MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Agentes estadunidenses estuvieron involucrados en la detención de Miguel Ángel Treviño “El Z-40”, líder de Los Zetas, de acuerdo con la edición impresa del diario estadunidense The New York Times.
La detención efectuada por la Secretaría de Marina (Semar) la madrugada del lunes 15, contó con “apoyo de inteligencia” y “varios meses de compartir información” con Estados Unidos, de acuerdo con el reportaje titulado “Captura de jefe criminal en México parece cerrar un capítulo brutal”.
“Autoridades estadunidenses jugaron un papel importante detrás de la detención del “Z-40”, y posteriormente, confirmaron su identidad a través de pruebas biométricas y de ADN, de acuerdo con funcionarios de ambos países, quienes pidieron el anonimato”, dice el texto firmado por Randal C. Archibold y Ginger Thompson.
De acuerdo con un “alto funcionario estadunidense”, Treviño habría hecho varios viajes a Nuevo Laredo para visitar a un hijo, cerca de la zona donde fue capturado.
Y según Art Fontes, un exfuncionario del FBI que pasó varios años rastreando a Treviño, el capo pretendía comprar su libertad con los dos millones que llevaba en el vehículo cuando fue detenido.
El diario califica el ocaso de la carrera de Treviño como un “desenlace tranquilo” que ocultó públicamente el caos y la violencia que caracteriza al cartel de Los Zetas.
“Los Zetas se convirtieron en una víctima de un éxito perverso”, dice The New York Times.
“El peligro es que el descabezamiento de Los Zetas fragmentará la organización en pequeñas pandillas que ocupen las mismas técnicas para extorsionar y traficar con drogas”, explican.
El diario neoyorquino entrevista a un funcionario anónimo que habla de la nueva estrategia del gobierno de Peña Nieto contra el crimen organizado.
“Un alto funcionario estadunidense describe una reunión con sus homólogos en la ciudad de México. ‘Lo que tengo de esa reunión es que México quiere demostrar que puede manejar esa lucha por sí mismo, o por lo menos bajo sus propias condiciones’, dijo.”
Treviño era buscado en Estados Unidos por tráfico de drogas y armas.
Hasta el momento, el gobierno mexicano no ha reconocido explicitamente la ayuda de Estados Unidos en la captura del capo de la organización delictiva más sanguinaria del país.
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