Isaack de Loza / El Informador
Los capítulos de violencia y conflictos armados en el Estado de Michoacán están lejos de terminar. Por un lado, la razón asiste a los ciudadanos que claman por seguridad social, pero por el otro, la autoridad no puede permitir la formación de grupos armados que pretendan controlar la violencia con violencia.
Por eso último, la estrategia que emprende el Gobierno Federal, enviando a personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a desarmar a los grupos de autodefensas en la Entidad vecina "no extraña". De acuerdo con el investigador de la Universidad Panamericana (UP), Gerardo de la Cruz Tovar, al final es el Estado quien tiene el "monopolio" de la fuerza pública.
El problema de fondo, abunda, no está en el conflicto en sí, sino en las causas que motivaron la existencia de estos grupos de autodefensa. El "vacío de poder" y la "ausencia" de la autoridad michoacana son las causales de la realidad actual en aquel Estado de la República.
-- Cuando tenemos grupos civiles armados, tratando de defenderse de otros grupos civiles armados, es porque se ha fallado como Estado. Son palabras fuertes pero que en este caso no se alejan de la realidad.
Según el experto en seguridad pública, los ciudadanos no pueden condicionar a la autoridad e indicarle a ésta qué hacer. Pero en contraparte, la razón por la que se ha dado una constitución social como Estado es, precisamente, porque éste tiene el compromiso de brindar paz y seguridad, aspectos que, indudablemente, "han fallado".
La autoridad michoacana, pues, es "ineficiente" por no haber ejercido el control que le tocaba. Ahora asiste la razón a los grupos de autodefensa, pero al operar en la forma en que lo hacen también "se alejan de la Ley".
La solución, a partir de ahora, debe ser en conjunto: no solo la Sedena debe asistir al Gobierno de Michoacán. Gerardo de la Cruz opina que también las instituciones de asistencia en materia de seguridad social, educación y trabajo deben estar en territorio michoacano, atendiendo en varios ejes la problemática que hoy su gente, y sobre todo las generaciones próximas, afrentan.
"No solo con la fuerza, sino llevar actividades sociales para dar oportunidades a los jóvenes, y que los ciudadanos no paguen cuotas a los delincuentes".
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