juan A. Zúñiga e Israel Rodríguez / La Jornada
La expectativa de crecimiento para este año se tendrá que ajustar seguramente, ya por debajo de 3 por ciento ante el debilitamiento del consumo y la inversión privada provocados por la reforma fiscal, sostuvo la cúpula empresarial del país.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indicó que la actividad económica nacional registró un crecimiento anual de 1.35 por ciento en el primer bimestre de 2014, su menor tasa de expansión de los últimos cinco años para un periodo similar, e inferior a la de 1.66 por ciento observada en el mismo periodo de 2013.
En tanto, analistas financieros estiman que el producto interno bruto (PIB) en el primer trimestre del año podría alcanzar un incremento de entre 2.2 y 2.4 por ciento anual, considerando que en marzo hubo un efecto favorable en las cifras de la actividad económica por un mayor número de días laborales que en el mismo mes del año pasado.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) criticó que mientras persisten señales de debilidad en la actividad económica y hay pocas posibilidades de que la situación mejore en los próximos meses, las autoridades no muestran signos de preocupación y no hay indicios de que intenten modificar su pronóstico de crecimiento de 3.9 por ciento para este año.
El organismo consideró necesario discutir posibles adecuaciones a la política fiscal, que verdaderamente estimulen la demanda agregada a través de una mayor inversión que genere empleo y fortalezca la capacidad adquisitiva de las familias.
El origen de la debilidad está en la economía interna
En su análisis semanal consideró que la falta de reacción de las autoridades pudiera obedecer a que el gobierno está confiado en que la aprobación de las leyes secundarias de las reformas dará nuevo impulso a la actividad económica en la segunda mitad del año o a que se esté esperando que haya un repunte en el ritmo de avance de la economía en marzo, como consecuencia del efecto de Semana Santa.
No obstante, dijo que para que dicho incremento tuviera un efecto importante en el crecimiento del primer trimestre, debería estar por arriba de 3 por ciento, y aunque eso fuera posible, el efecto de Semana Santa implicaría un sesgo a la baja en el comportamiento del segundo trimestre del año.
Ante esas premisas, el organismo señaló que en algún momento las autoridades tendrán que corregir a la baja su estimación de crecimiento económico para este año, pero consideró que lo interesante será escuchar los argumentos que utilizarán para hacerlo.
Es claro que el origen de esta debilidad está en la economía interna y en mucho responde a los efectos negativos que se han ido corroborando, provenientes de la reforma fiscal, que como ya se ha dicho en diversas ocasiones ha sido uno de los factores más importantes del debilitamiento de la economía mexicana, puntualizó.
El Banco de México apuntó que la información disponible sobre la actividad económica en México en el primer trimestre sugiere un crecimiento menor al esperado hace algunos meses, y consideró que prevalecen riesgos a la baja para el crecimiento de la actividad económica, aunque el balance de éstos mejoró marginalmente.
El dato oficial del producto interno bruto (PIB) en el primer trimestre lo dará a conocer el Inegi el miércoles próximo, sin embargo los especialistas del Grupo Financiero Banamex pronostican un crecimiento de 2.4 para el PIB del primer trimestre, superior al del trimestre previo, que fue de 0.7 por ciento.
Los expertos de Grupo Financiero Santander explicaron que la economía registrará un crecimiento de 2.2 por ciento anual, lo que se asocia al aumento del sector servicios con alza de 1.9 por ciento anual en febrero, del cual el Inegi menciona desempeños favorables en comercio, servicios inmobiliarios, actividades financieras, así como autotransporte de carga, entre otros.
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